Cuando se trata del clima, las predicciones no suelen ser positivas. Afortunadamente, las últimas noticias empiezan a ser más esperanzadoras. Primero fue el anuncio de la ONU sobre la recuperación de la capa de ozono, y ahora cinco destacados científicos e investigadores del clima, apuntan que, si actuamos ahora para cumplir los objetivos de emisiones netas cero para 2050, el planeta podrá tener un aspecto muy diferente en el transcurso de las próximas tres décadas. Pero, ¿qué deberíamos hacer para conseguirlo?
Para responder a esta cuestión, Treedom, una B-corp comprometida con la plantación de árboles, ha elaborado un informe en colaboración con cinco científicos internacionales de renombre que apunta algunos pasos a seguir.
Una perspectiva positiva para 2050
Uno de los colaboradores del documento, el recientemente jubilado como jefe de Ecología Animal y Conservación del Instituto de Zoología de la Universidad de Hamburgo, Jörg Ganzhorn, apunta que la mejora a nivel medioambiental puede surtir efecto en dos o tres generaciones humanas, ya que "estaríamos al final de la tercera generación que ha crecido con la conservación desde el principio [de sus vidas]". Y uno de los ámbitos en los que esta mejora puede trabajarse con una amplia implicación es el de la alimentación.
El 31% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero causadas por el hombre proceden de los sistemas agroalimentarios
Los datos son categóricos: según un estudio de Naciones Unidas, el 31% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero causadas por el hombre proceden de los sistemas agroalimentarios. A este respecto, el genetista molecular y asesor de política científica en Agroforestería Mundial Patrick Worms afirma que "hoy en día los agricultores, los silvicultores y los ganaderos quieren pasar a sistemas que sean mejores para la biodiversidad y también mejores para las emisiones de carbono". Worms apunta una solución realista: "la agrosilvicultura puede contribuir a reducir entre una y diez toneladas de carbono por hectárea y año. Con este dato podemos imaginarnos la cantidad de carbono que se reduciría si se aplicara e implantara consecuentemente en todo el planeta".
Desde el punto de vista de la ciudadanía la alimentación también es clave, y aunque los alimentos de origen vegetal todavía son secundarios, en las próximas tres décadas se producirá un impulso del consumo de alimentos más respetuoso con el medio ambiente. El catedrático español Adrián Escudero, otro de los colaboradores del mencionado informe afirma que "una de las mejores formas de reducir en gran medida nuestra huella medioambiental es saber qué y cómo comemos. Eso implica básicamente cuestiones relacionadas con el consumo de proximidad y la reducción de la cantidad de alimentos de origen animal que comemos." En 2022, sin ir más lejos, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), redujo la recomendación de consumo de carne en nuestro país. En línea con esta tendencia, Worms recuerda en el informe que los próximos años "la gente seguirá una dieta mucho más adaptada al hecho de que en 2050 seremos 10.000 millones y sólo tendremos un pequeño planeta".
Pero si la ciudadanía es importante, los niveles de decisión no se quedan atrás en esta lucha contra el cambio climático. El profesor Escudero recupera el pacto histórico que "acabamos de ver en la COP 15 de Montreal, donde se ha alcanzado un acuerdo firmado para garantizar el 30% de la superficie del planeta, restaurarla y conservarla. Parece poco, pero es un salto abismal porque implica un compromiso de todos los países por el mismo objetivo. De hecho, disponer de este acuerdo facilita mucho a los gobernantes de cada país poner esas metas colectivas sobre la mesa". En esta línea, en España ya se tomaron importantes decisiones en 2022 que demuestran una mayor conciencia en los niveles de decisión, desde la aprobación de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados a la financiación de los títulos de transporte público o el máximo histórico conseguido en la generación de energía mediante renovables.
Las empresas como agentes de cambio
La deforestación, la erosión del suelo y el exceso de construcción son algunos de los factores más problemáticos que afectan hoy en día a la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, Ganzhorn predice que “el aumento de la biodiversidad estabilizará los efectos del cambio climático”. Según apunta en el informe este experto en ecología animal y conservación, "la población local de Madagascar, por ejemplo, se ha dado cuenta de que está provocando efectos microclimáticos negativos al talar los bosques. Así que se han planteado reverdecer la tierra de nuevo, pero haciéndolo de forma sostenible y sensata. La biodiversidad es la palabra clave". En línea con este ejemplo, la consultora sobre cambio climático Christina Ender deja claro que "cuanto más biodiverso sea el planeta, más protegidos estaremos los seres humanos de los desastres naturales, meteorológicos y climáticos".
Aumentar la cobertura forestal y detener la deforestación nos permitirá alcanzar el objetivo de 1,5 grados
En este sentido, es positivo ver cómo reforestar se ha hecho popular entre gobiernos, empresas e inversores. Según Nehemiah Mihindo, experto en agricultura sostenible que también ha colaborado en el dossier, "los árboles desempeñan un papel vital en el ciclo del agua y la salud del suelo y de las personas. Al plantar muchos árboles, eliminamos grandes cantidades de CO2 de la atmósfera, frenando el calentamiento global". A este respecto, las organizaciones van a seguir teniendo un papel clave como impulsoras de la transformación en el futuro. Prueba de ello es que en 2022 la inversión de las empresas españolas que respaldaron proyectos de plantación de árboles con Treedom creció un 48%, gracias a que el número de organizaciones que buscaron este tipo de implicación se multiplicó por 2.
La conclusión es que aumentar la cobertura forestal y detener la deforestación nos permitirá, desde una perspectiva climática, alcanzar con suerte el objetivo de 1,5 grados para asegurar el bienestar del planeta, y desde un punto de vista organizativo, hacer realidad el propósito de devolver al medioambiente y a la sociedad parte de la riqueza que ellos aportan.
A pesar de todo, es primordial reforestar de la manera correcta, eligiendo el árbol más conveniente, en el sitio adecuado y para el fin apropiado. Tirar 100 semillas en un campo no significa plantar 100 árboles. Hay que cuidarlos para que crezcan, empoderando a las personas de las comunidades, lo que permite lograr no solo un impacto positivo a nivel medioambiental sino también social.