Albert Castellón (Barcelona, 1973) es un directivo atípico. Habla en plata y catalán, sobre todo a Twitter (@albertcastellon), y lejos del convencionalismo empresarial no esconde su independentismo.
Con apenas 40 años ya presenta un currículum envidiable. Artífice del relanzamiento de Moritz , 13 años después de su incorporación al proyecto, con los diez últimos a la dirección general, cierra una etapa para emprender nuevos retos. "Tengo ganas de hacer proyectos nuevos, pero a la vez no me quería desvincular de Moritz", explica a VIAempresa . Una empresa de la cual no tiene ninguna acción, pero que "siento como mi hija", asegura. La solución que ha acordado con la propiedad es ser miembro del consejo para seguir marcando la dirección de la estrategia de marca, de branding y posicionamiento. "Esto me apasiona y a la vez me deja tiempo por nuevos proyectos", relata Castellón.
Nuevos proyectos que se encaminan en dos vías: el asesoramiento estratégico de empresas y "un proyecto editorial muy ambicioso, hecho en Barcelona pero con mirada global, donde dedicaré muchas horas de mi futuro", explica sin querer avanzar más detalles.
Una carrera fulgurante
Licenciado en Administración y dirección de empresas por la Universitat Ramon Llull, y con un Executive MBA a Esade , Castellón se incorporó a Unilever apenas salir de la universidad. " entré como aprendiz, de Trainee ; y en seis años fui progresando", recuerda. A Unilever fue Product Manager primero, para ser después Partner Manager en marcas como La Casera y Pepsi ; y finalmente acabar dirigiendo el área de hostelería.
"Llevaba cinco años en Bilbao y decidí cambiar de proyecto para poder volver a Barcelona", explica Castellón; en el que sería el punto de inflexión de su carrera. La familia propietaria de Moritz quería relanzar la marca, y a través de un headhunter contactaron con él. "Habían seguido mi carrera, que había sido bastante provechosa con 26 años. Tambiéninfluía la experiencia en el mundo de la hostelería", asegura.
Después de hablar con la familia, enseguida se entusiasmó por el proyecto. "Lo afrontaba con mucha ilusión, el reto me apasionaba. Tenía las dudas típicas de pasar de una multinacional a una empresa familiar, y de poner en marcha un proyecto desde cero, pero a la vez esto también me motivaba y me daba más energía". Del resultado de estos 13 años "no mepuedo arrepentir y estoy encantado de haber dado el paso ", asegura.
Por Castellón, Moritz lo significa "prácticamente todo". Desde los primeros años de trabajo a la sombra, pasando por la refundación pública de la marca el 2004 y hasta ahora, "a Moritz lo he aprendido todo: cómo de difícil es hacerse agujero en un mercado tan maduro como el de las cervezas; y que hay retos que parecen inalcanzables pero que con convencimiento, compromiso y esfuerzo se pueden conseguir".
Apasionado de la vida
Lo encara director general de Moritz se define como un "apasionado". A su parecer, "es vital tener un compromiso absoluto, y me creo el proyecto por el que trabajo". Reconoce que exige mucho a la gente que trabaja a su lado, de quien pide "el mismo compromiso"; y que a menudo la familia le ha tenido que reprochar que viva "pensando siempre en el proyecto, en nuevas ideas".
"Cuando voy de vacaciones sigo pensando en Moritz", asegura; pero esto no impide que disfrute con otras pasiones como la pesca , la lectura, la historia o la gastronomía . Esto para no hablar del hockey patines, "el deporte que practicaba mi padre, que era profesional en 60 y 70, y que es el deporte nacional catalán".
Castellón, además, también encontró tiempo para publicar un libro durante el 2012, Catalonia: next brand inEurope . "Tuve la idea de hacer una aproximación diferente al tema catalán. Emmirallar-nos en cómo lo hacen las empresas con el marketing y que tendríamos que hacer si el que tenemos que vender es Cataluña", explica orgulloso.