Uber ha vuelto a las calles de Barcelona . Lo ha hecho este mismo martes a las 8 de la mañana, cuando ha puesto en marcha un servicio que hace tres años dejó la capital catalana por problemas con las administraciones y los mismos taxistas, quienes vuelven a ver una amenaza. Y es que la compañía norteamericana ha desembarcado en tierras catalanas con una estrategia muy diferente: la de licencias VTC, siguiendo el ejemplo de Cabify y como única opción para poder circular deprés de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Un modelo que tampoco convence los taxistas y que, como afirman desde el Sindicato del Taxi de Cataluña (STAC), "no cumple con la legislación vigente".
Berbel: "Las licencias VTC nacieron con el objetivo de dar unos servicios como de taxi de lujo o especial, pero lo están extendiendo a todo el mundo"
En total son 120 las licencias VTC (vehículo de transporte con chófer), pero contratadas a una empresa de autobuses. Así lo explica el presidente del STAC a VÍA Emprendida, Luís Berbel, quien remarca que intentan operar bajo un paraguas que contempla una operativa muy diferente de la que siguen las nuevas empresas de la economía colaborativa. "Estas licencias nacieron con el objetivo de dar unos servicios como de taxi de lujo o especial, como son los casamientos, entierros, servicios de gerencias, empresas..., pero lo están extendiendo a todo el mundo", detalla.
El marco legal especifica que son vehículos que no pueden circular sin pasajeros, captar clientes y no pueden estar estacionados en zonas lúdicas o con una afluencia importante de gente. "No cumplen nada de esto. De hecho, van a lugares donde saben quehabrá clientes, los atraen y después los piden que se descarguen la aplicación para hacer como si hubieran contratado previamente el servicio", critica Berbel.
Hacer cumplir la ley
La legislación también marca que la proporción de vehículos tiene que ser 1:30. Es decir, una licencia por cada 30 taxis. Ahora bien, en Cataluña hay unas 945 VTC, cuando el presidente del STAC señala que tendrían que estar alrededor de las 400 para seguir con la normativa.
De cada 1.000 inspecciones que se hacen en Madrid, cerca de 400 reciben alguna sanción
Berbel tiene muy claro que demandarán Uber si la situación no se regulariza. Cómo también apunta que presentarán "una denuncia a Trabajo por las condiciones laborales de los conductores". Apunta que de cada 1.000 inspecciones que se hacen en Madrid, cerca de 400 acaban con alguna sanción por incumplimiento de las normas, desde las propias de circulación de este tipo de licencias hasta precariedad de los chóferes. "Estos señores trabajan de forma ilegal y hacen competencia desleal porque circulan como taxis encubiertos", insiste.
Lo sufren ya con Cabify y ahora el regreso de Uber hace que teman que la situación se intensifique. Por eso su principal reclamación es que las autoridades "hagan cumplir las normas". "Sólo pedimos esto", remarca, "porque no es quehaya un vacío legal, es que directamente incumplan las normas".
En este sentido, tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Barcelona han propuesto reducir el número de licencias VTC. El pasado 27 de febrero, el consistorio aprobó un nuevo reglamento para regular la actividad de alquiler de este tipo de vehículos. Su premisa es hacer cumplir la proporción 1:30 que establece la ley estatal y obligar a tener una autorización previa que tendrá que conceder el área Metropolitana de Barcelona.
Bono para el cliente?
Duda. Esta es la reacción que genera en los mismos usuarios, quienes pueden celebrar que tienen una opción de movilidad. Aún así, el presidente del STAC remarca que es una "amenaza tanto para el taxista cómo para el ciudadano": "Genera inseguridad para el usuario porque las tarifas son dinámicas. Suben o bajan en función de la demanda y esto hace que puedan ser más caras que las del taxi, que se mantienen estables durante todo el año". Aún así, la compañía norteamericana ha asegurado que podrá ofrecer precios hasta un 20% más baratas que la del taxi.
Para la investigadora del grupo de Investigación Dimmons de la UOC Mayo Carpintero, la clave rae en el uso quehaga el cliente. "Tenemos que ser conscientes del precio antes de coger el vehículo", dice.
Una hipotética convivencia
Pueden compartir las calles y hacerlo en armonía, sí, pero con unos condicionantes. El primero, según Carpintero, es que se siga un modelo como el que ha implantado el Reino Unido, donde explica que la área metropolitana de Londres "ha restringido el número de licencias VTC para articular la competencia al mercado del taxi". Justamente la medida que está tomando Barcelona con su último reglamento.
Carpintero: "El modelo de Uber como tal ha fracasado en Europa, se ha tenido que soltar al modelo de licencia imperante al mercado"
En segundo término, asegura que las compañías de alquiler de vehículos tienen que velar por unas condiciones laborales mínimas de los chóferes. "El modelo de Uber como tal ha fracasado en Europa, se ha tenido que soltar al modelo de licencia imperante al mercado, que no quiere decir que sea lo más adecuado, pero necesita ofrecer unas condiciones mínimas", comenta. Porque desde su punto de vista, tanto esta como Cabify aportan al servicio de transporte la modernización que el cliente demanda. Y recomienda, además, incluir sistemas como el rating de servicios para hacer más transparente el taxi.