Tina Rosenberg (Nueva York, 1961) es periodista. Ganó el Premio Pulitzer en 1996 por The Haunted Land: Facing Europe’s Ghosts After Communism. Su abuelo también era periodista, escribe en The New York Times y podéis encontrar cientos de sus artículos en The New Yorker, The Washington Post o Rolling Stone. Es cofundadora de la Red de Periodismo de Soluciones junto con David Bornstein y Courtney E. Martin y cuenta con la Fundación Gabo, Transitions Online o la Universidad de Bornemouth, entre otros, como grandes aliados. Alerta: Solutions Journalism Network todavía no tiene ningún socio en España. Tras el S2B Impact Forum, Rosenberg habla con VIA Empresa sobre la comunidad, el periodismo de soluciones, la empatía de Ryszard Kapuscinski, el cuarto poder o el modelo de negocio más allá del clickbait o las subvenciones de la política. "El periodismo vive una crisis económica y existencial", asegura, pero tiene que mantenerse firme en en una fórmula: 2+2=4. Su último libro se titula Join the Club: How Peer Pressure Can Transform the World. Por preguntas y respuestas no será.
¿Por qué se dedicó al periodismo?
Mi abuelo era periodista y de pequeña me parecía el mejor trabajo del mundo porque podía ir donde quisiera y preguntar a cualquier persona todo lo que quisiera. No podía imaginar algo mejor.
Ganó el Premio Pulitzer en 1996.
El Pulitzer me dio credibilidad, la posibilidad de escribir otro libro y también me abrió muchas puertas. Tuve la libertad de empezar los proyectos que más me importaban.
Del periodismo del siglo XX al periodismo del siglo XXI.
El rol del periodista está cambiando mucho y el periodismo está pasando por una crisis económica con la muerte de la publicidad como fuente de ingresos. Un dato: Google y Facebook tienen el 80% de la publicidad online. Esto no cambiará, pero es incluso más fuerte la crisis existencial del periodismo. Los periodistas sabemos que el público no nos quiere, no nos cree y no confía en nosotros. Es por eso que tenemos que hacer nuestro trabajo de una forma distinta.
"Los periodistas sabemos que el público no nos quiere, no nos cree y no confía en nosotros. Hay que trabajar con, para y sobre las comunidades"
¿Cómo lo hacemos?
Con el periodismo de soluciones, podemos hacer una cobertura más amplia y verdadera, no solo mostrando los problemas del mundo sino también las soluciones. Si solo mostramos los problemas, entonces estamos mostrando un espejo distorsionado. Hay que trabajar con y para las comunidades, no basta con hacer historias y reportajes sobre ellas.
¿Qué hemos hecho mal?
La crisis es un poco merecida por la política. Por ejemplo, el Partido Demócrata en Estados Unidos cree en el periodismo mainstream mientras que el Partido Republicano cree en su propio periodismo como Fox News. Yo creo que ese periodismo no presenta la realidad sino su versión de la realidad. ¡Hay que creer en el periodismo! En el New York Times presentamos la realidad y también cometemos errores, pero no tratamos de distorsionarla y merecemos que nos crean por lo que hacemos.
Hay que creer siempre en el buen periodismo.
Política a un lado, la gente no cree en el periodismo porque hemos utilizado una forma de definir lo que es noticia que está muy mal, no sirve al público y no nos hace formar parte de la comunidad. Hemos perdido la confianza del público.
"Con el periodismo de soluciones, podemos hacer una cobertura más amplia y verdadera, no solo mostrando los problemas del mundo sino también las soluciones"
¿Hemos recuperado la confianza con la pandemia?
Al comienzo de la pandemia, muchos se dieron cuenta que necesitaban los periódicos porque querían conocer toda la información importante de su ciudad, dónde poder comprar comida o cualquier ayuda que fuera útil. Hubo un reencuentro del periodismo y la comunidad, pero ahora que la pandemia se ha normalizado ya hemos vuelto un poco a la normalidad.
"La relación con los seres humanos es el elemento imprescindible de nuestro trabajo", escribía Ryszard Kapuscinski.
