10 ideas útiles para convertirse en emprendedor (de Steve Blank)

Blank es el padre de las principales teorías para entender el emprendimiento, sobre todo de ámbito tecnológico

Steve Blank en Donostia | Maite Reizabal Steve Blank en Donostia | Maite Reizabal

Un emprendedor es alguien que tiene la capacidad de iniciar y conectar nuevos negocios o puestos de trabajo. Por el contrario, lo que hay detrás de la mera definición es muy complejo. Y a menudo, cuando eres emprendedor, es difícil pensar en ello. A Steve Blank le ocurrió lo mismo (Nueva York, EE.UU., 1953): tras ser emprendedor toda la vida, se jubiló en 1999 y fue entonces cuando empezó a pensar en cómo iniciar un negocio. Así, desarrolló una teoría basada en su práctica, la metodología de Customer Development y el movimiento Lean Startup. Estableció el estándar para la creación de nuevas empresas en Estados Unidos en la National Science Foundation, y ahora es profesor en varias universidades, como Columbia y la Universidad de Nueva York.

Blank visitó Guipúzcoa y Vizcaya en julio, y habló con emprendedores sobre el arte de construir startups tecnológicas. Bajo el epígrafe de estudios y asesoramiento. Aquí tenéis 10 ideas de la conversación con él, que pueden ser útiles no sólo para startups tecnológicas, sino también para cualquier proyecto emprendedor.

1. Salir

En las grandes empresas, el conocimiento es a menudo sobre el mercado, sobre los clientes, sobre los competidores o sobre el dinero. Es precisamente por eso que logran hacerse más y mayores. Muchos de ellos creen que tienen muchos conocimientos, pero obvian un aspecto primordial: deben construir el producto. Sin embargo, los datos para construir este producto no se encuentran dentro del edificio donde se está desarrollando este producto; es necesario abandonar el edificio. Dar este paso te permite conocer a tus clientes o potenciales clientes, conocer sus problemas y necesidades. De esta forma, el emprendedor podrá desarrollar hipótesis ideales sobre las posibilidades de éxito de un producto o servicio, o al menos minimizar las posibilidades de fracaso. Precisamente esta idea está en la base de la metodología de Desarrollo de Clientes desarrollada por Blank y la estrategia Lean Startup.

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Hay tres aspectos a tener en cuenta en el punto de partida. Lo primero es la creación de un producto mínimo viable que te permitirá demostrar qué quieres hacer, aprender de él y mejorar. En segundo lugar, obtener comentarios: obtener pruebas basadas en datos que te ayudarán a transformar tu modelo de negocio. De hecho, no puedes ser más rápido que todos tus clientes potenciales; su conocimiento colectivo es más fuerte. Esto no quiere decir que no te tendrás que hacer las preguntas: ¿el producto es ideal y el cliente no es ideal? ¿O es necesario modificar el producto como cliente ideal? Tercero, y último: hacer coincidir el producto y el mercado. En otras palabras, para que una empresa tenga éxito es necesario tener en cuenta cinco aspectos: producto, clientes, problema o reto del cliente, ingresos y beneficios.

2. Sentirse incómodo

Cuando se trabaja en el interior de un proyecto, puedes marcar el ritmo y la urgencia que quieras; sientes que puedes tener todo el tiempo que quieras para desarrollar el producto. Sobre todo en el caso de los que están en programas y espacios de emprendeduría, que están protegidos, y utilizan dos o tres veces más tiempos del necesario. "Y no digo que estés haciendo nada mal aquí", (río). Si te sientes cómodo, no vas bastante rápido. Tú y su equipo tendrían que sentiros incómodas, al menos un poco.

Porque una empresa tenga éxito hay que tener en cuenta cinco aspectos: producto, clientes, problema o reto del cliente, ingresos y beneficios

Hay algunos aspectos, pero, que no se pueden acelerar, puesto que forman parte del propio desarrollo del producto: las tecnologías, por ejemplo. En estos casos, es posible proceder con algunas otras cosas, con algunos papeles relacionados con la regulación, por ejemplo. Por lo tanto, la rapidez y la urgencia son de máxima importancia, porque marcarán el ritmo para empezar el trabajo.

3. ¿Cuánto es suficiente para ti?

Hay muchos tipos de startups: algunas pretenden ser pequeñas, mientras que otras pretenden crecer. Algunas no son mejores ni peores que otras, pero su carácter y ganas de ser afectarán a tu forma de trabajar. Por tanto, a la hora de iniciar un negocio cabe preguntarse: ¿cuánto es suficiente para ti? Y por definirlo. Por supuesto, puedes cambiar de opinión más tarde. Pero es necesario tener una opinión.

Al mismo tiempo, si existe una organización o persona que invertirá dinero en tu negocio, es importante tener esta opinión y hacer coincidir sus necesidades y objetivos con las tuyas. Esto no significa que el resto del personal deba formar parte de esta conversación.

