Almirall ha registrado unas pérdidas de 39,4 millones de euros hasta septiembre, una cifra que contrasta con los beneficios de 57,1 millones de euros correspondientes al mismo periodo del ejercicio anterior. La compañía atribuye los resultados al deterioro del valor contable del activo intangible del fármaco Seysara (-69 millones de euros), la cartera legacy en los Estados Unidos (-22 millones de euros) y al pago de 12 millones de euros por la opción de compra de Bioniz, que finalmente no se ejecutó.
Sin embargo, la farmacéutica destaca que las ventas han crecido un 6,2% en términos interanuales, hasta los 601,7 millones de euros, a raíz del buen comportamiento de sus medicamentos contra la psoriasi (Ilumetri) y contra la aqueratosi actínica (Klisyri). De hecho, el beneficio bruto de explotación (ebitda) de su negocio core entre enero y septiembre ha experimentado un crecimiento interanual del 20,3%, hasta los 164,2 millones de euros.
Para el consejero delegado de Almirall, Gianfranco Nazzi, la compañía se siendo "satisfecha" por la evolución de los ingresos core. En este sentido, apunta a un "excelente impulso" de cara al último trimestre del año y asegura que la empresa está "bien posicionada para el crecimiento a largo plazo".