La enseñanza se adapta a los nuevos tiempos y en las nuevas tecnologías. Más allá del uso de los clásicos libros, ahora los alumnos aprenden también con apps, ordenadores y robots. Start-up y jóvenes emprendedores apuestan por soluciones tecnológicas en el ámbito educativo y hacen de otra vía de la enseñanza su negocio.
Barcelona celebra estos días el Salón de la Enseñanza, donde se impartirán talleres de videojuegos y robótica dirigidos a los más jóvenes. Un mercado que conoce bien la empresa Ro-Botica, una start-up que apuesta por la integración de la robótica en la educación de los niños. "Tenemos que volver a la manipulación porque creando artefactos nuestra mente también crea conocimiento", afirma Rocío Lara López (@Robotica_rocio), una de las responsables de l'emprendida. Su propuesta es aprender con robótica de forma adaptativa las aptitudes naturales del niño, donde lo más importante es el mismo proceso de imaginación, creación, etc. En su opinión, trabajando en un robot, "se amplifica la información, se adquieren más herramientas y nos ayuda a trabajar otras inteligencias", concluye Lara López.
Combinar tecnología y educación también es el trabajo de Emokio, una edtech de Barcelona que ofrece soluciones para participar en el aula de forma activa y grupal. "Emokio aporta soluciones aplicativas por niños de 0 a 12 años porque puedan participar en procesos grupals. Trabajamos a la nube para aprender", explica Marta Montserrat. Esta empresa diseña software por apps y dispositivos ya existentes. En su filosofía considera que el aula es el espacio idóneo donde trabajar en grupo de manera cooperativa "y la casa donde se trabaja de manera individualizada", afirma Montserrat.
Apps 'de calidad'
BubbleBooks,editorial digital barcelonesa, es otra de las start-up que, como Emokio, también se ha presentado recientemente durante el sexto congreso ItWorld Edu. Esta empresa diseña apps para fomentar la lectura en niños de más de tres años. "Vimos que el material que se hacía no tenía en cuenta a niños con problemas graves -visuales o psicomotores- y quehabía un exceso de aplicaciones de baja calidad educativa", apunta Mª Fernanda de Real, de la empresa. "Queremos crear material TIC porque uno no excluye al otro, no sustituye al material tradicional sino que lo complementa", añade. Con tres apps al Apple Store que permiten favorecer la lectura para el niño; las voces están grabadas en el país de origen, disponen de ajustes de colores porque cada niño lee de una manera u otra e incluyen la opción de voice over porque la pueda usar un niño con severos problemas visuales.
Otro ejemplo es Tiching, una red escolar y global con contenidos educativos creada en Barcelona. Actualmente dispone de 350.000 usuarios que tienen acceso a 110.000 contenidos y que pueden acceder en 525.000 centros educativos, según explica Dídac Arnau, contentos coordinator de esta start-up. "Nosotros creemos que nos diferenciamos porque en las aulas estamos construyendo el futuro y por eso apostamos por la innovación, todo y saben que no es una tarea fácil", afirma Arnau.
Por último, Qpertin es una start-up con sede en Sarrià de Ter que trabaja seleccionando las mejores apps educativas (con sistema iOS y Android) que sean educativas, seguras y accesibles. "Hemos evaluado más de 1.000 apps y diseñamos y dinamizamos talleres y proyectos educativos por escuela", explica Yolanda Hernández, CEO de l'emprendida. Según explican, más de 1.000 familias y 600 alumnos ya han disfrutado de los frutos de su árbol, icono de la empresa y metáfora de las ramas del aprendizaje.
Adaptarse en la tecnología, la clave
Mantenerse o no en el tiempo es la clave en una sociedad que cambia rápidamente. Para conseguir el éxito, adaptarse en la tecnología y no al revés es el planteamiento básico que se tiene que formular cualquier start-up educativa. "Estamos en un momento de transición tecnológica y, seguramente, muchas de estas start-up moriremos, pero el momento que nos toca apenas es batallar para ver como evoluciona y qué elementos pedagógicos son más útiles y qué no lo son", asegura Xavier Orri, co-fundador y ninguno de operaciones de Homuork , otra start-up de Barcelona que ha trasladado el modelo revolucionario de plataformas como Coursera y Udacity a la educación corporativa.
Según Orri, el fundamento de una start-up educativa no puede ser la tecnología , sino intentar dar respuesta a una necesidad. "El que es importante es tener un modelo de enseñanza, un facilitador. No tenemos que adaptar la educación en la tecnología, sino mejorar la educación con las herramientas que tenemos", declara Orri.
Educar con las nuevas tecnologías
Evaluadores de apps educativas, robots, libros digitales... Tecnología y enseñanza se unen en las propuestas de start-up educativas creadas en Cataluña
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