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La vida en un chip, fabricando el futuro

La economía digital y la soberanía tecnológica en Europa están en juego

 La Unión Europea ha impulsado la Ley Europea de Chips para que en 2030 su producción represente el 20% mundial | iStock
La Unión Europea ha impulsado la Ley Europea de Chips para que en 2030 su producción represente el 20% mundial | iStock
Barcelona
22 de Abril de 2022

Europa asumió no tener soberanía tecnológica en la fabricación de microprocesadores  y chips, pero en la actual crisis se ha dado cuenta de que la industria de los semiconductores es estratégica. Por eso, ha impulsado la Ley Europea de Chips para que en el 2030 su producción sea el 20% mundial. El objetivo es recuperar una parte de la soberanía perdida en el mercado de los chips.

 

La guerra es un problema geopolítico. Ucrania produce el 70% de gas neón a escala global y dispone de los más grandes yacimientos de litio de Europa, elementos que son necesarios para la fabricación de semiconductores y chips.

La crisis de microprocesadores ha comportado que muchos sectores industriales se hayan visto obligados a reducir, incluso parar, su producción

La actual crisis de microprocesadores ha comportado que muchos sectores industriales se hayan visto obligados a reducir, incluso parar, su producción. Esta escasez se ha visto acentuada especialmente en Europa, dado el reducido nivel de producción, dado que la fabricación en el ámbito mundial se concentra principalmente en el Extremo Oriente y en Estados Unidos.

 

Parece que esta crisis ha activado definitivamente a la Unión Europea, que está haciendo los pasos para intentar recuperar parte de la industria de chips de última generación. La UE está considerando seriamente fabricar semiconductores avanzados en Europa, para reducir la extrema dependencia que tenemos con Asia y EE.UU., pasando de una producción actual alrededor del 9% a superar el 20% mundial.

La Comisión Europea ha anunciado que movilizará unos 12.000 millones de euros públicos adicionales a los 30.000 millones de inversiones previstas procedentes de los fondos de recuperación NGEU, a través de impulsar una Ley Europea de Chips para que en el 2030 la producción en Europa sea un referente a nivel mundial. La presidenta Comunitaria ha avanzado en el Parlamento Europeo que presentarán esta Ley para permitir crear un ecosistema europeo conjunto de diseño y de producción de chips, para garantizar el suministro y desarrollar nuevos mercados con una tecnología europea pionera. El objetivo es reducir la dependencia de importar chips para producir redes de comunicaciones de 5G e infraestructuras críticas, además de atender los sectores de automoción, automatización industrial, salud e inteligencia artificial, así como reducir la dependencia a terceros países en un ámbito clave para la digitalización.

Establecer una nueva alianza europea para los chips, paralela a la creada para los datos industriales y la nube, conforman la finalidad de lograr el 2030 la soberanía tecnológica europea que la Comisión formuló este pasado mes de marzo. Una parte significativa de los fondos de recuperación se usarán para conseguirlo. La propuesta europea comportará alianzas industriales con EE.UU. y Japón, disponer de suministros seguros y fiables, potenciar la investigación y facilitar la fabricación de chips.

Otros que también han anunciado inversiones millonarias en el sector de semiconductores son EE.UU. con 52.000 millones de dólares y Corea del Sur con unas inversiones de 400.000 millones de dólares. Los que podrían participar en el proyecto europeo, conjuntamente con la compañía holandesa ASMI, son las compañías Taiwán Semiconductor Manufacturing (TSMC) y Samsung de Corea del Sur, que son los líderes mundiales en la fabricación de los microprocesadores más innovadores,

En este sentido, el Ejecutivo Comunitario quiere que en el 2030 el 75% de las empresas trabajen con inteligencia artificial y metadatos, y que Europa tenga 20 millones de europeos especialistas en tecnologías de la información y comunicaciones (TIC'S). Los objetivos de Bruselas son vinculantes en el ámbito comunitario, aunque la Comisión no ha fijado objetivos concretos para cada uno de los estados, y que tendrán libertad para definir sus propias políticas en este ámbito.

Catalunya dispone del conocimiento y de los medios materiales e industriales para poder ser escogida para desarrollar un proyecto de fabricación de semiconductores

El presidente español, Pedro Sánchez, ha anunciado una dotación pública de 11.000 millones de euros procedente de los fondos europeos para la fabricación de microchips y semiconductores en España. La vicepresidenta española de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha manifestado que está en conversaciones con empresas españolas y europeas para establecer una fábrica de microprocesadores en el Estado. El Barcelona Supercomputing Center (BSC) ha sido el escogido para coordinar el proyecto de desarrollo del llamado eprocessor, que sería el primer chip europeo de código abierto.

La Cambra de Comerç de Barcelona ha manifestado que celebra el anuncio del presidente Español para el desarrollo de esta industria. En este sentido, las Cambras impulsan una iniciativa para ubicar en Catalunya una de las fábricas europeas de semiconductores.

Catalunya dispone del conocimiento y de los medios materiales e industriales para poder ser escogida para desarrollar un proyecto de fabricación de semiconductores. Los chips son críticos para el buen funcionamiento de nuestra economía, el sector de más crecimiento de la demanda será la automoción, un sector importante en Catalunya. La escasez de suministro está provocando críticos problemas de producción en la industria de automoción, que se podría ver más afectado para la transición a la movilidad eléctrica.

Según las Naciones Unidas, China se ha convertido en un destacado centro de producción mundial de microelectrónica, junto con otros países como Corea del Sur, Singapur, Malasia, Estados Unidos, Japón, Tailandia y Filipinas, y Europa con Alemania y Países Bajos a la cola. China, sumando la producción de Hong Kong y Macao, con la de Taiwán y Corea del Sur concentran más del 80% de la producción global.

Poner en marcha una fábrica de chips es muy complejo, implica tiempo y mucho capital, sobre todo por los chips de última generación. Hacen falta entre 15.000 y 20.000 millones de dólares para construir una fábrica y es necesario de dos a tres años para que sea totalmente operativa. El coste de una fábrica en Europa es muy superior a los casos de Asia o los EE.UU., este hecho derivaría en una subida de precios, que sumado al grave problema geopolítico con la guerra de Ucrania, influye muy negativamente en el proyecto Europeo.

El grave conflicto al este de Europa vas más allá de la dependencia en el suministro de gas, petróleo o de minerales raros. Resulta que para la fabricación de semiconductores y chips tiene una importante clave la utilización de litio y del gas neón, y Ucrania produce el 70% de gas neón a escala global y dispone de los mayores yacimientos de litio de Europa.

Esperamos que la Comisión Europea actúe rápidamente en este tema. La economía digital y la soberanía tecnológica a Europa están en juego.