La gestión y planificación financiera: el éxito a largo plazo de las empresas

Cualquier empresa (sea cual sea su tamaño y sector) requiere de un mínimo de gestión financiera; la gran desconocida por muchos de los empresarios

Catalunya cuenta con una larga y consolidada trayectoria empresarial | iStock Catalunya cuenta con una larga y consolidada trayectoria empresarial | iStock

El 27 de junio se celebra el Día Nacional de la Empresa, una fecha señalada en el calendario que recuerda la importancia de hacer empresa para fortalecer el tejido empresarial; el motor de nuestro país.

Catalunya es un país con una larga y consolidada trayectoria empresarial y con un gran número de pequeñas y medianas compañías que forman uno de los núcleos productivos más importantes del sur de Europa. Muchas de estas han sido creadas por profesionales, expertos en su ámbito y con una extraordinaria visión del negocio, pero, a menudo, con pocos conocimientos en gestión empresarial y/o gestión financiera; instrumentos esenciales para la toma de decisiones estratégicas y la prosperidad de una firma.

Planificar, facilitar y gestionar los recursos y el control son las 3 grandes funciones de la gestión financiera que, entendidas y trabajadas como un todo, aportan gran valor informativo a las compañías

Se acostumbra a tener la creencia de que, porque una organización sea pequeña, no necesita tener una gestión financiera. Y, a pesar de que podríamos estar de acuerdo que en función del negocio no es imprescindible la figura de un director financiero, cualquier empresa (sea cual sea su tamaño y sector) requiere de un mínimo de gestión financiera; la gran desconocida por muchos de los empresarios. Por esta razón, quiero aprovechar este espacio para explicar de forma breve y sencilla en qué consiste, cuál es su función y qué puede aportar dentro de la compañía.

Planificación

A menudo, me encuentro con empresarios o directivos que me dicen: "nosotros no podemos hacer presupuestos porque no sabemos qué pasará el próximo año". También hay el dicho que "los presupuestos están hechos para no cumplirlos". Nada más lejos de la realidad: con la planificación no intentamos adivinar qué pasará en el futuro, sino que definimos qué queremos que pase. De este modo, fijamos cuáles son nuestros objetivos, tanto comerciales como estratégicos, económicos o de mercado, entre otros.

Con la planificación no intentamos adivinar qué pasará sino que definimos qué queremos que pase

Así como determinamos qué habrá que hacer para cumplirlos: definiremos, por ejemplo, si queremos crecer en ventas o en rentabilidad, o si queremos potenciar la exportación, o sacar un nuevo producto al mercado, etc. También, cuál tendrá que ser la capacidad productiva para llevar a cabo estas ventas, qué inversiones habrá que hacer, o cómo tendremos que reforzar nuestra estructura de personal. Con todo esto, podremos calcular cuál será el resultado previsto de estas decisiones, y sobre todo también, qué necesidades financieras generaremos para poder llevarlo a cabo.

Con el proceso de planificación, por lo tanto, identificaremos el resultado económico (es decir, si tendremos beneficio o no) y el financiero (si tendremos capacidad financiera para hacerlo o no).

Facilitar y gestionar los recursos

La segunda función de la gestión financiera es facilitar los recursos que en el proceso de planificación hemos identificado que necesitaremos. Es decir, encontrar la fuente de financiación que mejor se ajuste para cubrir las necesidades financieras generadas, y que nos permita tener una estructura financiera que asegure la viabilidad de la empresa.

Sin embargo, cabe tener en cuenta que a menudo la mejor fuente de financiación no es siempre la más económica. Hay que diseñar una estructura de financiación que dé respuesta a cubrir aquello que genera necesidades, priorizando la capacidad de devolución y la generación de cash flow. Esta tiene que ser la preferencia a la hora de escoger las fuentes de financiación necesarias.

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Pero siempre digo que a menudo es más fácil obtener liquidez gestionando de forma eficiente los recursos que asumiendo nueva deuda. Por lo tanto, desde la dirección financiera habrá que definir la estrategia financiera más adecuada en cuanto a la financiación de clientes, proveedores o de existencias porque a menudo es más fácil obtener recursos gestionando correctamente de lo que dispone la empresa que yéndolos a buscar al exterior.

El control

El control empieza por disponer de una contabilidad pensada para dar una información de altísimo valor y que va mucho más allá que la simple confección de los impuestos: explicar la situación económica y financiera de la empresa y extraer conclusiones tanto en la vertiente económica (es decir, en la analítica de los resultados) como en la financiera (eel estudio de la liquidez).

Así pues, esta contabilidad tendrá que estar estructurada y diseñada para dar respuesta a las necesidades de información específica de cada empresa.

El control, por lo tanto, significa llevar una contabilidad puntual, concisa, correcta y con cierres mensuales, que nos permite obtener información de valor para la toma de decisiones:

  • El control desde la vertiente económica o de resultados

Para poder hacer un correcto análisis de los resultados orientado a la toma de decisiones y en la identificación de posibles problemas o áreas de mejora de la empresa es necesario que la información obtenida esté correctamente estructurada en función de los diferentes resultados: margen bruto, resultado de explotación o ebitda y cash flow.

Conocer cada uno de estos resultados nos ayuda a saber cómo resolver un posible problema o cómo potenciar una fortaleza, puesto que no se resuelve igual un problema de margen bruto que un problema de exceso de estructura o de volumen de ventas. Por lo tanto, una cuenta de resultados muy estructurada y muy diseñada nos dará respuesta a estas cuestiones.

  • El control desde la vertiente financiera o desde el estudio de la liquidez

Para estudiar la liquidez de la empresa es necesario disponer de un balance de situación que explique la situación financiera y se identifique el origen de las necesidades financieras o de los posibles problemas de tesorería.

Las tres funciones básicas de la gestión financiera son aplicables a cualquier tipo de organización y tendrían que formar parte del sistema de gestión. La finalidad de la contabilidad y la gestión financiera no tendría que ser solo cumplir con las obligaciones fiscales, sino facilitar una información financiera que resulta esencial e imprescindible para el buen control y gestión de las empresas, así como para garantizar la viabilidad y continuidad.

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