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Trump y Jong-uno, un apretón de manos de manso de balde

El presidente de los EE.UU. regala una foto al presidente de Corea del Norte mientras las denuncias amenazan su legislatura

Jong-uno y Trump dándose la mano en el encuentro del 12 de junio
Jong-uno y Trump dándose la mano en el encuentro del 12 de junio
Ivan Aguilar
Barcelona
15 de Junio de 2018

La política americana va subiendo su temperatura de forma sostenida a medida que las midterms -elecciones en el Congreso y en el Senado- del mes de noviembre de este año se acercan. Los demócratas están aumentando sus expectativas de obtener una mayoría en el Congreso que los sirva para contener las iniciativas legislativas del presidente Donald Trump. La política exterior sigue siendo la protagonista, tanto en ámbito geopolítico -Corea del Norte e Irán- como económico con la guerra comercial con la Unión Europea y el NAFTA. El KremlinGate sigue dando tardes de gloria y este mes han vuelto a pasar cosas relevantes a la vez que el Congreso ha aprobado una ley bancaria fuerza importante -y poco entendida en Europa- sobre los Community Banks americanos.

 

La política exterior sigue siendo el eje más activo de Trump. Este es doble: económico- con la guerra comercial con el NAFTA, Unión Europea y la China- y geopolítico -con Irán y Corea del Norte-. El eje geopolítico atraviesa un impàs en Irán, a la espera que el Departamento de Estado publique un listado con las empresas y particulares que recibirán sanciones para hacer negocios con Irán y por lo tanto toda la actividad se centra en Corea del Norte. En el último Trumponòmics los expliqué que la negociación secreta entre Kim Jong-unoy Mike Pompeo que dio como resultado una reunión entre ambas Corees en la zona desmilitarizada se puede considerar como el triunfo más importante de Donald Trump en política exterior.

Un apretón de manos de manso de balde

Unos días después el POTUS anunció una reunión por el 12 de junio en Singapur con Kim Jong-uno pero esta noticia no fue muy recibida por los analistas. Pyongyang anunció que destruiría la base donde hacía las pruebas con armamento nuclear -destrucción que ya se ha producido- después de la reunión con su homónimo del sur a la vez que se comprometió a desnuclearitzar Corea del Norte si los Estados Unidos ofrecían garantías de no-agresión. A pesar de que a priori esto puede parecer un triunfo para Trump, el cierto es que Kim Jong-uno busca desesperadamente un apretón de manos de manso con los Estados Unidos para ganar legitimación interior. Esto, pero, no es un motivo bastante fuerte para no hacer el encuentro pero sí que es cierto que Trump tendría que obtener más concesiones antes del día 12, porque los incentivos por desescalar completamente después del encuentro serán nulos para el líder norcoreano. Los especialistas afirman que desmontar los ICBM -misiles intercontinentales- tanto de largo como de corto recorrido es la base de las demandas del Departamento de Estado, demandas que Mike Pompeo trasladó a Kim Yong-chol en una reunión en Washington Miérc. la semana pasada.

 

"A efectos prácticos Donald Trump le ha regalado un apretón de manos a Kim Jong-uno a cambio de nada"

 

El cierto es que la reunión del día 12 no está exenta de peligro para el presidente Trump, puesto quellegará con poco leverage sobre su contrapart. Y esto es terreno propicio para una escalada del conflicto durante segunda parte del año. Todos los miedos de los especialistas se confirmaron el día 12 de junu. El presidente Trump obtuvo un mal acuerdo de desnuclearización -exactamente como las 14 veces anteriores que Corea del Norte ha anunciado desnuclearización- porque el documento no especifica absolutamente nada del que implica esta desnuclearización. A efectos prácticos Donald Trump le ha regalado un apretón de manos a Kim Jong-uno a cambio de nada. El que vendrá ahora ya no los puede sorprender. La preocupación dentro del gobierno americano es máxima y bastante diplomáticos de alto nivel han decidido abandonar el Departamento de Estado.

Guerra comercial para negociar aranceles

En el terreno económico, el presidente Trump ha puesto alerta a todos sus aliados con la insistencia de empezar una guerra comercial con la China, la Unión Europea, Canadá y México si bien es cierto que el aumento de aranceles con la China está congelado a la espera de una reunión en Pekín el próximo mes. El cierto es que la UE ha anunciado represalias si Trump instaura aranceles al acero y el aluminio tal como los avancé hace unos meses en esta columna. Este juego busca claramente renegociar acuerdos comerciales y tendrá un impacto mínimo sobre la economía americana -una décima y media según mis cálculos-. Pero el riesgo es real si el presidente quiere recortar un 25% las importaciones de la China y México. En este caso la economía americana entrará rápidamente en recesión y por lo tanto hay que estar alerta; más teniendo en cuenta que las midterms venden en justo cinco meses.

