La semana económica viene marcada por los datos de inflación y producción industrial a pesar de que la geopolítica empieza a pesar más en la economía catalana que los asuntos domésticos. Tanto el Brexit como la desaceleración de la economía europea de este trimestre empiezan a pesar en la desaceleración de las exportaciones catalanas a la vez que el impulso del crédito bancario al consumo empieza a acelerar las importaciones. Aun así, la semana política viene marcada por el encuentro que ha tenido lugar a Waterloo entre el vicepresidente del Gobierno, Pere Aragonés, y el presidente Carles Puigdemont para conseguir la unidad estratégica del independentismo. Estas negociaciones están siendo boicoteadas por ciertos sectores de Esquerra que prefieren pactos con las izquierdas castellanas así que la batalla está servida dentro del bloque independentista.
La semana pasada los expliqué que los datos del IPC del mes de octubre fueron inesperadas (2,3% vs. el 2% esperado) pero que no era posible todavía establecer los motivos. Esta semana la INE ha publicado los datos de la tasa de inflación y el que se puede constatar es que el core IPC -IPC excluyente alimentación y energía- ha pasado del 0,8% al 1% en un mes impulsado por el aumento del precio de la ropa, que ha aumentado un 13% en un mes y que aporta 5 décimas al aumento de la tasa de inflación. El precio del gas, la fruta y el calzado son los epígrafes que aportan al menos una décima al crecimiento de la tasa de inflación -hay que tener en cuenta que hay epígrafes que restan-. En Cataluña la tasa de inflación ha sido del 2,4% en términos anuales -viniendo de un 2,3% el septiembre. Alimentación y vestido y calzado también son los epígrafes de la tasa de inflación catalana que más aportan, cosa que hace pensar en una subida de precios coyuntural, puesto que este año el precio de los vestidos ha caído un -3,4%.
Europa frena y las exportaciones catalanas patinan
El índice de producción industrial nos está dando información muy valiosa sobre los fenómenos coyunturales que vive la economía catalana. El índice general ha caído un -1,5% el mes de septiembre -con ajuste estacional y de calendario- y sitúa el índice en un 2,4% en el que traemos de año, por debajo del crecimiento del PIB del tercer trimestre (2,7%). El más interesante, pero, son los componentes, puesto que los bienes de consumo han aumentado un 1,8% a la vez que los bienes de equipamiento retroceden un -2,7% y los bienes intermedios un -4,4%. Dentro de los bienes de consumo tenemos los bienes de consumo duradero y los de consumo no duradero y son los duraderos los que están viviendo una gran expansión (17,7% de crecimiento en un mes), señalando que la política monetaria del BCE todavía tiene una aportación positiva por la economía catalana (los bienes duraderos son el termómetro que hay que utilizar para medir cómo es de efectiva la política monetaria del Banco Central).
Esto es el que explica la expansión del crédito bancario al consumo de los últimos meses y el que explica porque se está cerrando el superávit comercial catalán: empezamos a importar en exceso. En este sentido, las exportaciones están aflojando este 2018 por el hecho que la economía de la eurozona desacelera de forma importante (0,2% este tercer trimestre de este año) cosa que se nota especialmente en la economía catalana. El turismo también desacelera de forma generalizada a todo el Estado y el Brexit vuelve a situarse como un riesgo estratégico para el sector del automóvil tanto a Baleares como Cataluña a pesar de que para los catalanes el riesgo es muy menor.
En definitiva, la desaceleración continuará los próximos meses, mas si tenemos en cuenta que la batalla comercial entre la China y los Estados Unidos no afloja, cosa que, de hecho, no tiene peine que pase bajo la presidencia de Donald Trump, quien tiene como plan estratégico la unión de los Estados Unidos, Europa y Rusia contra la China.
Poder judicial pactado
En el ámbito político la complejidad aumenta a medida que se acerca el inicio de los juicios a los presos políticos. La negativa en el presupuesto de Pedro Sánchez parece a estas alturas muy sólida y es por eso que no ha extrañado nadie el pacto logrado entre Pablo Casado y Pedro Sánchez para hacer Manuel Marchena presidente del CGPJ en sustitución de Carlos Lesmes.
Marchena tenía que presidir el juicio del proceso y probablemente esto provocará un cambio en el Supremo. A estas alturas no está claro qué magistrado sustituirá Marchena al juicio -de hecho no es ni claro que Marchena no estará- pero recibo información contradictoria. Desde Madrid me llega que el juicio se tendría que aplazar unas semanas pero desde Almeces me llega que los presos políticos marcharán en un mes y poco hacia Madrid por el inicio del juicio, así que hay que esperar a ver qué pasa finalmente.
Pacto y juicio
Ciertamente al PSOE le interesa una sentencia después de las municipales que facilite pactos en Cataluña y al PP le interesa justo el contrario así que el pacto entre Casado y Sánchez señala que también podrían pactar en qué momento se hacen públicas las sentencias. Más allá de esto, estos movimientos, junto con la presión popular a las concentraciones ante las prisiones, han facilitado el viaje de Pere Aragonés a Waterloo para visitar al presidente Puigdemont, quien ha propuesto una lista unitaria para las europeas con Oriol Junqueras como cabeza de cartel, Puigdemont de número 2 y Anna Gabriel de 3.
La negativa de ERC no se ha hecho esperar si bien es cierto que es demasiado temprano para cerrar listas electorales unitarias teniendo en cuenta que el grado de incertidumbre política es elevado. Sectores de ERC aspiran a la reedición de los tripartitos de la década pasada, cosa que hundiría lo proyecto independentista, pero ya he argumentado en alguna ocasión que si El Llamamiento juega bien sus cartas esta estrategia puede ser suicida por la formación amarilla.
El estatuto de la discordia
Las elecciones andaluzas se acercan y Pedro Sánchez ha anunciado que el pleno específico sobre Cataluña se celebrará el 12 de diciembre y que propondrá un nuevo Estatuto para Cataluña. A pesar de que no es habitual romper la disciplina de partido a nuestro país, no me extrañaría que los tres partidos independentistas se puedan romper en una votación de este tipo al Parlamento, puesto que de no ser así la propuesta de Sánchez nace muerta porque no tiene la mayoría en el Parlamento que hace falta para reformar el Estatuto. Esto no impide que, estratégicamente hablando, los partidos independentistas rescaten la propuesta de Miquel Iceta: reformar el Estatuto y en caso de que los catalanes voten mayoritariamente no hacer un referéndum binario de autodeterminación. La presión que recibe el Estado español desde Europa para resolver el tema catalán no es paso pequeña y por lo tanto los partidos independentistas tendrían que demostrar, y en ningún caso colaborar, que España no tiene ninguna intención en no resolver el conflicto político. Investir Pedro Sánchez fue un error grave así que hace falta no volver a repetir los errores del pasado.