El miércoles 16 de febrero saltaron las alarmas en los medios de comunicación de Catalunya. Pero, por fin, con una noticia positiva. El film Alcarràs, de la directora catalana Carla Simón hacía historia en la 72ª edición Berlinale, el Festival Internacional de Cine de Berlín. Se trataba del primer film catalán que ganaba el máximo galardón de este festival. Y, por lo tanto, situaba el pequeño municipio leridano de Alcarràs, de tan solo 9.000 habitantes, en el mundo.
Simón, muy emocionada, dedicaba el film a todas las "pequeñas familias de agricultores que trabajan la tierra cada día para que las frutas puedan llegar a nuestros platos". Y de aquí, la oportunidad de volver a situar en el mapa uno de los motores "en la sombra" de nuestro país. Y que a menudo no tiene el reconocimiento que se merece: Lleida.
La victoria de 'Alcarràs' en la Berlinae ha situado Lleida en su punto de mira, pero hace años que se apuesta por la competitividad e innovación del tejido empresarial
Quién hace tiempo que tiene el punto de mira puesto en Lleida es la élite empresarial catalanista Femcat, que entre los integrantes suman el 10% del PIB catalán. Y, después de redescubrir en sus viajes de benchmarketing Girona, Barcelona y el Vallès Oriental, ahora, en medio del Mobile World Congress de Barcelona, también quieren conocer de cerca la innovación y competitividad de Lleida. Sobre todo con el impulso que dio la antigua presidenta Elena Massot y, en la actualidad, David Marín. "Estamos ubicados en una posición geoestratégica a tan solo 18 km de Aragón y exportamos el doble de lo que importamos", apunta Miquel Aran, gerente del Parc Científic i Tecnològic Agroalimentari de Lleida. "Además, apostamos por el mejor talento local leridano. Ya no tenemos que buscar profesionales que vengan de Barcelona, el de aquí es muy potente", continúa Ferran Alemany, gerent de Torrons i Mel Alemany.
Ante el estreno de la película, que tendrá lugar el 29 de abril en las salas de cine de nuestro país, los presentes reconocen que "están preparados para el boom", pero les gusta hablar de la reinvención y la competitividad de las empresas del territorio. Y cómo han transformado los negocios tradicionales, como por ejemplo la miel, el pan, la cosecha de fruta y los cultivos. Es la modernización y el toque local de Lleida, que apuesta por la colaboración públicoprivada, con casos de éxito como por ejemplo el Parc Científic i Tecnològic Agroalimentari de Lleida -ubicado en un antiguo complejo militar- y el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA), que tiene un presupuesto de 50 millones de euros anuales o Indox, ubicado en Anglesola. Sin olvidar tampoco, el impacto social y cultural de la Fundació Sorigué, muy cerca de Balaguer. Arte en medio de piedras.
La cereza del pastel: Guissona
Durante los dos días que ha durado la visita de Femcat, los temas de conversación del empresariado catalanista han girado alrededor del tejido empresarial catalán, el sector agroalimentario del territorio, el papel de la mujer, las empresas familiares y también de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. La población de Guissona, conocida para contar con las instalaciones de BonÀrea – hay que recordar que es la empresa que más factura de la provincia de Lleida-, cuenta con la comunidad ucraniana más grande de Catalunya después de Barcelona: 1.000 censados. Y confiesan que muchos de ellos trabajan en el grupo alimentario después de que los "ficharan" en su país de origen. Trabajo a cambio de un piso, un nuevo lugar para vivir y nuevas raíces. Parece, según explican en VIA Empresa fuentes empresariales, un modelo de convivencia que está funcionando.
Aran: "Ya no tenemos que buscar el mejor talento en Barcelona, lo tenemos en Lleida"
Cómo podemos ver, al oeste de Catalunya hay desde pequeñas y medianas empresas, a grupos que facturan mucho y a menudo grandes desconocidos por el público general. Sin embargo, Lleida lo tiene todo a favor para reivindicarse. La película Alcarràs los ha puesto en su punto de mira, no solo en Catalunya, sino del mundo. El tejido empresarial leridano está, la integración también. Ahora, es cuestión de más inversión, sinergias, no dejar nadie atrás y mucho amor propio.