Además, a veces puede ocurrir que un cliente inicial quiera otra cosa y te pida que lo desarrolles en lugar del producto que tienes. En estos casos, si decides hacer lo que el cliente quiere, probablemente dejarás de ser una startup. El dinero que ingreses debería centrarse en tu visión. Este objetivo te ayudará a avanzar.

4. Nadie quiere financiar tu producto

Es cierto: nadie quiere financiar tu producto. Quieren financiar tu visión: por qué serás una empresa global de éxito de aquí a 3 o 5 años, o el que sea? Esto no quiere decir que todo se tenga que centrar en el producto. Si haces negocios con alguien, tienes que entender sus "matemáticas".

Un tercio de las empresas acaban en fracaso porque la relación entre los cofundadores no funciona

Además, los que quieren financiar el producto o proyecto no tienen la perspectiva del responsable de marketing. La entrevista será con una persona con perspectiva técnica, para ver qué serás capaz de hacer.

5. No es fracaso, es experiencia

La cultura del fracaso está muy extendida a nuestro país. Por otro lado, el hecho que una empresa no vaya bien la primera vez no quiere decir que hayamos fracasado, porque fue un proceso de experiencia y aprendizaje. "Se necesitan cinco empresas para aprender a hacerlo bien. No será tu caso, no te preocupes" (ríe, de nuevo).

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También, relacionado con el punto anterior, en el caso de los grandes inversores su inversión no es para un solo producto: invierten en una cartera amplia. Para ellos, las startups son "experimentos": algunas saldrán bien, pero no todas.

6. Las personas innovadoras no son necesariamente emprendedoras

A menudo hay muchos proyectos innovadores que no se convierten en negocios. Esto pasa con buena parte del conocimiento desarrollado en las universidades, por ejemplo. De hecho, en los centros de educación superior hay mucha gente innovadora, pero ser innovador no quiere decir que también seas emprendedor. En este sentido, cada vez son más las empresas que se dedican, pero es fundamental encontrar la más adecuada o la más adecuada en tu proyecto.

7. Encuentra tu cofundador ideal

Relacionado con la idea anterior, se puede formar a personas innovadoras para ver lo que necesitan otras personas. Sin embargo, ser y convertirse en un cofundador adecuado no ocurre por sí solo: es fundamental cultivar una buena relación laboral, basada en la confianza mutua. Un tercio de las empresas terminan en fracaso porque la relación entre los cofundadores no funciona. Por eso es importante mantener una conversación larga y profunda sobre las expectativas, las habilidades requeridas, la toma de decisiones y por lo general todos los aspectos que pueden salir mal.

Cuando eres emprendedor, sientes la necesidad de sacar esta idea de ti mismo, cogerla y convertirla en realidad

Así, cuando una empresa tiene más de un fundador, a veces puedes encontrar una solución y hacerla funcionar. En otros casos, pero, no se podrá encontrar una solución. Si los dos fundadores son necesarios para la empresa, simplemente la cerráis.

8. Los fundadores son artistas

Los fundadores de empresas están más cerca de ser un artista que de cualquier otra profesión. Ven una cosa que nadie más ve. No pueden pensar en otra manera de pasar su tiempo libre, y continúan trabajando en esta idea. Cuando eres emprendedor, sientes la necesidad de sacar esta idea de ti mismo, cogerla y convertirla en realidad. Esto, al fin y al cabo, es lo que hace un artista.

Además, este carácter artístico seguro que te ayudará a superar todos tus fracasos. Los artistas son resistentes, con retos e incansables. Y para ser el fundador o CEO de una empresa necesitas estas calidades. No todos los libros se han convertido en éxitos, ni todas las películas. Pero las personas que dirigen estas empresas tienen carácter y pasión.

9. ¿Qué debo saber cuando no sé nada de negocios?

A veces, los biólogos, los ingenieros o los químicos tienen una idea y deciden empezar un negocio. Por otra parte, los conocimientos empresariales suelen faltar en estos casos. A la hora de poner en marcha este tipo de proyectos, es necesario obtener conocimientos básicos relacionados con los modelos numéricos y las finanzas. Cada uno debe ver qué sistema es el más adecuado para él. En otras palabras, no debes tener una educación formal. Sin embargo, la mejor forma de aprender es seguramente tener peticiones. Y de lo contrario, volver al sexto o séptimo paso.

Los que quieren financiar el producto o proyecto no tienen la perspectiva del responsable de marketing. La entrevista será con una persona con perspectiva técnica

10. Cómo competir con grandes empresas (si esta es tu intención)

Hay tres aspectos clave: entender quién asumirá el riesgo; entender cómo se toman las decisiones dentro de esta gran empresa; y tener una reunión de asesoramiento con entidades y personas que te ayudarán a ganar credibilidad. No solo técnicos, sino quienes saben algo de empresa y sector.

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