La reputación y la deuda

La primera reforma financiera importante -Economic Growth, Regulatory Relief, and Consumer Protection Act- ya ha entrado en vigor apenas hace unos días. A pesar de que muchos han querido vender esta ley como la derogación de la Dodd-Frank Act -reforma sistema financiero puesto-2007 y protección del consumidor- el cierto es que la nueva ley firmada por el presidente Trump ha sido muy muy recibida por los Community Banks americanos, los mine-bancos (de menos de veinte empleados) que hay sobre todo en el interior de los Estados Unidos. Este tipo de entidades destacan para ser bancos especializados en la actividad principal del pueblo donde están situados. Es decir, son bancos especialistas en microempresas y pequeños negocios, el alma del crecimiento económico.

Tradicionalmente, los Community Banks, al igual que las cajas de ahorro alemanas -son exactamente igual con una diferencia: los americanos son de propiedad privada y los alemanes son públicos- han basado su actividad prestamista en el conocimiento profundo de la comunidad donde están situados y, por lo tanto, necesitan que exista muy poca regulación que limite su actividad. En el interior de los Estados Unidos -el mundo rural- no pagar deudas tiene un coste reputacional muy elevado y a menudo implica marginación social. Este mecanismo fue muy efectivo para el crecimiento económico entre los 60 y los 90, pero el advenimiento de las normas de Basilea -la regulación bancaria internacional- los dejó en extrema debilidad. Sus préstamos, igual que los de las cajas alemanas- fueron considerados de alto riesgo por el regulador.

"La reforma financiera hace que los Community Banks puedan gestionar el riesgo y que el coste reputacional de impagar sea la medida antirisc"

 

La consecuencia fue que los Community Banks empezaron a cerrar en masa y los que sobrevivieron lo hicieron a expensas de comprar deuda pública en detrimento de dar préstamos a las empresas familiares. En Alemania el proceso fue similar con una diferencia: el gobierno alemán dio deducciones fiscales para que las cajas alemanas pudieran comprar hipotecas españolas en lugar de deuda pública alemán. En ambos casos, pero, el crédito bancario a empresas familiares sufrió una caída monumental entre 1990 y 2006. La reforma financiera del presidente Trump va en linea con el que se reclama entre muchos especialistas desde hace años: que los Community Banks puedan gestionar el riesgo ellos mismos y que el coste reputacional de impagar vuelva a ser la principal medida antirisc de los pequeños bancos rurales americanos. Alemania ha creado una unidad especial de seguimiento para averiguar como impacta esta ley en el mundo rural americano. Y esto hay que aplaudirlo, porque es probable que Europa tenga que tomar medidas similares en el futuro.

Mueller y Underwood, el final de Trump

El KremlinGate ha vivido una escalada importante por dos bandas. Barbara Underwood, que sustituyó Eric Schneiderman como Fiscal General del Estado de Nueva York por una denuncia por acoso sexual, ha presentado una querella contra Donald Trump, sus dos hijos y el marido de Ivanka Trump así como los directores de campaña por blanqueo de capitales. Todavía es pronto para conocer todos los detalles pero sin duda la presidencia de Donald Trump empieza a estar en riesgo. Por otro lado, el Fiscal Especial Robert Mueller III está maniobrando para conseguir que Michael Cohen, el abogado personal de Trump, colabore con él y explique todas las interioridades del presidente. En esta línea ha enviado la documentación a los abogados de Cohen para presentar la acusación para que sea juzgado y atestigue ante el Gran Jurado (sin abogado). La respuesta de Cohen no se ha hecho esperar y ha filtrado a la prensa que planea renunciar a sus abogados, cosa que señala que está dispuesto a colaborar con Mueller III: esto acabará con la presidencia de Donald Trump. Ahora bien, esta filtración se puede interpretar también como una petición de ayuda desesperada a la familia Trump. Las próximas semanas sabremos con seguridad qué estrategia de defensa utilizará Michael Cohen.

"Cohen está dispuesto a colaborar con Mueller III y esto acabará con la presidencia de Trump"

 

El que es seguro es que la doble estrategia de ataque planeada por Robert Mueller y Barbara Underwood abre la posibilidad que Donald Trump pueda ser juzgado. La dificultad porque esto pase es la existencia de base legal sólida a favor de la constitucionalidad de un procesamiento al presidente, puesto que según el Departamento de Justicia este procesamiento puede distraer el POTUS de sus funciones, cosa que la Constitución americana no permite. Existe esta base legal? La respuesta es que sí: hace unas semanas el Fiscal General de California, Alexander Stern, firmó un informe legal para el Departamento de Justicia donde explora la posibilidad que un "sealed indictment" -imputación en secreto sin que el afectado lo sepa- es plenamente constitucional, puesto que no distrae el presidente y, además, protege al Fiscal Especial Robert Mueller porque permite que la justicia haga su camino incluso si el presidente decide despedir Mueller. Sin duda, un informe importantísimo si Trump consigue que el juez de Nueva York declare inconstitucional la querella presentada por Barbara Underwood. Definitivamente, Donald Trump vive las horas más difíciles, de acá que llegó, a la Casa Blanca.