Me gusta mucho Kapuscinski porque es un héroe del periodismo internacional. ¡Tiene toda la razón! Tenemos que tener más empatía. Cada comunidad que se siente marginada, se siente también abusada por el periodismo que viene a su comunidad y lo ve todo solo desde el foco de su peor estereotipo.
Un ejemplo.
Si vives en una comunidad de color en la zona sur de Chicago y un periodista llama a tu puerta, ya sabes lo que preguntará: violencia y armas. Cree que es lo único que ocurre en el barrio, pero no es así. La vida allí no gira solo alrededor de ese problema, pero parece que lo otro no interesa a los periodistas. Otro ejemplo: si vives en Misisipi, un periodista buscará gente con cuatro dientes porque parece cumplir el estereotipo de persona ignorante. ¡Error! La comunidad no quiere esto. La gente no cree en los periodistas porque utilizamos demasiados estereotipos y esto no demuestra empatía.
"Un buen periodista tiene que tener empatía, capacidad de decidir qué es importante, poner en valor y profundizar en la verdad o no dejarse llevar por prejuicios o estereotipos"
"Mediante la empatía, se puede comprender el carácter propio del interlocutor y compartir de forma natural y sincera el destino y los problemas de los otros", añadía Kapuscinski.
Tenemos que tener empatía y buscar la persona que hay detrás del estereotipo. Es una lección que todavía estamos aprendiendo.
¿Qué necesita un buen periodista?
Empatía, la capacidad de decidir qué es y qué no es importante, poner en valor y profundizar en la verdad, ver las personas al completo o no dejarse llevar por prejuicios y estereotipos. Hay que fijarse en lo que ves, no en lo que cree tu mente antes incluso de verlo.
¿Falta pensamiento crítico?
El pensamiento crítico es importante y hay que saber que en el mundo no solo hay noticias negativas. Hay que tener ojo crítico, pero no solo buscar los problemas sino las soluciones y las respuestas.
"Hay que saber que en el mundo no solo hay noticias negativas o problemas, se tienen que explicar cuáles son sus soluciones"
¿Qué puede aportar el periodismo de soluciones a la sociedad?
El periodismo de soluciones parte de una base: decidir contar solo las malas noticias es quedarse con la mitad de la historia. Hay que buscar también qué está funcionando a la hora de resolver problemas y cubrirlo de forma rigurosa y con un alto estándar del periodismo. No solo podemos cubrir los problemas.
¿Cuál es la mejor solución para el periodismo?
No hay ninguna solución perfecta. Hace un tiempo estábamos trabajando con un periodista de Cleveland que nos decía que le costaba mucho encontrar una buena historia porque no había ningún proyecto perfecto. Le respondí que no era cuestión de encontrar un proyecto perfecto porque directamente no existía. De hecho, nadie te creerá si dices que es perfecto. Está bien reconocer dentro del artículo que un proyecto vale la pena, pero obviamente tiene problemas y también hay que decirlos. Hay que cubrir las limitaciones de la solución para llegar precisamente al estándar de la rigurosidad.
¿Existe la verdad absoluta o es un juego de perspectivas?
Sin entrar en filosofía, una persona tiene derecho a tener una opinión pero no tiene derecho a tener sus propios hechos. Tenemos que ponernos de acuerdo en los hechos. Es una creencia errónea pensar que la vacuna es peor que la pandemia. Esta opinión no tiene ningún derecho porque directamente no es una opinión, sino una percepción errónea de la realidad. El periodismo tiene que ser firme en que 2+2=4. Siempre hay que escoger y preguntarse: ¿Qué puedo contar para servir mejor a mi comunidad? De un periodista depende lo que entra o queda fuera de una noticia.
"Una persona tiene derecho a tener una opinión pero no tiene derecho a tener sus propios hechos"
¿Hablamos también de periodismo positivo y constructivo?
Constructivo sí, positivo no. Cuando la gente piensa en un periodismo positivo cree que hablamos del niño que abrió una tienda para vender refrescos y ayudar a su primo que tiene cáncer. Eso es una historia positiva. Sin embargo, cómo la ciudad de Baltimore solucionó el problema de la mortalidad infantil no es una historia positiva porque habla del problema y también cubre sus limitaciones.
