En pleno confinamiento por la pandemia de la Covid-19, tres mujeres que, cómo todo el mundo, permanecieron en casa más tiempo del habitual, acompañadas de la familia, idearon una iniciativa que combina sus dos pasiones: los juegosde mesa y la inquietud por la emergencia climática. De esta asociación, impulsada por el colectivo femenino Collverds, centrado en la divulgación y difusión biológica, ha nacido una primera criatura en forma de juego. Se trata de Apis, el juego de las abejas, en el cual el propósito es indagar en el problema que supone la reducción de la población de estos animales, a la vez que sirve para reflexionar sobre las hipotéticas consecuencias que provocaría su desaparición.
"La pandemia ha sido el momento ideal para sacarlo, puesto que sus creadoras se han dado cuenta que es una situación límite, no solo por la Covid-19, sino por una pandemia mucho más fuerte que nos está a punto de llegar, como es la del cambio climático". Es la reflexión de QueraltAntú, diseñadora e hija de una de las impulsoras del juego, y que ha permitido el paso de la idea a la realidad de Apis a través de la producción, el diseño y la creación del embalaje del juego.
Apis, el juego de las abejas, reflexiona sobre las hipotéticas consecuencias que provocaría su desaparición
Como eje temático, Apis alerta sobre la desaparición de las abejas que, tal como comenta Antú, "es un animal que cae bien, pero se habla poco de su realidad". Las abejas, como polinizadoras naturales, son las responsables de producir de forma indirecta una tercera parte de los alimentos que comemos y de parte de la ropa que vestimos a través de su acción porque se genere el algodón. "Queremos concienciar a los niños a partir de los 8 años a través de un juego colaborativo, no competitivo, igual que la relación que establecen las abejas en la natura". Antú añade que algunas de las preguntas de Apis instan los jugadores a pedir ayuda para resolver los enigmas.
Juego sostenible y catalán
Apis propone el reto de construir una colmena en menos de una hora. Además de intentar visualizar con una cierta prisa la situación vital de las abejas, el juego aporta soluciones para resolver esta problemática. De momento, se han puesto a la venta un millar de unidades en catalán. Antú precisa que "como la reacción está siendo muy buena, nos planteamos una tirada más larga en castellano e inglés a través de contactos que estamos teniendo con empresas de distribución de juegos educativos". Hasta ahora, el juego solo se puede comprar virtualmente en la página web https://apiseljocdelesabelles.com y de forma física a la tienda Bo de Shalom, el espacio de venta de Ilersis, la entidad leridana del tercer sector fabricante del producto.
"Queremos concienciar a los niños a través de un juego colaborativo, igual que la relación que establecen las abejas en la naturaleza"
El juego ha sido ideado, creado, evolucionado, diseñado, financiado y producido en Catalunya, trabajando con empresas locales y con iniciativas de proximidad. Así, la iniciativa ha recibido el apoyo de empresas como Torrons i Mel Alemany y Ametller Origen, caracterizadas por su compromiso con la alimentación de proximidad y natural. En su diseño, se han utilizado materiales sostenibles, como maderas recuperadas con certificados de garantía de su calidad ambiental. Además, cumplen con la normativa de la Unión Europea (UE) en el ámbito de la seguridad de los juguetes.
La creación del juego se ha llevado a cabo a la carpintería de la FundaciónIlersis en Lleida, una entidad de carácter social que tiene como objetivo lograr la inclusión social y laboral de personas con diversidad intelectual y/o diagnóstico de dolencia mental. Apis, el juego de las abejas, ayuda a valorar la importancia de la industria de los juegos de tabla, especialmente en épocas de crisis cómo el actual. Así, sus impulsoras recuerdan que los grandes juegos de mesa universales han surgido después de momentos de dificultades. El Monopoli nació durante el Crac del 29, el Trivial durante la Crisis del Petróleo y el Catan durante la crisis a raíz de la reunificación de Alemania. Las crisis no solo hacen emerger los juegos de mesa, sino que permiten seguir soñando que también pueden servir para construir un mundo mejor.