La semana de Donald Trump ha sido completamente centrada en la política interior. Al contrario que las últimas semanas, los frentes abiertos son múltiples siendo la guerra civil del partido republicano la piedra angular de todo el que pasa en el resto de temas. El presidente Bush, de 91 años, ha tenido que pedir excusas en público por una acusación de acoso sexual. Sí, no rían. Los opioides, el KremlinGate, los refugiados, Puerto Rico y el muro han sido temas más a destacar. Dos grandes asuntos de gran importancia: la reforma fiscal y la desclasificación de los documentos del asesinato de JFK.
La muerte de un manifestante este verano a Charlottesville fue el detonante para la dimisión de Steve Bannon (alto-right) como cabeza de estrategia de la Casa Blanca. Hace tres semanas el GOP organizó su conferencia anual y allá estaba Bannon. El que hizo fue, esencialmente, proferir amenaçes contra el establishment, afirmando que iría estado por sido presentando candidatos para echarlos.
A pesar de que nadie se lo tomó seriamente, el cierto es que está cumpliendo, puesto que trae algunas victorias. Seguramente por eso esta semana dos congresistas del GOP, Corner y Flake, han levantado duramente la voz contra el presidente Trump. Ambos han anunciado que no se presentarán a la reelección, pero que los 14 meses que los queda de mandato los dedicarán a hacer caer al presidente. También han animado al resto de congresistas a levantar la voz, puesto que creían los republicanos que Trump cambiaría y que ahora ya saben que no lo hará. Flake afirmó que Trump es un riesgo para la democracia (aleluia!) y John McCain, senador republicano, lo felicitó en público por su discurso. La Casa Blanca ha celebrado la retirada de los congresistas. Esta semana ya hace tres que Trump tendría que haber implementado las nuevas sanciones en Rusia. El riesgo que la política americana sea una batalla campal cada día es más elevado.
Las últimas semanas ha habido un alud de denuncias por violación y acoso sexual de personajes del mundo del espectáculo y del cine. No he hecho ninguna referencia, puesto que era un tema ajeno a la política. Pero parece ser un efecto dominó a la vida pública americana, puesto que esta semana una actriz ha acusado el expresidente George W. Bush de acoso sexual. La oficina de Bush ha emitido un extraño comunicado explicando que es un malentendido fruto de las bromas que hace el presidente de acá que hace cinco años va en silla de ruedas.
Asuntos pendientes al exterior
El presidente Trump ha levantado el veto a los refugiados exceptuando los de 11 países, a quienes ha ordenado una revisión en 90 días. La guerra de la opioide que vive el interior del país, fundamentalmente hombres blancos, ha cogido protagonismo, puesto que el presidente ha anunciado que trabaja en un plan específico para combatir el terrorífico brote de drogaddicció que afecta a muchísimos norteamericanos. También ha presentado ocho diseños para el muro con México. A pesar de que no tiene presupuesto ni votos por la construcción, una de las primeras órdenes ejecutivas que firmó fue para empezar la preparación de la construcción.
Por su parte, Puerto Rico parece que empieza a mejorar. Elon Musk, a través de Tesla, ha empezado a proporcionar electricidad a un hospital que no se podía utilizar. El acuerdo de Musk con el gobernador Rossello no ha trascendido, pero algunas fuentes explican que es bastante ambicioso y rápido. Por otro lado, el presidente Trump ha firmado una ayuda de 36.000 millones de dólares para la isla. Parece que despacio las cosas podrán volver a la normalidad y que se podrá evitar una crisis humanitaria.
El KremlinGate ha sido protagonista pero no en el sentido habitual de las cosas. Esta semana hemos sabido que el dossier Steele, en referencia al analista de inteligencia Christopher Steele - experto en asuntos rusos-, fue financiado por el partido demócrata. El escándalo es importante, a pesar de que algunos han interpretado incorrectamente que el dossier es falso. Steele es un profesional y el informe tiene que ser procesado y, por lo tanto, no puede ser interpretado sin el contexto y la verificación habitual. El problema que tiene no es ningún otro que se basa en una supuesta reunión en Praga entre un emisario de Putin y uno de Trump. Steele afirma a su dossier que un oficial de la Intel de Estonia le proporciona la información. El problema es que nadie en Estonia verifica esta fuente y, el que es peor, nadie en Praga verifica que los espías estonians hicieran ninguna operación de seguimiento en Praga. El normal es avisar y hacer operaciones conjuntas pero esto, sencillamente, no pasó. Quién es esta fuente con capacidad para engañar a un analista de primera línea como Christopher Steele? Quién acierte, si nunca se llega a saber, se hará millonario. Por estos detalles es mala cosa que la prensa filtre informes sucios de inteligencia.
Asuntos internos
La reforma fiscal de los republicanos, que encara no está demasiado claro cuál es, increíblemente ha empezado a andar ganando votaciones al Congreso y en el Senado. Digo increíblemente por qué la guerra civil que vive el partido republicano hace pensar si no es mejor poner orden antes de avanzar, pero se ve que los conservadores americanos saben enfadarse sólo en ratos.
El presidente Trump ha tomado la decisión de desclasificar el asesinato de JFK a pesar de la oposición de todas las agencias de inteligencia de los Estados Unidos. Saben defenderse y no han publicado hasta 300 documentos amparándose en la seguridad nacional. Los historiadores han dicho que esta desclasificación no aportará nada de nuevo. Lee Harvey Oswald fue, sin ningún tipo de duda, el autor material del asesinato. Las dos incógnitas que existen son: 1) si Oswald era un agente de Fidel Castro y si su viaje en México unas semanas antes tiene relación y 2) El papel de la CIA y FBI en el caso, puesto que existe la posibilidad que el asesinato fuera una represalia cubana en un intento de abatir Fidel Castro. Y sí, por si lo están pensante, la inteligencia cubana es de primera línea, especialmente en los Estados Unidos.