El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la imposición de aranceles del 25% a "todos los coches no fabricados en Estados Unidos". En plena polémica por la difusión de planes de guerra contra los hutíes de Yemen en un chat de Signal entre altos cargos del gobierno en el que se había incluido por error a un periodista, Trump ha querido hacer pública una nueva traba a la exportación de productos al mercado norteamericano con el argumento del fortalecimiento de la industria propia. El mandatario republicano ha insistido en que los coches hechos en EE. UU. no serán gravados con la tasa, abriendo así la puerta a los fabricantes extranjeros para que se instalen en el país.
Precisamente, horas antes de la comparecencia en la que ha hecho pública la subida de aranceles, Trump ha difundido en su red social, Truth Social, un mensaje en el que anunciaba inversiones en EE. UU. de fabricantes de coches como el coreano Hyundai, los europeos Stellantis, Rolls Royce y Volkswagen o los japoneses Honda y Nissan.
Los aranceles a los automóviles se suman a los que la administración estadounidense ya ha aplicado a otros productos como el acero y el aluminio, en medio de una guerra comercial de alcance global desencadenada por el republicano que ha provocado caídas destacadas en las bolsas, especialmente en las de EE. UU.
Aparte, el gobierno de Trump espera anunciar el 2 de abril un nuevo paquete de imposiciones a las importaciones que promete afectar a diversos productos, aunque desde su llegada por segunda vez a la Casa Blanca, el republicano ha hecho varios anuncios sobre medidas económicas de este tipo que poco después ha retirado o modificado sustancialmente.