Antes era del Círculo de Lectoras de quienes se recibía libros con cierta periodicidad previo pago de la cuota. Ahora, cada mes se puede recibir una cajita temática con novedades editoriales empaquetadas en un packaging especial, una guía para contextualizar "la experiencia de lectura" y algunos complementos para hacer más 'bonita', la compra como una muestra de tiene, incluso. La suscripción está cambiando a golpe de internet, con marcas como Birchbox liderando un nuevo sector en que el usuario encuentra nuevas propuestas adecuadas en su interés... y hay de todo, desde quien recibe libros hasta quienes, siendo amante de la lana, espera con ilusión cada mes nuevos tejidos para seguir cosiendo. El negocio, otro nuevo, acaba de empezar.
Bookish es un ejemplo de este nuevo sector, el discovery commerce, que está desarrollándose a raíz de internet. Nam Nguyen y Tomas Casals –con experiencia anterior a Tiching - son fundadores de esta startup de Barcelona que, en los 10 meses que está activa, ha facturado más de 100.000 euros y ha cerrado acuerdos con más de 20 editoriales. "Los nuestros son lectores que, despacio, han ido dejando de lado la lectura porque para ellos es complicado encontrar qué libros leer, ya no tienen tiempos para pasar por las librerías y buscar libros por Amazon es sencillo pero no tanto saber qué quiero comprar", explica Nguyen, uno de los cofundadores de Bookish .
Cada mes los 800 subscriptores reciben una novedad editorial en formado cajita 'cuqui', siguiendo las últimas tendencias, junto con una guía de lectura para hacer más agradable la experiencia del cliente por un total de 21,95 euros. "Con este modelo a nuestro cliente ya lo hemos vendido el libro, ahora tenemos que trabajar porque disfrute y porque no marche", recuerda el emprendedor, puesto que la permanencia no es obligatoria.
Nguyen: "A nuestro cliente ya lo hemos vendido el libro, ahora tenemos que trabajar porque disfrute y no marche"
Aun así, el objetivo de Bookish es llegar a los 390.000 euros de facturación anual en 2018 con más de 2.500 subscriptores y un total de 18.000 libros vendidos. De hecho, actualmente están en plena ronda de financiación a través de The CrowdAngel para recaudar 200.000 euros. "La ronda nos ayudará a seguir con la mejora constante de producto y aumentar la inversión en marketing", apunta.
La cajita por los que comen sano
Dietbox es el modelo de discovery commerce por el cual ha apostado Carlos Neila, un emprendedor de Terrassa con experiencia en marketing de empresas de fitness y alimentación que vio en los productos healthy una oportunidad para profundizar en el nuevo sector de las cajas sorprendida. "Vi que nohabía ninguna cajita saludable y es un modelo en auge, diferente del que se está haciendo ahora mismo en España", apunta.
Dietbox es una caja con borde una decena de productos alimentarios saludables que llega al cliente entre los días 10 y 15 de cada mes. Su precio, 15,99 euros, es siempre inferior al valor total de los productos incluidos en la caja, que están valorados entre 2 y 8 euros cada uno. "La ventaja del discovery commerce es que las marcas ven en nosotros una manera de publicitar-se y nos ceden su producto, nunca una muestra", explica Neila.
Neila: "Las marcas ven en nosotros una manera de publicitar-se y nos ceden su producto"
En estos últimos dos años de vida de la firma, la startup ha vendido entre 25.000 y 50.000 cajas con una media de unas 1.000 al mes. El éxito que arrastra le ha permitido crear un equipo sólido formato por 11 personas que trabajan desde la logística hasta la informática, clave en un proyecto de estas características. "Siempre buscamos seguir creciente y sabemos que este es un sector en crecimiento, a pesar de que no es el de la belleza o el maquillaje, porque no todo el mundo come sano", reconoce el empresario.
The Lana Box, la propuesta prèmium
Otra propuesta de discovery commerce es la que lidera Lorena Gracia, la emprendedora detrás del proyecto The Lana Box, una ecommerce que envía, previa suscripción, cajas con productos para tejer. "Siempre he tejido y siempre había querido tener una tienda de lanas. Vi qué se estaba haciendo en los Estados Unidos y cuando lo tenía medio pensado, me dieron el último empujón y me lancé", argumenta. Gracia, que opera desde Madrid con la única ayuda de su marido, invirtió inicialmente 6.000 euros y hoy en día está muy satisfecha con la respuesta, puesto que las suscripciones -que prefiere no enumerar- están agotadas y casi cada día tiene pedidos a preparar.
"En España hay mucha gente que teje y hay muchos productores exigentes con el origen de las lanas", explica la emprendedora, quien considera que actualmente existe "una burbuja en el mundo del tejido de alto nivel". Y es que el suyo es un producto prèmium en este sector, puesto que cada suscripción tiene un precio de 45,99 euros. La cajita que envía incluye dos madejas de lana para tejer, un patrón e infusiones, un producto de mercería, de cura personal o por las prendas de ropa. "Cómo la mía es una suscripción de precio elevado, no puedo tener un número de pedidos muy alto, además trabajo con artesanos y ellos no pueden trabajar en serie", explica. Pero, para hacer más rentable su producto, los pide un 25% de descuento sobre el precio de venta a la engrós.
Su objetivo es llegar a las 200 cajas mensuales y ofrecer un producto que difícilmente se puede comprar en España, razón por la cual está trabajando con proveedores del Canadá, el Perú o Nueva Zelanda.