Con la llegada del Covid-19, el interés en el mundo rural por las tecnologías de la información y por el teletrabajo ha crecido rápidamente. Son ejemplos los coworkings rurales, y nuevas formas de emprendeduría basadas en la venta online. La OCDE también ve en las tecnologías de la información una oportunidad para la emprendeduría y desarrollo económico de las zonas rurales; y en España se estudian las fortalezas y limitaciones de estas tecnologías. Por ejemplo, el proyecto del grupo de investigación UDERVAL de la Universitat de València estudia hasta qué punto las áreas rurales disponen de los servicios de internet, pero otros servicios –comerciales, sanitarios o educativos– necesarios para la llegada de nuevos habitantes.
En este artículo, me gustaría incidir en los otros servicios. Raso y corto, argumento que la forestación de las áreas rurales requiere, además de la banda ancha y de los servicios ya mencionados, otros servicios como por ejemplo financieros o de consultoría. Estos últimos son necesarios para el crecimiento de proyectos empresariales, y para la generación de puestos de trabajo.
En Catalunya y en el resto del Estado, municipios como los de la comarca de la Anoia han reclamado el acceso a la fibra óptica desde hace años. Más recientemente, los datos del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital apuntan a una reducción de la brecha digital entre zonas rurales y urbanas. El porcentaje de la población con acceso a banda ancha igual o superior a los 30 megabits por segundo (Mbps) en el conjunto del Estado ha pasado del 74,9% al 94,3% entre 2016 y 2019, en cambio ha pasado del 31,6% al 86,6% en municipios con una densidad de población inferior a los 100 habitantes por kilómetro cuadrado (más detalles al gráfico).
Tal como sugerí a otro artículo en este diario, las tecnologías de la información pueden ofrecer oportunidades de innovación y desarrollo económico en zonas rurales, dentro de un contexto marcado por las medidas de distanciamiento social; y los datos incluidos en el gráfico 1 reforzarían este punto de vista. Aun así, para los emprendedores rurales la banda ancha puede ser una condición necesaria, pero no suficiente, para el éxito de sus proyectos.
El problema sucede si el emprendedor/a desea hacer crecer el negocio; esto requiere información que no tiene por qué estar plenamente en internet, como por ejemplo nuevas oportunidades de mercado o de financiación; o bien el asesoramiento proporcionado por una consultora de gestión empresarial. En todos estos casos, los aplicativos de videllamadas podrían no ser suficientes. A esto hay que añadir la necesidad de contratar profesionales con la formación adecuada –más difícil en zonas rurales que en zonas urbanas–; o de construir instalaciones logísticas, de fabricación, o venta cercanas a mercados a menudo urbanos. Ante estos obstáculos, los emprendedores/se rurales que deseen hacer crecer sus proyectos podrían tener que trasladar el negocio parcial o totalmente a zonas urbanas. La emprendeduría rural puede encontrarse con un techo de vidrio (estos argumentos se pueden encontrar con más detalle en este artículo).
"Para los emprendedores rurales la banda ancha puede ser una condición necesaria, pero no suficiente, para el éxito de sus proyectos. El problema sucede si el emprendedor/a desea hacer crecer el negocio; esto requiere información que no tiene por qué estar plenamente en internet"
¿Cómo se podría elevar este techo de vidrio en Catalunya y el resto del Estado? Además de un uso cada vez más intensivo de las tecnologías de la información y de un buen acceso a infraestructuras de comunicación, habría que garantizar el acceso a servicios de financiación, marketing o consultoría de gestión empresarial. Estos servicios se suelen encontrar en abundancia en grandes ciudades como Barcelona; y el reto de las políticas públicas tendría que ser facilitar que estén disponibles en ciudades medias y pequeñas del interior, a menudo más cercanas a entornos rurales. Para incentivar que estén presentes, se podría recurrir a incentivos fiscales, o a proyectos público-privados destinados a establecer nuevos vínculos entre servicios empresariales, y clientes establecidos en zonas rurales. En cuanto a la contratación de trabajadores cualificados, la revalorización del campo derivada del Covid-19 podría fomentar que un mayor número de profesionales estén dispuestos a trabajar en empresas fuera de las ciudades. Aun así, haría falta un impulso de política pública decidido, partiendo de experiencias ya existentes como las mencionades por el profesor Javier Esparcia (Universitat de València), donde se ha facilitado la llegada de nuevos habitantes a zonas rurales.
Los profesores Eduardo Moyano (CSIC) y Javier Esparcia argumentan que las estrategias de desarrollo rural tienen que asegurar, a escala comarcal, la provisión de servicios públicos y de apoyo a la emprendeduría a través de proyectos público-privados; y que es clave asegurar la prestación de estos servicios en aquellos núcleos de población con más capacidad de mantenerlos. Lo que propongo va un paso más allá; también hay que asegurar la presencia de servicios empresariales, de los profesionales... necesarios para la conversión de proyectos emprendedores en empresas que generen puestos de trabajo. Ciertamente, será más difícil asegurar la presencia de estos servicios en algunos núcleos de población comarcal de Catalunya y del resto del Estado, en particular aquellos que tengan menos población o se encuentren más aislados. En estos casos, pero, las estrategias de desarrollo comarcales se pueden articular con otros de escala regional. A nivel inter-comarcal, tendría que ser posible prestar el conjunto de servicios necesarios para la expansión de proyectos de emprendeduría rural. Todos estos servicios tendrían que estar disponibles a una hora de coche y, si puede ser, de transporte público.
"Además de un uso cada vez más intensivo de las tecnologías de la información y de un buen acceso a infraestructuras de comunicación, habría que garantizar el acceso a servicios de financiación, marketing o consultoría de gestión empresarial al ámbito rural"
A mayor ambición en las políticas de prestación de servicios empresariales, más fácil será por los emprendedores/se rurales hacer crecer sus proyectos en el territorio. Mayores oportunidades tendría que haber, por lo tanto, para una reanimación del campo, favorecida por la banda ancha... pero también por modelos de negocio basados en atractivos propios de las zonas rurales.
*David Fernández Guerrero es doctor por la Universidad de Aalborg. Miembro del proyecto RUNIN, financiado debajo lo programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, con la beca Marie Skłodowska-Curie No. 722295.