Arbúcies, el clúster catalán de las carrocerías

La localidad selvatana acoge a los tres principales fabricantes de carrocerías de autocar del país, es decir, Beulas, Ayats y Indcar

Interior de un autocar de Beulas Interior de un autocar de Beulas

Desde el punto de vista empresarial, recorrer Catalunya es un no parar de sorpresas: empresas poco conocidas que son líderes mundiales de su sector, compañías familiares radicadas en pueblos de poco más de tres mil habitantes que superan los mil millones de facturación, o el caso que comentaremos hoy, un clúster industrial de primer orden en la idílica Arbúcies. Esta localidad selvatana acoge a los tres principales fabricantes de carrocerías de autocar del país, es decir, Beulas, Ayats y Indcar, un trío de empresas que tienen presencia tanto en Cataluña como, sobre todo, en el extranjero.

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La más veterana de las tres es Industrial Carrocera Arbuciense, fundada en 1888 y que tiene como marca el emblema Indcar, más cómodo de gestionar que la denominación completa. Como es fácil imaginar, en aquellos tiempos primigenios las carrocerías que fabricaban estaban destinadas a las diligencias, que era el método de transporte del momento. El emprendedor que montó el negocio fue Francesc Queralt Roca y desde entonces sus descendientes han continuado gestionando el negocio (la familia Queralt controla la totalidad de las acciones, tanto de manera directa como a través de la sociedad Inmobiliaria Arbuciense).

Esta localidad selvatana acoge a los tres principales fabricantes de carrocerías de autocar del país, es decir, Beulas, Ayats y Indcar

El cambio más relevante en estos casi ciento cuarenta años de trayectoria es que a finales de los setenta optó por especializarse en fabricar carrocerías de autocar, y dejaron de lado otros tipos de vehículos. Hoy en día, las ventas de esta empresa ascienden hasta los 25 millones de euros, y deja un pequeño beneficio anual de cerca del 1% de la facturación. El primer ejecutivo es Gaël Queralt Mirabelle, que pertenece a la familia propietaria.

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Con el cambio de siglo, en 1905, nació la segunda de las firmas que forman el clúster, Carrocerías Ayats, propiedad de la familia homónima. En este caso, el creador de la saga fue Joan Ayats Casas, que había aprendido los secretos de la fabricación de tartanas trabajando para terceros y que en el año indicado decidió establecerse por su cuenta. En este caso, la segunda generación del negocio no vino por vía filial, sino que quien recogió el testigo fue Joan Vilà Carré, sobrino del fundador. Desde entonces, el apellido predominante en la compañía es precisamente Vilà.

Las ventas de esta empresa ascienden hasta los 25 millones de euros, y deja un pequeño beneficio anual de cerca del 1% de la facturación

El negocio factura hoy en día unos 14 millones de euros, según algunas estimaciones y proporciona un pequeño beneficio a sus accionistas. No solo disponen del centro productivo de Arbúcies, sino que también tienen una planta en México. La presidenta de la firma es Maria del Carme Vilà Pascual, de la familia propietaria, un clan que controla la compañía a través de la sociedad patrimonial Cadiraire.

Y la tercera de las empresas del contingente es Carrocerías Beulas, que fue la última en nacer, pues fue fundada en 1934. Los iniciadores fueron Ramon Beulas y Narcís Pujol, pero durante la posguerra la mitad de la compañía estuvo en manos de Jaume Gelada, otro inversor que permaneció hasta mediados de la década de los cincuenta. Posteriormente, la familia Beulas ha mantenido el control total del negocio. Su volumen de facturación supera al de sus rivales locales, pues actualmente tiene unas ventas de unos 30 millones de euros, con un sólido beneficio de más de un millón. La dirección general la ocupa Maria Dolors Beulas Pascual y el capital de la empresa está en manos de la sociedad Beupa Bus, que pertenece a la familia fundadora.

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Este trío hasta hace no muchos años era un cuarteto, porque también existía Noge, una firma fundada en 1964, pero que sucumbió ante la crisis hace cosa de una década.

Este trío hasta hace no muchos años era un cuarteto, porque también existía Noge

Que este clúster haya nacido a los pies del Montseny no es casualidad, ya que la madera de los bosques de la zona era materia prima fundamental para la construcción de diligencias, tartanas y carros en aquellos años finales del siglo XIX y los primeros del siglo XX. Por cierto, tampoco podemos dejar de señalar la curiosidad de que de las tres empresas ubicadas en el corazón de Cataluña, solo una (Beulas) tenga la página web en catalán, mientras que las otras dos ofrecen varias opciones, pero omiten por completo la lengua del país.

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