En un clima mundial de auge del proteccionismo y del nacionalismo sin precedentes los últimos 60 años, el Brexit constituye el más claro ejemplo de estos fenómenos a escala europea. La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) implica la renuncia unilateral a un proyecto histórico de integración económica y la recuperación de la soberanía y autonomía llenas en la circulación de mercancías, personas, capitales y servicios. 3.000 empresas catalanas tienen negocios al mercado británico. Cómo afecta el Brexit a las pymes de nuestro país?
Los últimos acontecimientos hacen todavía más patentiza la influencia de la ideología en el debate sobre el Brexit, más que no del pragmatismo económico y empresarial. El último y polémico Informe del Fiscal General del Reino Unido evidencia como Irlanda norteño y la República de Irlanda evitarán la frontera siguiendo los dos dentro del Mercado Único durante el periodo transitorio pactado en noviembre y ahora sometido a votación en el Parlamento británico. Este hecho ha exaltado los ánimos de los partidarios más acèrrims de la unidad del Reino Unido, que consideran rota con este acuerdo.
Regulación
En clave económica, nos enfrentamos a diferentes escenarios, todos ellos de cambio para los empresarios que mantengan relación con el mercado británico. El periodo transitorio pactado entre Theresa May y la Comisión Europea en noviembre implicaría que el Reino Unido se mantenga de hecho dentro del Mercado Único durante un periodo transitorio hasta finales del 2020, prorrogable por dos años más. Esto daría margen a las empresas para adaptarse, pero sin olvidar que el final de este periodo transitorio será, en todo caso, la salida del Reino Unido de la UE.
Si el Reino Unido y la UE no llegan a ningún acuerdo, el 1 de enero del 2021 el Reino Unido acontecerá un "país tercero", de forma que quedaría sin efecto la libre circulación de mercancías, personas, capitales y servicios. Es probable entonces que los aranceles entre el Reino Unido y la UE no sean muy altos, puesto que la media del arancel externo comunitario se sitúa hoy alrededor del 5-6%. Algunos sectores, pero, como los productos agroalimentarios pueden sufrir barreras de hasta el 22%.
Aun así, la salida del Reino Unido de la UE tendría un efecto más grave en el ámbito normativo y regulador. Miles de regulaciones europeas dejarán de ser aplicadas y de afectar todo tipo de productos y servicios. El propio Reino Unido se ha mostrado preocupado por una salida inmediata el cercano 30 de marzo, en caso de que el Parlamento británico no ratificara el acuerdo del noviembre pasado. En este caso, no habría tiempo de desarrollar una normativa propia británica en sectores sensibles como la alimentación. Si se dejara de aplicar la normativa comunitaria de golpe y no pudieran entrar los productos europeos en el Reino Unido, el propio mercado británico quedaría fuertemente desatendido. El Parlamento británico había recomendado en un informe sectorial que el Reino Unido reconozca unilateralmente la normativa europea para facilitar la entrada de alimentos importados.
"Las numerosas empresas afectadas por cuestiones de regulación, homologación, certificación y similares tendrán que permanecer atentas"
Por lo tanto, las numerosas empresas afectadas por cuestiones de regulación, homologación, certificación y similares tendrán que permanecer atentas en el desarrollo normativo que hacen las instituciones británicas durante el periodo transitorio. En caso, pero, de un Brexit inmediato el cercano 30 de marzo, si no se ratifica el acuerdo para el periodo transitorio, es muy probable que se siga aplicando la normativa europea de manera provisional en algunos sectores relevantes como el alimentario.
Movilidad laboral y sector turístico
La circulación de personas es, sin duda, un aspecto clave de la relación entre la UE y el Reino Unido, dado que los partidarios del Brexit desean sobre todo recuperar la soberanía llena en este ámbito. Es aquí donde serán seguramente más restrictivas las medidas y acuerdos entre ambas partes. En caso de no ser ratificado el acuerdo UE-Reino Unido, el cercano 30 de marzo ya no se aplicaría la libre circulación de personas, a pesar de que se ha previsto mantener la entrada de ciudadanos de ambas bandas sin visado para estancias de hasta tres meses. Este mismo escenario se podría producir el 2021 si tampoco hay acuerdo entre el Reino Unido y la Unión.
El sector turístico catalán observa con preocupación los cambios en este ámbito, dado que borde dos millones de británicos visitan anualmente Cataluña. La posibilidad que sigan entrando sin visado a la UE para periodos cortos implicaría pocos cambios efectivos en el sector. Más afectación habría para aquellos ciudadanos británicos que residen de manera permanente a casa nuestra y que acontecerían automáticamente "no comunitarios".
"El sector turístico catalán observa con preocupación el Brexit: dos millones de británicos visitan anualmente Cataluña"
El efecto sobre el turismo catalán sería más grave en un escenario de no ratificación del acuerdo por el Brexit si la libra esterlina se desploma a los mercados de divisas, tal como han previsto algunos estudios. Una pérdida de valor de hasta el 25% que algunos han vaticinado, sin duda rebajaría la capacidad de los británicos de viajar a Cataluña y a cualquiera otro destino de la Zona Euro.
Aunque se puedan evitar los peores escenarios y se pacte un acuerdo entre la UE y el Reino Unido sobre su relación futura a partir de enero del 2021, está claro que esta relación será bien diferente del actual. Todo apunta a un simple acuerdo preferente de comercio entre ambos territorios, similar a los acuerdos que la UE ha firmado recientemente con el Canadá, Corea o el Japón.
Este futuro acuerdo significaría que no habría libre circulación de personas entre el Reino Unido y la UE, pero sí seguramente la exención de visados; no se aplicarían aranceles en muchos productos pero no en todos, y se reconocerían determinadas normas y homologaciones de manera recíproca pero no en todos los ámbitos.
Por lo tanto, habrá que seguir muy atentos a la evolución de las negociaciones entre Londres y Bruselas, puesto que de su configuración futura dependen las más de 3.000 empresas catalanas con negocios al mercado británico. Mientras tanto, las organizaciones empresariales tendremos que seguir haciendo sentir nuestra voz a favor del pragmatismo y del progreso por encima de la ideología y del proteccionismo.