He aquí que el 2022 se consume y nos deja un montón de noticias interesantes. En esta serie, que hoy llega al capítulo 49 del año, hemos ido recogiendo todo aquello que nos ha parecido relevante del mundo de la empresa, tanto de la actualidad más frenética, como del pasado más revelador. Pero ni el mundo ni la economía son una foto fija, sino que nada se para nunca y todo fluye. Es por eso que hoy queremos recuperar algunos de los temas sobre los que hemos hablado durante los últimos doce meses y ver como han evolucionado.
Ni el mundo ni la economía son una foto fija
Empezaremos por un artículo que publicamos el pasado mes de enero, donde hablábamos de la adquisición de la firma catalana Glovo por parte de Delivery Hero. Desde entonces, la empresa de reparto ya no ha generado grandes titulares, excepto de una noticia relativa a la supuesta infiltración de un sindicalista en la firma para denunciar sus malas prácticas laborales. Decimos "supuesta" porque cuando se analiza con detalle la noticia, se comprueba que el sindicalista en cuestión solo fue a la entrevista de trabajo y no llegó a repartir nada. Sea como fuera, si hoy ponemos encima de la mesa a Glovo es porque en un sector muy próximo al suyo, el de los supermercados de compra ultrarápida, se ha producido una operación corporativa de gran trascendencia, porque la firma turca Getir ha adquirido la alemana Gorillas por un importe de 1.200 millones de euros. Todo ello, en un sector sin rentabilidad y con valoraciones a la baja (en octubre del 2021 Gorillas estaba valorada en 3.000 millones, dos veces y media su valoración actual). Habrá que ver si algún día consiguen hacer rentable tanta inversión millonaria.
El mes de febrero hablamos de tres perlas de la ciencia en Catalunya como son el Institut de Ciències Fotòniques (ICFO), el sincrotrón Alba y el Centre de Supercomputació de Catalunya (CSC). Precisamente este último fue noticia hace un par de meses porque lo han escogido por disponer de un ordenador cuántico dentro del programa europeo EuroHPC. Sean lo que sean los ordenadores cuánticos, parece una buena noticia.
Llegada la primavera hablamos del MidCat, aquel gasoducto abandonado que tenía que transportar gas natural desde la península hasta Francia, atravesando Catalunya. En aquellos momentos parecía que la infraestructura reavivaría, producto de la crisis energética y de la previsible carencia de gas procedente de Rusia, pero unos meses después todo ha cambiado. Los franceses han cerrado la puerta a la continuidad del proyecto y, a cambio, han propuesto la creación de una nueva canalización que una Barcelona con Marsella para enviar hidrógeno verde hacia Francia. Inicialmente, se había dicho que de manera transitoria también podría transportar gas natural hacia Europa, pero ahora esto parece descartado. No es el único cambio de rumbo del proyecto, porque si inicialmente se lo había bautizado como BarMar (Barcelona-Marsella), ahora parece que se llamará H2MED, haciendo referencia al elemento que circulará por su interior. El problema es que si el primitivo MidCat estaba pensado para inyectar energía en una única dirección (de Catalunya a Francia), ahora parece que esté nuevo H2MED podría servir también para que los franceses envíen (y cobren) a la península hidrógeno generado a partir de energía nuclear, el que denominan "hidrógeno rosa".
El mes de octubre fue el momento de tratar el tema Grifols, una empresa que se encontraba en una situación comprometida provocada por su exceso de deuda y por los nervios de los inversores. La medida estrella para mirar de parar la crisis fue el nombramiento de Steven Francis Mayer como primer ejecutivo y en representación de los fondos de inversión. En los casi tres meses que han pasado desde aquella decisión parece que la calma se ha ido imponiendo y que el futuro de la empresa no parece tan comprometido como en el momento de hacer el cambio de directivo. De hecho, las acciones categoría A de la compañía han pasado de valer 8,5 euros a cotizar por encima de los 10,6, es decir, una subida del 25%. Ahora el principal objetivo pasa por conseguir una buena venta de la filial china para hacer caja, reducir deuda y continuar apaciguando el incendio.
El noviembre fue el turno del mercado de la cerveza, donde explicamos que uno de los líderes indiscutibles es el grupo Mahou-San Miguel, con sede en Madrid. Este artículo enlazaba con otro publicado ahora, hace un año, donde explicábamos el funcionamiento del gigante de la distribución Disbesa, un grupo familiar catalán. El motivo de este vínculo es que hace pocos meses, apenas el verano pasado, la cervecera adquirió un 30% del capital de Disbesa, en una operación de la que la contraprestación monetaria no se hizo pública.
Y por supuesto, este 2022 hemos hablado mucho del Barça, nada más y nada menos que tres artículos monográficos donde tratábamos sucesivamente la auditoría forense, la operación con Sixth Street y las famosas palancas. La realidad es que el club cierra este 2022 con la misma debilidad financiera que lo ha acompañado los últimos años (pérdidas sostenidas, pasivo sobredimensionado, futuro inmediato incierto), sin que la gestión Laporta haya dado muestras de tener ideas para cambiar la situación. Veremos qué nos espera el 2023, pero no hay ningún indicio para ser optimistas...