"Debemos ampliar el alcance del contrato social con la participación de todos para contribuir a una recuperación sostenible, sin dejar a nadie atrás". Así de claro y contundente se ha mostrado el presidente de Agbar, Ángel Simón, que ha participado esta mañana en un desayuno de trabajo online organizado por la Fundación CEDE, en colaboración con Deloitte, con el objetivo de compartir su visión frente a los actuales desafíos económicos, sociales y medioambientales, así como las medidas llevadas a cabo por la compañía a raíz de la crisis sanitaria.
Ante la crisis que estamos viviendo, Simón señala que hay que dar un "papel esencial de la empresa como parte de la solución, dentro del marco de actuación establecido por la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, y ampliar el alcance del contrato social”. En este sentido, sostiene que el pacto debe basarse en tres ejes: la solidaridad, la ocupación de calidad y la reconstrucción verde, pero también debe de "contar con la participación y el compromiso de todos -ciudadanía, administraciones, entidades sociales y empresas- con el objetivo de contribuir a una recuperación sostenible, sin dejar a nadie atrás”.
Precisamente por eso, el presidente de Agbar asegura que "la colaboración público-privada es imprescindible como motor de dinamización, permitiendo movilizar recursos financieros y ejecutar las inversiones necesarias para garantizar los niveles de bienestar y poder asegurar las infraestructuras que mejoren la competitividad y la sostenibilidad".
Agbar ha tenido un papel clave en la crisis de la covid-19 ya que, como recuerda su presidente, "con anticipación, pusimos en marcha un plan de medidas para garantizar el suministro de agua y saneamiento a la ciudadanía, considerados como servicios esenciales por su estrecha relación con la salud y la higiene, así como para preservar la seguridad y la salud de la plantilla”. Para ello, la compañía ha implantado un modelo de operación adaptada, que incluye el modo de presencia permanente en instalaciones, para minimizar el riesgo de contagio y garantizar la continuidad del servicio. Esta presencia permanente de trabajadores y trabajadoras ha tenido lugar en los puntos más vitales para el ciclo del agua, permitiendo garantizar el funcionamiento de las plantas de tratamiento de agua.