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Viajar con el virus de la queja y la desinformación

VIA Empresa desmonta los mitos sobre la supuesta falta de seguridad en el transporte público por la covid-19 a través de una conversación con Renfe y un estudio internacional

El virus de las 'fake news' al transporte públic
El virus de las 'fake news' al transporte públic
Barcelona
08 de Noviembre de 2020

La pandemia de covid-19 ha venido acompañada del virus de la queja y de la desinformación. Esta ha sido la semana en que la recomendación de los expertos de viajar sin hablar en el transporte público no ha gustado mucho a demasiadas personas, que han criticado los consejos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la red porque consideran que "todavía limitan más nuestras libertades". Pero por otro lado, internet continúa siendo un vertedero de críticas al transporte de muchas personas que no lo consideran seguro. El conseller de Territori, Damià Calvet, ya recordó a principios de semana a través de un tuit que "el transporte público es seguro" y, de hecho, aportó una cifra que desmonta muchas teorías que circulan por todas partes: el índice de contagio es sólo del 0,06%. Y no sólo esto. Teniendo en cuenta que la recomendación del teletrabajo y las clases a distancia en las universidades han hecho caer -todavía más- la demanda, tanto TMB como Renfe continúan ofreciendo el 100% de metros, trenes y autobuses, mientras que la demanda está en torno al 50%.

A menudo las fake news tapan los datos científicos que demuestran, en este caso, que el transporte público es casi 100% fiable en tiempo de coronavirus y estudios como el de la Asociación Internacional de Transporte Público (UITP) -una asociación con más de 135 años de historia- caen en el olvido. Según su informe bautizado como El transporte público es seguro con la covid, el esfuerzo realizado durante estos meses para adoptar las medidas necesarias de seguridad ha comportado que "numerosos estudios científicos muestren que el transporte público presenta un riesgo mucho menor que otros lugares públicos o reuniones privadas", pero el problema radica en que quizás esto no se ha sabido comunicar bien.

"Hay que realizar esfuerzos adicionales para comunicar enérgicamente los beneficios del transporte público a la sociedad y restaurar la confianza de la ciudadanía", ruega el resumen del estudio, que subraya que sus responsables "han sabido reaccionar con extrema rapidez a la situación y han demostrado un gran sentido de la responsabilidad", a pesar de que, en un primer momento, no tenían ningún tipo de experiencia en una situación así. Precisamente en este sentido, fuentes de Renfe aseguran a VIA Empresa que "es un tema de conciencia global" y sostienen que, si el transporte no fuera seguro, "las administraciones habrían hecho algo".

Renfe: "Hay que realizar esfuerzos adicionales para comunicar enérgicamente los beneficios del transporte público a la sociedad y restaurar la confianza de la ciudadanía"

Tanto es así que, con el estallido de la pandemia, las autoridades recomendaron coger lo más mínimo posible el transporte público. Pero esto fue cuando todavía no se sabía cómo actuaba el virus. Entonces, los responsables de la movilidad pública se pusieron las pilas y a trabajar de lo lindo y, si lo recordáis, la mascarilla sólo era obligatoria en el transporte público cuando en el resto de espacios no lo era. "El tren es seguro porque se llevan a cabo todas las medidas que marcan las autoridades sanitarias", explican estas fuentes de Renfe, que ponen encima de la mesa que se renueva el aire a través de los filtros automatizados y, además, recuerdan que el tren cada tres o cuatro minutos hace una parada y abre puertas y hay una renovación complementaria de este aire. "En el transporte público hay una serie de medidas que no hay en otros ámbitos", ratifican.

¿Mirada larga?

Mientras que la semana pasada el presidente de Pimec, Josep González, abría el melón de la posibilidad de fomentar la movilidad privada en plena segunda ola de la covid-19, desde Renfe consideran que esto "es opinar desde el desconocimiento". La patronal de las pymes reclamaba "hacer medidas excepcionales en momentos excepcionales" y estas pasarían por "fomentar el transporte privado" para evitar que se colapse el transporte público.

