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Trump y economía europea: ¿qué cambia?

La postura dura de Trump con China pone a Europa en una posición delicada en una posible guerra comercial

Donald Trump durante un mitin electoral | EP
Donald Trump durante un mitin electoral | EP
14 de Noviembre de 2024
Act. 14 de Noviembre de 2024

La victoria de Donald Trump sacude el escenario global. ¿Cómo afectará esta nueva realidad a nuestras empresas y mercados? El impacto podría ser profundo, transformando nuestro tejido empresarial y modificando las reglas del juego a las que estábamos acostumbrados. En el reciente informe del Observatorio de la PIME de Catalunya se pronostican diversos impactos que habrá que seguir muy de cerca:

  • Tensiones geopolíticas e inflación: la postura dura de Trump con China pone a Europa en una posición delicada en una posible guerra comercial. Además, los conflictos geopolíticos podrían intensificarse, especialmente en Israel, con efectos adversos sobre el consumo y un aumento de los costes de materias primas, perjudicando la renta familiar y limitando el crecimiento europeo.
  • Dólar y comercio con los EE. UU.: la política proteccionista (America First) favorece un dólar fuerte. Esto reduce el coste de los productos europeos en EE. UU., pero los nuevos aranceles (del 10% al 20% en todas las importaciones europeas y del 60% en las importaciones chinas) harán más difíciles estas exportaciones. Además, el descenso del euro aumenta el coste de las importaciones europeas, presionando la inflación.

  • Financiamiento: las políticas fiscales expansivas de Trump podrían aumentar el rendimiento de los bonos estadounidenses, atrayendo inversores y elevando los tipos de interés europeos. Esto encarece la deuda, dificultando el financiamiento, un obstáculo importante para las pymes.

La postura dura de Trump con China pone a Europa en una posición delicada en una posible guerra comercial

  • Desregulación financiera: la menor regulación puede provocar, al principio, alzas en los mercados financieros, pero a la larga puede ser la fuente de inestabilidad y crisis bursátiles.

Si lo miramos en el ámbito sectorial, estos impactos afectarán buena parte del tejido empresarial y, especialmente, a sectores como los siguientes:

  • Exportación: el aumento de los aranceles puede representar un obstáculo importante para las exportaciones catalanas hacia los EE. UU., con consecuencias variables según el sector. Aunque los Estados Unidos absorben solo un 4% del total de exportaciones catalanas, en sectores específicos, como el del vino y cava, este porcentaje se eleva hasta el 14%. Estas cifras evidencian la vulnerabilidad de ciertos sectores frente a posibles barreras comerciales.
  • Agroalimentario: además del vino y cava, como hemos dicho, hay otros productos agroalimentarios, como el aceite de oliva y la carne, que también podrían ser muy perjudicados por los nuevos aranceles. Ante este escenario, los productores podrían verse impulsados a explorar otros mercados alternativos que garanticen una mayor estabilidad comercial y ofrezcan oportunidades de crecimiento en un entorno menos restrictivo.

  • Industria (automóvil, química...): las exportaciones industriales hacia los EE. UU. también pueden ser perjudicadas por aranceles más elevados. Además, las políticas de relajación regulatoria en los Estados Unidos ofrecen ventajas competitivas a los productos estadounidenses, poniendo bajo presión a los productores europeos que deben operar dentro de normativas más estrictas y costosas, especialmente en temas de sostenibilidad. Este nuevo escenario obliga a las empresas europeas a plantearse estrategias que les permitan mantener su posición en un mercado global cada vez más exigente y desigual.
  • Armamento: las políticas de Trump menos comprometidas con la seguridad europea y más duras con países como China pueden incrementar el gasto en defensa en Europa.

Las políticas de Trump menos comprometidas con la seguridad europea y más duras con países como China pueden incrementar el gasto en defensa en Europa

  • Tecnología (inteligencia artificial, criptomonedas...): La alianza con figuras como Elon Musk impulsará la innovación. Con una regulación menos restrictiva, las empresas tecnológicas estadounidenses podrían avanzar más rápidamente. Europa, que ya lleva años perdiendo terreno, tendrá que adaptar su regulación o arriesgarse a quedarse más atrás.
  • Energía: se puede producir un incremento de los precios, debido a las tensiones comerciales y a los aranceles, lo que encarece los costes para las empresas con alta dependencia energética.
  • Sostenibilidad: Trump quiere salir nuevamente del Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático. Y en los últimos meses ha insistido en perforar, perforar y perforar para producir más petróleo. Esta política poco favorable a la descarbonización puede dificultar los objetivos de sostenibilidad de la UE. Se pueden generar desventajas competitivas para las empresas enfocadas en las energías renovables.
  • Inmobiliario: el sector inmobiliario podría verse afectado en caso de que aumenten los tipos de interés, lo que dificultaría el acceso al crédito para familias y empresas.
  • Turismo: el sector turístico puede verse afectado por la inestabilidad internacional. Al mismo tiempo, un dólar fuerte podría hacer Europa más accesible para los turistas estadounidenses.

En conclusión, la victoria de Trump y sus políticas proteccionistas afectarán profundamente la economía del viejo continente. Europa se ve abocada a redefinir sus estrategias para no pasar a ser marginal en un escenario global más complejo y fragmentado. Todo esto puede acelerar la adopción de las propuestas del informe Draghi para que Europa recupere la competitividad perdida. En los últimos años, se ha hecho evidente que mientras Estados Unidos innova y Asia fabrica, Europa regula y burocratiza. Habrá que ponerse las pilas.