"Volver a la Navidad es prácticamente obligatorio, por imposición propia", afirma Guillemos de Frenne, santcugatenc de 27 años y residente en Austria desde hace cuatro. Trabaja en una empresa de lujo desde que marchó a la busca de oportunidades laborales y a aprender un nuevo idioma. "Debido a la crisis, en España era imposible mejorar profesionalmente en aquel momento", explica a VÍA Emprendida. De Frenne es uno de los 260.000 catalanes que hoy en día viven en el extranjero, según cifras estimadas del departamento de Asuntos y Relaciones Institucionales y Exteriores de la Generalitat de Cataluña.
A pesar de no haber registre oficial en Cataluña, las últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que 252.003 personas habían marchado al extranjero el 2015. Motivos personales y profesionales los han motivado a cambiar de residencia y ahora es tiempo para muchos de volver, aunque sea sólo para disfrutar de las vacaciones navideñas. Este año, la Fundación Vuelve en casa-El Almendro ha elaborado el primer informe Cómo viven la distancia los españoles que residen en el extranjero, el cual revela que el 57% de los españoles residentes al extranjero señala la Navidad como su época preferida para volver a casa.
De hecho, muchos de los que no pueden hacer el viaje de vuelta durante estos días de villancicos y luces de colores, intentan mantener el espíritu navideño celebrando la Noche de Nadal, guarniendo la casa o comiendo productos típicos de esta época del año. Es el que explica Jordi Caixàs, natural de Palamós de 33 años y residente durante cuatro años en Edimburgo. "Cuando alguna Navidad lo he tenido que pasar en Edimburgo quizás es el momento donde añoras aquellas comidas y cenas interminables de estas fiestas que antes te parecían un martirio y que ahora que estás en otro país, echas de menos". Este año celebrará la Navidad en su pueblo –"el mejor del mundo", matiza- porque su billete es sólo de ida: "Me ofrecieron un trabajo a la televisión donde ya había trabajado, y a pesar de que era sólo por los fines de semana, decidí echarme a la piscina y volver", explica con incredulidad.
Para Eduard Samà, natural de Barcelona, esta Navidad será especial. Vive con su pareja a Toronto, en el Canadá, desde septiembre de 2014. El año pasado tuvo un contratiempo, puesto que por temas del visado no pudo salir del país porque perdía el estado que tenía allá legalmente y, por eso, la Navidad lo pasó a la otra punta del mundo. "Durante los primeros 19 meses que no volvimos a casa, el más difícil fueron las Navidades. El primero porque era el primer golpe que nunca habíamos vuelto a casa una Navidad y el segundo, porque teníamos un billete comprado y dos semanas antes nos denegaron un visado y no pudimos salir del Canadá, así que nos habíamos hecho bastantes ilusiones y se nos chafaron de repente", explica.
Vivir en Europa, soñar con Cataluña
El que es cierto es que la Navidad es suma de muchas situaciones económicamente dinamizadoras, como consumo desmesurado y gasto sin miramientos, etc. pero también otros emocionalmente intensas. El reencuentro con quien está fuera durante el resto del año es una de ellas y de estosaben mucho los catalanes que hace unos años hicieron la maleta para buscar trabajo en el extranjero. Eduard Samà, por ejemplo, se trasladó al Canadá porque "después de dos años al paro, mi pareja no encontraba ninguna oportunidad profesional y no veíamos que la cosa fuera a mejorar en ningún momento". Estas días vuelve con la prioridad de "ver la familia y los amigos, sin lugar a dudas".
También es el caso de Artur Garcia Fuster, barcelonés que vive a Zadar (Croacia) desde hace un año y medio y que estos días también ha vuelto para pasar unos días con la familia. "Para mí no es una cuestión de preferencia, vuelvo cuando tengo fiesta al trabajo, que coincide con la Navidad y el verano", apunta. La coincidencia con las fiestas de Nadal es el que hace que Salustià Álvarez vuelva estos días en su Porrera natal: "Vuelvo dos veces, a la Navidad y por el aniversario de mis padres puesto que son casi el mismo día", explica el diseñador, que vive a Milà y trabaja a la firma Prada, tal como ya hemos explicado en un artículo sobre su experiencia laboral al mundo de la moda.
Artur Garcia Fuster, en una visita al campo del Hajduk Split. Cedida |
Según el estudio de la Fundación Vuelve en casa-El Almendro, el 52% de los españoles residentes al extranjero encuentran más a faltar su hogar cuando es su aniversario; en la Noche de Nadal, en un 42% de los casos y en la Nochevieja, en un 27%. Es decir, en conjunto, la Navidad se lleva las más altas dosis de nostalgia en un 69% de los casos. "Yo intento avisar con tiempo a todo el mundo que quiero ver para cuadrar agendas, familia y amigos, y después me incorporo de vuelta a las costumbres catalanas bien nostrades para disfrutar de mi pueblo y de Barcelona tanto como puedo", explica Guillemos de Frenne. Para Samà, la Navidad será sagrada a partir de ahora. "Ahora que ya todo se ha regularizado algo más, el normal que haremos será volver un golpe al año, muy probablemente durante Nadal porque es una época más familiar y es más fácil reencontrarte con la familia y los amigos", reconoce.
Para Alba Soriano, donde y que hacer es secundario. Terrassenca de 29 años, reside en Berlín desde finales del 2009 y actualmente es profesora de castellano en una escuela de español por extranjeros. "Por mí, el más importante es tener muy organizadas las citas con familiares y amigos, puesto quevoy poco y quiero ver mucha gente! Pasear por la ciudad y parar a hacer unas bravas es ya todo un placer", apunta la joven, quien no se plantea volver a Cataluña hoy por hoy.
Australia es el país desde el cual ha vuelto la barcelonesa Olaya, gracias a su triunfo al concurso que ha celebrado la fundación editora de este estudio sobre emigración española. Desde enero del 2014 reside a Oceània trabajando como operadora de cámara y editora de vídeos freelance, desde dónde ha vuelto con un billete de ida y retorno regalado para celebrar la Navidad con los suyos.
Aun así, las cifras de la INE muestran que los principales países receptores de emigrantes españoles han sido Reino Unido, Francia, Alemania, EE.UU. y Ecuador -en este caso, es más un retornament de ecuatorianos de origen que han adquirido la nacionalidad española durante su estancia al Estado español. Por edades, la emigración de españoles se ha concentrado en los grupos de 25 a 44 años y hay más emigrantes hombres que mujeres (un 52,1% fuente al 47,9%).