En toda ley, a menudo hay una trampa. Cuando la Ley General de Telecomunicaciones entró en vigor a finales de junio y anunciaba el "fin de las llamadas spam", se ponía fin a las llamadas de forma insistente, en horas intempestivas, que tan molestaba a la población. La ley, aprobada hace un año, dejó a las empresas para el cumplimiento de la norma con un consentimiento claro: el consumidor decide si desea recibir llamadas comerciales. Sin embargo, existe un "vacío legal" que lo ha cambiado todo.
En primer lugar, ¿cómo se vulnera la ley? ¿Por qué todavía recibimos llamadas comerciales? Hay que tener presente que, muchas veces, este consentimiento lo damos casi sin darnos cuenta, al aceptar sin apenas leer los 'Términos y condiciones' de las empresas. Y también conviene ser conscientes de que existen teleoperadoras domiciliadas en el extranjero, es decir, lugares donde la regulación española no es aplicable, pueden seguir haciendo llamadas spam o no deseadas. Es más, se ha producido un aumento de las llamadas de sociedades o negocios de estas características desde países extranjeros o con móviles adquiridos a otros países. Por tanto, puede ser habitual recibir llamadas "con un acento diferente" al que estamos acosetumados.
La cooperativa de telecomunicaciones Somos Conexión apunta a que también se utilizan las "llamadas automatizadas" para saltarse la ley. Además, desde la cooperativa criticaron que, si bien la nueva normativa mejora la protección de datos y los derechos de los consumidores, "aquellas compañías con una falta de valores éticos y empresariales continúan con las prácticas invasivas"
Más medidas para evitarlo
Antes de la aprobación de la ley, existían diferentes opciones para evitar estas llamadas molestas, tal y como estaba previsto en la Ley General Consumidores y en el código de consumo, o apuntándose en la Lista Robinson, pero no todas las empresas de telemarketing respetan las normas. Además, hay sospechas de que las compañías no sólo hacen caso omiso a esta lista, sino que las utilizan para conseguir una base de datos de personas a las que bombardear con llamadas y correos spam.
Una de las recomendaciones finales para combatir el spam es hacer constar por escrito que no quieres recibir llamadas de la operadora. Es mejor hacerlo por este método, para que quede constancia, así como de su respuesta. En cuanto a las llamadas del extranjero, lo mejor que uno puede hacer es bloquear los números de teléfono desde los que llamen, y así conseguir que se cansen. Cada llamada les cuesta dinero, y cuando vean que no obtendrán nada contigo, te retirarán de su lista de contactos. También han surgido diferentes aplicaciones para Android e iPhone que ayudan a bloquear las llamadas spam.