En el día de Sant Jordi de 2001, los focos empezaron a iluminar el plató. La flamante televisión privada del Grupo Godó, llamada CityTV en aquellos momentos, iniciaba sus emisiones con la firme voluntad de hincar el diente tanto a TV3 -por aquello de que eran catalanes- como también a las privadas españolas -por el tipo de contenidos-, pero con el tiempo se comprobaría que la tarea sería titánica. La apuesta inicial por estrellas como Jordi González o AlfonsoArús fue una declaración de principios sobre la voluntad de los propietarios de hacer una televisión competitiva con vocación de triunfar ante el gran público.
Una circunstancia curiosa de aquellos tiempos primigenios fue la utilización de la planta baja de la Torre Barcelona (edificio conocido hoy en día como Torre Godó) como estudio de televisión. En realidad, aquel espacio con entrada propia desde la avenida Diagonal había sido concebido como oficina bancaria cuando el edificio era propiedad del Banco de Madrid dirigido por el empresario Jaume Castell. Siempre se ha relacionado a 8tv con la familia Godó, pero lo cierto es que en la aventura televisiva a menudo ha sido acompañada de otros accionistas. Si al comienzo hubo inversores como Jacinto Romeu, Abertis, el Orfeó Català (propietarios de la licencia original), o varios elementos clave de la burguesía (Daurella, Carulla, Vila Casas, Colomer, Reig o Vilarrubí), en 2015 quien entró fue el grupo Mediaset, los propietarios de la cadena Telecinco, que adquirieron un 40% del capital. Lo que se vendió en su día como una alianza estratégica, resultó un experimento de corta duración porque solo dos años más tarde Godó recompraó todas las acciones a Mediaset.
Ni siquiera el fichaje estrella de Josep Cuní en 2011 consiguió transformar el canal en rentable, si bien sí consiguió cierta audiencia
Hacer televisión es caro, y si no se consigue llegar a unos niveles de audiencias que atraigan a los anunciantes, entonces resulta ruinoso. Este precisamente es el camino que ha seguido 8tv durante estas dos décadas, porque a la incapacidad de generar beneficios se ha unido una facturación decreciente durante los últimos años. Si en 2017 las ventas de 8tv se aproximaban a los 12 millones de euros, una caída sostenida ha llevado al negocio televisivo de los Godó a facturar alrededor de 2,5 millones de euros en 2020. Aquel 2017, las pérdidas acumuladas desde la creación de la cadena ya superaban los 30 millones de euros. Ni siquiera el fichaje estrella de JosepCuní en 2011 consiguió transformar el canal en rentable, si bien sí consiguió cierta audiencia, pero lo hizo con unos costes difícilmente asumibles en el largo plazo. El punto final de la relación entre Cuní y 8tv se produjo en 2017, dejando la sensación de que la empresa había gastado la última bala y que lanzaba la toalla. A lo largo de 20 años habían pasado de una primera licencia de televisión analógica, al actual múltiplex de la televisión digital terrestre, donde se emite también BarçaTV, el canal lineal y gratuito del FC Barcelona.
Los nuevos propietarios
Inmersos ya en un 8tv residual, llega la noticia de su venta al tándem formado por Nicola Pedrazzoli y BorjaGarcía-Nieto Portabella, por un importe cercano a los 10 millones de euros. El italiano establecido en Catalunya tiene un largo recurrido en el mundo de las televisiones locales. Hace años puso en marcha el Canal Català y hoy en día explota Teve.cat, además de figurar como apoderado o directivo en un buen puñado de sociedades. Una de las firmas donde interviene es la sociedad Revolutionary Operations, una sociedad holding propiedad precisamente de Borja García-Nieto, su socio en la compra de 8tv.
Por su parte, Borja Garcia-Nieto pertenece a una de las grandes familias de Barcelona, con muchos intereses inmobiliarios y bursátiles (son los propietarios de la firma de intermediación Riva y García). Años atrás, hasta 2015, fue presidente del elitista Círculo Ecuestre, además de ocupar un puñado de cargos, como presidente del consejo asesor de la Universitat Abat Oliba, miembro del Patronat del Palau de la Música y también consejero de Antena 3, Sogecable, Ficosa y Fecsa, entre otros. La firma familiar Riva y García fue fundada en 1877 y tiene la sede en el edificio modernista de la Casa Berenguer, que está ubicado en la calle Diputació, entre Balmes y Rambla de Catalunya. Las actividades de la empresa son básicamente del ámbito financiero: corporate finance, el private equity y el real estate.
Veremos qué propósitos tienen los dos inversores a partir de la adquisición de la cadena de los Godó, a pesar de que es de dominio público el tipo de producto que Pedrazzoli -un hombre formado en la sombra de Berlusconi- acostumbra a ofrecer.