¿Periodismo, política y economía van de la mano?
Mucha gente asocia el periodismo con gente opinando, pero eso no es periodismo. El periodismo es mucho más profundo y amplio. El periodismo de soluciones no es una herramienta para cubrir a Donald Trump o las noticias de última hora que pasan cada día. El periodismo de soluciones es una herramienta que se utiliza para la salud, la educación, el medioambiente o la justicia. Hay problemas y mucha gente tratando de solucionarlos.
"El periodismo de soluciones es una herramienta que se utiliza para la salud, la educación, el medioambiente o la justicia, pero no para las últimas horas"
¿Tenemos un problema de modelo de negocio dentro del periodismo?
Mucha gente piensa que sacamos las noticias de Twitter o Facebook, pero Twitter y Facebook no hacen noticias y hay que pagar bien a los periodistas. Es muy complicado el modelo de negocio, pero sobrevivirán los periódicos que ofrezcan al público algo que no pueda leer en ninguna otra parte. No puedes publicar un clickbait con la misma historia que el resto y además esperar que la gente pague por ello. No lo harán. Hay que ofrecer algo distinto y de alto valor añadido con los recursos que se tienen.
Totalmente de acuerdo.
Los periódicos en Estados Unidos que antes tenían decenas de personas trabajando y ahora solo tienen a siete personas, no tiene sentido que publiquen cinco noticias al día porque nadie va a pagar por eso. Si utilizas a los siete periodistas para que hagan periodismo de investigación y soluciones, entonces la gente encontrará algo que realmente valga la pena comprar.
El modelo de negocio actual es el de una empresa pagando a un periódico por un pedazo de atención de sus lectores. Hay una cosa buena de la caída de la publicidad y es que estamos cambiando el modelo actual por un modelo financiado por los lectores, la filantropía, las fundaciones, la membresía o las suscripciones. La publicidad como modelo de negocio premia el clickbait, pero la gente está pagando por el buen periodismo. Insisto en que es mucho mejor modelo premiar el buen periodismo que el clickbait.
"No puedes publicar un clickbait con la misma historia que el resto y además esperar que la gente pague por ello. Hay que ofrecer algo distinto y de alto valor añadido. La publicidad como modelo de negocio premia el clickbait, pero la gente está pagando por el buen periodismo"
¿Y las subvenciones públicas?
Las subvenciones de la política siempre han sido un obstáculo para hacer periodismo libre y esto no ha cambiado. De hecho, es incluso peor que antes.
¿El periodismo es el cuarto poder?
Lo era. Hace 30 o 40 años había tres telenoticias en Estados Unidos y casi todas las familias los veían. Había varios periódicos nacionales y locales y lo que decían tenía mucho peso, pero ahora el escenario está fragmentado y nadie tiene tanta influencia como antes. No siento nostalgia por volver a una época donde solo había narrativa hecha por la clase dominante y la gente marginada no tenía ninguna forma de expresarse, pero la fragmentación implica que el poder que tiene el periodismo ya no es el que era.
La historia escrita por los vencedores.
Exacto.
¿El diario en papel tiene fecha de caducidad?
El periodismo escrito seguirá existiendo aunque solo sea digital. No es importante que exista también la imprenta.
"Las subvenciones de la política siempre han sido un obstáculo para hacer periodismo libre y esto no ha cambiado. De hecho, es incluso peor que antes"
¿Qué papel han jugado los medios de comunicación en el fin de la era Trump y el inicio de la era Biden-Harris?
El mainstream media como New York Times, Washington Post, Wall Street Journal o NBC se ha convertido sin querer en la oposición a Trump. El mainstream media cuenta una realidad que él no quiere contar y a la que llama Fake News. No es un papel cómodo para los medios de comunicación porque no deben tener el mismo peso que un partido político. Trump ha politizado el periodismo y no creo que esto se solucione ahora con Joe Biden y Kamala Harris. El Partido Republicano es el partido de Trump. Pensábamos que nos habíamos librado de los gobiernos autoritarios cuando cayó el comunismo pero han vuelto con fuerza en Filipinas, Brasil, Estados Unidos o Europea Oriental.