En el año 1988, dos químicos con gran conocimiento en el mundo de la investigación fundaron una compañía llamada Lipotec, una empresa dedicada a la química fina. En su caso, se centraron en la investigación y desarrollo de sistemas de aplicación de fármacos y en la producción de péptidos, principios activos y liposomas, fundamentalmente para el mundo farmacéutico, cosmético y para la industria alimentaria. Los dos emprendedores eran Antonio Parente y José María García-Anton, que se conocían desde la carrera universitaria. En aquel momento, Parente trabajaba como director del departamento de síntesis en los laboratorios Vita, de Barcelona, mientras que García-Anton llevaba dieciocho años en nómina del Centro Superior de Investigaciones Científicas del Estado (CSIC).
Durante los primeros años se situaron bajo el paraguas del vivero de empresas de Barcelona Activa, sociedad del Ayuntamiento de Barcelona destinada a impulsar nuevos negocios. A las empresas que crearon, años más tarde, también se unió un directivo procedente de la farmacéutica Merck, Alberto Bueno, que fue nombrado director general de GP Pharm, otra firma fundada por los dos emprendedores. Desde la sede de Gavà, al lado de la autopista C-32, lograron ganarse un gran prestigio en su sector y su marca rompió fronteras, lo que les permitió incluir firmas como Dior, Chanel, Helena Rubinstein y Estée Lauder en su cartera de clientes. El resultado fue el crecimiento exponencial del negocio. Hay que pensar que cuando Parente y su socio se pusieron a ello, la investigación científica de la industria cosmética era un verdadero desierto.
Pocos años después del comienzo del proyecto, en 1992, lograron los primeros éxitos de sus investigaciones, cuando en un ensayo con ratones consiguieron que los liposomas producidos por Lipotec sirviesen para administrar dosis de medicamentos citostáticos y así reducir los tumores que esos animales de laboratorio tenían en su organismo. En aquel ensayo, hicieron equipo con el Instituto de Investigación Oncológica (IRO) y con la farmacéutica Glaxo.
El año siguiente a estos ensayos fueron galardonados con una mención de honor en el marco de los premios de la Generalitat de Catalunya a las empresas innovadoras
El gran atractivo de los liposomas radica en que, en primer lugar, su capa externa es capaz de reconocer las células donde debe actuar (en este caso, las células tumorales) y, en segundo lugar, que libera el fármaco de manera gradual. El año siguiente a estos ensayos fueron galardonados con una mención de honor en el marco de los premios de la Generalitat de Catalunya a las empresas innovadoras. En ese momento, eran la primera empresa del Estado en producir liposomas y también una de las pioneras de Europa.
En el año 2003, Lipotec y el resto de sociedades de Parente y su socio participaron en un proyecto, el Nanofarm, que había puesto en funcionamiento la que fue la primera bioincubadora del estado español, una entidad que dependía del Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial (CIDEM) de la Generalitat, así como de la Universidad de Barcelona.
Con la llegada del nuevo siglo, las inversiones crecieron de manera importante, en buena parte por abrir una nueva planta productiva en Sant Quintí de Mediona (2005) y también se incrementó la facturación, que en 2007 ya se elevó hasta los 20 millones de euros. En medio de la crisis financiera y de la carrera hacia el éxito de Lipotec, Parente fue elegido presidente de la patronal catalana del sector biotecnológico, como prueba de su ascendencia sobre este sector de la economía con tanta pujanza. Permaneció en el cargo hasta 2014. En el momento de acceder al cargo, era consejero delegado de Lipotec y presidente de GP-Pharm. Dentro de su rama para la industria cosmética, creaban productos como el Argireline, un péptido para evitar las arrugas de expresión que tuvo un gran éxito. Alrededor de este, también producían bronceadores, hidratantes, anticelulíticos, etc. En total, un 80% de la producción de Lipotec se destinaba en ese momento a la exportación. En 2010, Parente pasó a formar parte del consejo de administración de otros laboratorios, Archivel Farma, especializados en la lucha contra la tuberculosis.
Por su parte, la filial GP Pharm logró un éxito primigenio en otoño de 2011, cuando registraron su primer fármaco oncológico, el denominado Lutrate Depot. Fue aprobado por las autoridades sanitarias de cinco países de la Unión Europea y su aplicación era para el cáncer de próstata. En ese momento se le presuponía un mercado potencial de 1.000 millones de euros.
Los negocios con Warren Buffet
Pero lo más grande aún estaba por llegar, porque en los albores del verano de 2012 se produjo uno de los hitos más importantes en la vida de los dos emprendedores: vendieron el negocio al inversor norteamericano Warren Buffet, que adquirió Lipotec a través de su filial del sector químico Lubrizol. En el acuerdo de compra se incluyeron las subsidiarias Diverdrugs y Lipofoods. Fuera de esta operación corporativa quedaron GP Pharm, BCN Peptides y Prima-Derm. En el momento de la transacción, la facturación agregada era de unos 40 millones de euros.
El importe de la venta de Lipotec a Buffet nunca se hizo público, pero permitió que Parente se convirtiera en uno de los principales inversores del país en proyectos de biotecnología, una situación que hoy día aún se mantiene. Poco después de la venta, GP Pharm continuaba creciendo, y la prueba fehaciente es que la firma logró licenciar el Lutrate ni más ni menos que en 23 países.
Recientemente, Parente ha sido el impulsor de otros proyectos innovadores como Sepsia Therapeutics, una firma que desarrolla nuevas terapias celulares y biológicas contra la sepsis
En 2019, la patronal biomédica galardonó a Parente por su trayectoria profesional, mientras que cuatro años más tarde recibió el premio Trifermed, por el impacto social en la salud de sus investigaciones. Cabe decir que en épocas más recientes ha sido el impulsor de otros proyectos innovadores, como es el caso de Sepsia Therapeutics, una firma que desarrolla nuevas terapias celulares y biológicas contra la sepsis.
Desde el punto de vista institucional, Parente forma parte ahora o en el pasado de entidades como el Centro de Regulación Genómica de Barcelona, Asebio (patronal estatal de las compañías biotech), Biocat (fundación promotora de las ciencias de la vida) o de la ya mencionada patronal catalana del sector (denominada CataloniaBio).
A pesar de su gran influencia sobre un sector tan puntero como es el de la biotecnología, Parente es un hombre extremadamente discreto, que intenta llevar una vida equiparable a la de cualquier ciudadano, lejos de las estridencias. Pasear en barco por la Costa Brava, jugar al golf y pescar son las actividades familiares con las que suele llenar su ocio. Fruto de sus éxitos empresariales, resulta fácil encontrarlo en los rankings que a menudo se publican sobre grandes fortunas, donde él aparece con un patrimonio estimado de unos 150 millones de euros.