En este sentido, Pimec quería dejar muy claro que no es que hayan dejado de lado la línea de la sostenibilidad, al contrario, pero exponían que la ocasión merece hacer cosas que en una situación "normal" no se habrían planteado. Entre sus propuestas para complementar la medida del teletrabajo -y para todos aquellos trabajos que no puedan hacerlo-, destacan la de "suprimir los peajes de las autopistas" o "dejar libres de cargo las zonas azules y verdes de las ciudades". Esta sería una manera de "facilitar el uso del coche privado" sólo durante el tiempo que dure la pandemia.

El aviso de Renfe: "Ahora hablamos a corto plazo, pero a medio plazo también está el problema de la contaminación"

Pero Renfe no lo ve así y recuerda que un estudio del Ayuntamiento de Barcelona cifró en 1.000 muertos al año las defunciones causadas por la contaminación sólo en la capital catalana. De hecho, este informe constata que la exposición continuada a los niveles de contaminación que hay en la ciudad es "un grave problema de salud pública" y advierte de que el 33% de los nuevos casos de asma infantil y el 11% de los cánceres de pulmón están causados precisamente por la contaminación.

"Ahora hablamos a corto plazo, pero a medio plazo también hay el problema de la contaminación", insiste Renfe, que reitera que, a pesar de que la demanda ha caído en picado, "tenemos que intentar que la gente recupere la confianza en el transporte público" porque, subrayan, "nos jugamos todos mucho y tenemos que ser muy cuidadosos con estas cosas". Sea como sea, las redes sociales hacen mucho daño en este sentido y, tanto Renfe como TMB no se cansan de ir respondiendo a comentarios para calmar los ánimos de los usuarios. De hecho, TMB está instalando dispensadores de gel hidroalcohólico por todas sus estaciones y, de momento, ya tienen en 123 de ellas.

Datos objetivos

La Asociación Internacional de Transporte Público señala, además, que en ningún país del mundo se ha parado el transporte público por la covid-19, al mismo tiempo que lamenta que, "a pesar de la falta de evidencias científicas, muchos gobiernos han pedido que las personas eviten usar el transporte público", cosa que, señalan, "ha afectado al comportamiento de las personas y la percepción pública de sentirse en riesgo en espacios públicos".

Pero de lo que sí que hay evidencias es de que, si las autoridades se adaptan a las recomendaciones como, por ejemplo, adaptar las redes y los servicios, aumentar la capacidad operativa, invertir en nuevas tecnologías para proporcionar información en tiempo real a los clientes y gestionar el índice de ocupación y aplicar medidas de seguridad, el transporte público es seguro. Seguramente por eso, en un primer momento, el Govern pidió a la ciudadanía que evitara el transporte público, pero ahora tienen claro que es uno de los lugares públicos más seguros.

Renfe: "El transporte público reúne una serie de condiciones que si se cumplen y si se toman las medidas que marcan las autoridades es seguro y el ratio de contagios es mínimo"

El informe reconoce que todas estas medidas "aumentan los costes" del servicio, pero vuelven a recordar que "cada vez hay más estudios científicos y análisis empíricos que muestran el rendimiento adecuado de los sistemas de transporte público en comparación con otros lugares públicos y privados". Estudios provenientes de Robert Koch-Institut de Alemania, del Instituto público francés de información sanitaria, del organismo de seguridad ferroviaria del Reino Unido o de la University of Colorado Boulder, entre otros muchos. Y, como señala Renfe, "el transporte público reúne una serie de condiciones que si se cumplen son seguras y si se toman las medidas que marcan las autoridades es seguro y el ratio de contagios es mínimo".

El transporte público es seguro para todo el mundo si se siguen las recomendaciones de las autoridades: no beber, no comer, no hablar y llevar siempre puesta la mascarilla. Y, como se ha dicho en tantas ocasiones en tiempos de pandemia, y señala el estudio, "ahora es el momento de idear soluciones visionarias y fortalecer la formulación de políticas que fomenten una urbanización inclusiva, sostenible, resistente e inteligente, que proteja los derechos de los ciudadanos y los fundamentos de la democracia local, en apoyo de la prosperidad y el bienestar". Todo en línea con el Acuerdo de París sobre el cambio climático, la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana. Porque el coronavirus ha acelerado lo que un día u otro tenía que llegar y ahora es el momento de aprovecharlo.