¿Te consideras una persona puntual y estás harto de que todos lleguen tarde a las reuniones? ¿Han desaparecido los cinco minutos de cortesía para convertirse en 30 minutos de espera? Este artículo es para ti. Y atención: no eres único en la queja de una costumbre cultural muy arraigada entre los catalanes y el resto de españoles. Numerosos expats, es decir, los nuevos vecinos que tantas portadas han ocupado debido a su poder adquisitivo y que están transformando el modelo de vivienda en Barcelona, se muestran "molestos" y "sorprendidos" por un gesto que consideran de mala educación o desinterés. Y así de claro lo plasman en el ámbito laboral: "Sé que algunos catalanes se presentan a las reuniones 30 minutos tarde".
Parece que la puntualidad a la entrada al trabajo ha dejado de ser una prioridad para la generación Z, algo que no agrada mucho a los jefes
Otra de las curiosidades que se visualizan en el vídeo viral de TikTok de la cuenta @sensationalspain es que muchos de los recién llegados se han tenido que acostumbrar al nuevo ritmo de horario que implica que "a las 8 h, signifique las 8:30 h". E incluso, algunos lo bautizan como el "método de la media hora para garantizar la puntualidad". También tiene que ver el choque cultural relacionado con la gestión del día a día y de los horarios, la pausa del mediodía y que, tal como publicábamos hace unos días, el 30% de los catalanes sigue trabajando a partir de las 19 h y, el 10% de ellos, sigue trabajando a partir de las 22 h, sin que se trate de un trabajador con un contrato de régimen nocturno. Y lo más alarmante de todo, el 30% de los catalanes confiesa que tiene pobreza de tiempo, mientras el gobierno se “pone las pilas” y activa la Ley de los Usos del Tiempo.
La puntualidad según la edad: los 'boomers', los "más enfadados"
Mientras que para los más jóvenes llegar 10 minutos tarde al trabajo "no es grave", sus jefes opinan todo lo contrario. Se ha hablado en varios artículos de los cambios que está introduciendo la generación Z (nacidos a partir de 1997) en el mercado laboral, pero lo más curioso es la visión antagónica con los boomers (nacidos entre 1946-1964). Y la puntualidad tampoco es la excepción.
La preferencia por la flexibilidad horaria o el equilibrio entre vida personal y laboral de la generación Z es totalmente diferente de la de generaciones anteriores con las que tienen que convivir en el trabajo. Contra todo pronóstico, parece que la puntualidad a la entrada al trabajo ha dejado de ser una prioridad para la generación Z, algo que no agrada mucho a los jefes.
@sensationalspain What do Foreigners think of PUNCTUALITY in SPAIN? #cultureshock#spain#livinginspain#sensationalspain#germany♬ original sound - Sensational Spain
Entre los últimos estudios del mercado laboral, destaca el caso del informe de Meeting Canary, en el que el 46% de los trabajadores jóvenes afirmaba que llegar entre cinco y diez minutos tarde al trabajo es "equivalente a llegar a la hora correcta". En cambio, para sus jefes -la mayoría boomers-, tienen una tolerancia cero con los retrasos. De hecho, el 79% de los encuestados séniores afirma que "si llegas después de la hora acordada, entonces llegas tarde", indican los autores del informe. Y, incluso, Christina Qi, reclutadora del Massachusetts Institute of Technology (MIT), apunta en su LinkedIn que cuando entrevista a candidatos de la generación Z por la plataforma Zoom "todos llegan tarde a la cita" y no se trata de "casos aislados".
La insólita exigencia de un jefe que indigna a los empleados
Dicen que el deber de un empleado es llegar a tiempo al trabajo. La impuntualidad enerva a los jefes exigentes, pero, en el caso de este director en el Reino Unido, sus exigencias han terminado por enfadar a sus trabajadores. El cartel colocado en la puerta de la oficina ha hecho enrabiar a muchos empleados, hasta tal punto, que uno de ellos ha decidido viralizarlo para quejarse en las redes sociales.
La nota aseguraba que cada empleado se tendría que quedar 10 minutos más trabajando por cada minuto de retraso que haya acumulado
Este empresario dejó escrita una nota en la puerta de la empresa donde aseguraba que el retraso se castigaría duramente. De hecho, la nota aseguraba que cada empleado tendría que quedarse 10 minutos más trabajando por cada minuto de retraso que haya acumulado con respecto a su horario de entrada.
Así, se puede leer lo siguiente: “Por cada minuto que se llegue tarde al trabajo, se deberá trabajar durante diez minutos más después de las 18:00 h. Es decir, si llegas a trabajar a las 10:02 h de la mañana, tendrás que quedarte hasta las 18:20 h. Es una nueva norma de la empresa y debe ser respetada”.
La usuaria que compartió la nota por redes sociales estaba completamente indignada: "Es el peor lugar donde he trabajado. Te exigen este tipo de cosas y, encima, te pagan el salario mínimo. Creo que nadie debería venir a trabajar aquí".
Bonustrack: los países donde ser impuntual es una "falta de respeto"
Hay quien argumenta que la puntualidad es una cuestión únicamente cultural y, por tanto, varía de un país a otro. En España, un retraso de 10 minutos es aceptado como normal, pero eso no sucede en otros países como Alemania, Japón o Estados Unidos, donde la puntualidad es "sagrada". Por ejemplo, en el país germano ser puntual significa llegar con 10 minutos de antelación a cualquier cita. En Corea del Sur, llegar 5 minutos tarde es considerado una falta de respeto, igual que en Japón.
En Corea del Sur y en Japón, llegar 5 minutos tarde es considerado una falta de respeto
Entre los países con más "retarditis" se encuentran Arabia Saudita, donde llegar media hora tarde es lo normal; Nigeria, donde una reunión programada a las 17 h puede comenzar entre las 17 h y las 18 h; o en México, donde llegar una hora tarde a una reunión es completamente normal.