Valencia marca un nuevo hito en su compromiso con el desarrollo de un turismo sostenible, convirtiéndose en la primera ciudad del mundo al calcular la huella hídrica del turismo. Un nuevo estudio, realizado por la empresa Global Omnium en colaboración con la Fundación Visit Valencia y el Ayuntamiento de la ciudad, muestra el impacto de las acciones humanas en los recursos hídricos, calculando el consumo y contaminación del agua dulce que se deriva, directamente o indirectamente, de los diferentes componentes de la actividad turística, desde el transporte y el alojamiento a la consumición en restaurantes y locales de ocio.
De acuerdo con el estudio, el volumen total de consumo de agua derivado de la actividad turística a Valencia en el año 2019 fue de 74,23 hectómetros cúbicos, el que supone una huella hídrica de 0,315 metros cúbicos por turista y día. En el cálculo se incluye también a los creueristes y a los que simplemente visitan la ciudad en una excursión.
Solo el 16% del total corresponde al consumo directo de agua por los turistas, sobre todo en los alojamientos turísticos, mientras que el 84% es un consumo indirecto asociado a la producción de bienes y servicios, o la elaboración de alimentos. Esto incluye principalmente las comidas que los visitantes disfrutan en los restaurantes de la ciudad, las compras que hacen en sus tiendas y el mantenimiento de atracciones y locales de ocio. Por otro lado, el uso del transporte (tanto público cómo el alquiler de vehículos), solo constituye un 0,10% de la huella hídrica del turismo.