06
de Junio
de
2013
Act.
03
de Abril
de
2014
Ahora hace un año, el director general de Bananity, Albert Martí, aseguraba que la pregunta que más le hacían era por qué no había fundado esta red social a San Francisco. Su respuesta era simple: "Por qué no podemos hacerla desde aquí?". Doce meses después, la empresa continúa instalada a la Casa Banana de Valldoreix, pero ya ha hecho una primero excursión en la otra banda del Atlántico. Según ha confirmado Bananity a VIAempresa, la compañía está de gira por los Estados Unidos presentando su producto y buscando posibles inversores en futuras rondas de financiación.
Desde la empresa consideran que este es "un salto natural" después de cerrar al sido una primera ronda de financiación por valor de 400.000 euros que sirvió para desarrollar las aplicaciones móviles y la nueva versión de la web. "Es sólo una primera aproximación para ver la ensambladura del producto allá y la respuesta es positiva", aseguran. La red social cuenta con recursos suficientes por este año, por el que no tienen previsto levantar la nueva ronda hasta el 2014, que se destinará a acercarse a los objetivos de la empresa: desarrollar el algoritmo que los tiene que convertir en un grande recomanador y llegar al millón de usuarios.
De la multinacional a la start-up
Estos objetivos, pero, todavía quedan lejos. Con 35.000 usuarios registrados, la red social es ahora un punto de encuentro de grupos con intereses comunes. Viendo el ambicioso objetivo, Albert Martí podría estar maldiciendo el día que aceptó la propuesta de en Pau Garcia-Milà y en Sergio Galiano para crear Bananity, pero no es el caso. Martí tenía su carrera hecha en lugares directivos de multinacionales como Loréal y Sara Lee, pero siempre había tenido la voluntad de iniciar un proyecto propio vinculado con la tecnología, así que no dejó escapar la oportunidad.
"Albert es un líder nato, un gran gestor de equipos y una persona muy positiva, con total confianza en el producto". Así lo perfilan desde Bananity. El directivo y, por extensión, la empresa también se han ganado la fama de creativos, quizás en parte por el contexto favorecedor en que se encuentran. La compañera conviven con las start-up Wine is Social y Genuinus, con quien comparten jornadas dedicadas exclusivamente a desarrollar sus productos, pero también momentos de networking y catas de vinos a mediodía. "Estas sinèrgies son esenciales por nosotros, porque nos permiten analizar el que hacemos desde un punto de vista diferente", apuntan a Bananity.
Un producto a desarrollar
La red social nació con grandes expectativas, quizás fomentadas por la aparición de caras como las de Pau García-Milà, Andreu Buenafuente o Cristina Garmendia y las cifras en las que se mueve dan la sensación que no acaban de arrancar, pero desde la empresa consideran que esta es una visión apresurada. "Apenas estamos desarrollando el producto y en abril presentamos la versión Beta". De hecho, consideran un éxito haber llegado a los 35.000 usuarios sin haber presentado el producto en mercados naturales como Latinoamérica. Donde sí se hará este paso está en los Estados Unidos, donde Albert Martí apenas hace los primeros pasosbusca del deseado millón de usuarios.
Desde la empresa consideran que este es "un salto natural" después de cerrar al sido una primera ronda de financiación por valor de 400.000 euros que sirvió para desarrollar las aplicaciones móviles y la nueva versión de la web. "Es sólo una primera aproximación para ver la ensambladura del producto allá y la respuesta es positiva", aseguran. La red social cuenta con recursos suficientes por este año, por el que no tienen previsto levantar la nueva ronda hasta el 2014, que se destinará a acercarse a los objetivos de la empresa: desarrollar el algoritmo que los tiene que convertir en un grande recomanador y llegar al millón de usuarios.
De la multinacional a la start-up
Estos objetivos, pero, todavía quedan lejos. Con 35.000 usuarios registrados, la red social es ahora un punto de encuentro de grupos con intereses comunes. Viendo el ambicioso objetivo, Albert Martí podría estar maldiciendo el día que aceptó la propuesta de en Pau Garcia-Milà y en Sergio Galiano para crear Bananity, pero no es el caso. Martí tenía su carrera hecha en lugares directivos de multinacionales como Loréal y Sara Lee, pero siempre había tenido la voluntad de iniciar un proyecto propio vinculado con la tecnología, así que no dejó escapar la oportunidad.
"Albert es un líder nato, un gran gestor de equipos y una persona muy positiva, con total confianza en el producto". Así lo perfilan desde Bananity. El directivo y, por extensión, la empresa también se han ganado la fama de creativos, quizás en parte por el contexto favorecedor en que se encuentran. La compañera conviven con las start-up Wine is Social y Genuinus, con quien comparten jornadas dedicadas exclusivamente a desarrollar sus productos, pero también momentos de networking y catas de vinos a mediodía. "Estas sinèrgies son esenciales por nosotros, porque nos permiten analizar el que hacemos desde un punto de vista diferente", apuntan a Bananity.
Un producto a desarrollar
La red social nació con grandes expectativas, quizás fomentadas por la aparición de caras como las de Pau García-Milà, Andreu Buenafuente o Cristina Garmendia y las cifras en las que se mueve dan la sensación que no acaban de arrancar, pero desde la empresa consideran que esta es una visión apresurada. "Apenas estamos desarrollando el producto y en abril presentamos la versión Beta". De hecho, consideran un éxito haber llegado a los 35.000 usuarios sin haber presentado el producto en mercados naturales como Latinoamérica. Donde sí se hará este paso está en los Estados Unidos, donde Albert Martí apenas hace los primeros pasosbusca del deseado millón de usuarios.