Hasta el estallido de la era del marketing y las grandes superficies, el packaging no era nada más que la manera de envolver un producto. Una simple caja, una lata, un cartón... Todo se limitaba a la elección de un material que conservara las propiedades del producto intactos cuanto más tiempo mejor. La feroz competencia de los lineales y la necesidad de diferenciarse en un mercado cada vez más saturado ha hecho del empaquetado todo un arte con capacidad para interactuar con el consumidor, comunicar los valores de la empresa y transmitir todo tipo de sensaciones.
Según un estudio de Booz&Company, el 85% de los compradores sitúan el packaging como uno de los elementos más decisivos en su elección de compra, por encima de las acciones de marketing fuera del punto de venta.
En este artículo revisamos siete casos que demuestran como el packaging puede ser, en muchas ocasiones, tan importante como el mismo producto.
1 - Yatekomo
Cuando salieron al 2013, los noodles no eran precisamente una novedad del mercado. Así pues, como se explica que en sus primeros tres años a los supermercados hayan vendido más de 150 millones de unidades? Más allá de la potente campaña publicitaria, una de las claves fue la confección de un vaso que forma parte del producto.
El envase permite calentar el agua para cocinar y consumir los fideos a su interior. Una innovación que ha situado los Yatekomo como una de las opciones de comer precocinado favoritas por los compradores.
2 - Italian Spaghetti
Cuántas veces se ha encontrado haciendo pasta sin saber si las cantidades lanzadas en el agua hirviendo serien las adecuadas? El diseñador británico Neal Fletcher encontró la solución en este problema con la creación de un envase que, en uno de sus extremos, ofrece las medidas exactas para sacar hasta seis raciones de espaguetis.
La invención no hace más que depurar el clásico truco de calcular raciones en función de los fideos que caben en la circunferencia que sale de unir los dichos pulgar y índice, pero no se le había acudido antes a nadie.
3 - The Deli Garage
Hemos hablado de pasta y no hay nada mejor para rematar estos platos que un buen queso italiano. Un parmesà, por ejemplo. El problema de este producto es la dificultad de cortar el bloque compacto en tiras finas.
La agencia alemana Kolle Rebbe encontró la solución con el lanzamiento por la marca The Deli Garage de unos parmesans en forma de lápiz que se venden junto con un sacapuntas. Sin duda, una manera ingeniosa de solucionar la única debilidad de un producto gurmet.
4 - Aquilegia
Pocos regalos hacen más ilusión que un buen lote de vinos. Si tenemos una bodega, siempre los podremos asear y esperar a la mejor ocasión para presentarlos a mesa. Pero no todo el mundo cuenta con este lujo.
La marca Aquilegia ideó un packaging pensado para guardar sus botellas de la manera más adecuada sin necesidad de tener un espacio pensado. Sus vinos vienen en una caja de madera que, al desplegarse, se transforman en una pequeña estanteria. Diseño y usabilitat en un envase.
5 - Tridente
El packaging estratégico no siempre tiene que ser útil. También puede ser un elemento de comunicación. Uno de los mensajes más repetidos por las marcas de chicles es el efecto blanqueador que tienen sus productos. Y como plasmarlo mediante el envase? Convirtiéndolo en una gran sonrisa.
Esto es el que hizo Tridente aprovechando el lanzamiento de sus nuevos chicles sin azúcar, que prometían una "sonrisa más blanco y brillante". Bajo este eslogan convirtieron las cajas en un expositor de todo tipo de bocas sonrientes, donde los chicles hacían la función de dientes. Un elemento divertido y que tuvo un gran impacto en redes sociales como Instagram, donde los usuarios colgaron sus fotografías con el packaging.
6 - Festina
El consumidor, a veces, puede ser extremadamente desconfiado. Así lo comprobaron a Festina cuando lanzaron su colección de relojes sumergibles. Los compradores no estaban convencidos de mojar un producto de tanto valor.
Una vez más, la marca encontró la solución en el packaging. La agencia alemana Scholz&Friends ideó un envase transparente y pleno de agua donde iría el reloj. De este modo, el cliente de una relojería podía ver de un solo vistazo como, efectivamente, aquel reloj estaba preparado para sumergirse.
7 - Mr. Clean
Acabamos con un ejemplo de cómo lo packaging puede dar una segunda vida al producto. La versión americana de Don Limpio, Mr. Clean, quiso relacionar sus productos con su logo, un señor forzudo y muy preparado físicamente. Para hacerlo, convirtieron su envasepesas de gimnasio.
De este modo, un golpe el usuario acababa con el producto podía reomplir el envase y utilizarlo para hacer ejercicio en casa.