Aunque uno de los grandes retos que se presenta a los padres de las generaciones Z y Alpha es el de despegar a los hijos de los espacios digitales, teniendo en cuenta que, según el informe Nacer en la era digital: La generación de la IA de Qustodio, los menores de edad en España dedican más de cuatro horas a las pantallas cada día -el equivalente a dos meses enteros del año-, la solución parece lejana, ya que los adultos no somos precisamente el mejor ejemplo para los más pequeños: dedicamos una media de 5 horas y 45 minutos a ordenadores y dispositivos móviles, tal como señala el blog tecnológico Electronics Hub. Asimismo, resulta difícil poner solución a un fenómeno que nos atrapa a la totalidad de la población, en el que "todos dependemos de nuestro teléfono inteligente. Hay quien ni siquiera podría encontrar el amor sin el suyo".
Tal como apuntaba hace unas semanas en VIA Empresa el experto en robótica Roberto Menéndez, “en la actualidad, sin el móvil estás socialmente marginado, y falta muy poco para que no nos separemos de él durante todo el día”. En este contexto han surgido conceptos como el de nomofobia, el acrónimo de la expresión inglesa no-mobile-phone phobia, que hace referencia al miedo a no estar en contacto con el teléfono móvil, pero también han surgido iniciativas que pretenden luchar contra las estadísticas mencionadas anteriormente, al menos, en etapas vitales más tempranas. Es el caso de Balance Phone, “el móvil que lucha contra la adicción al móvil”.
Así define Carlos Fontclara el proyecto que impulsó hace un año junto con Albert Beltran. “Pasábamos demasiado tiempo con el móvil, y no queríamos vivir así”, apunta a VIA Empresa Fontclara, quien reconoce que alternativas como borrar las aplicaciones más adictivas del móvil “no funcionan, porque al poco tiempo las volvíamos a instalar”, y que las aplicaciones pensadas para limitar el tiempo tampoco suponen una solución eficaz, ya que “continuábamos usando el móvil más de cuatro y más de cinco horas”.
2 meses, 4.000 descargas
La voluntad de Beltran y Fontclara de desintoxicarse de las pantallas era tan grande que decidieron diseñar una solución con sus propios medios. El resultado, Balance Phone, una aplicación que ofrece una interfaz minimalista y que bloquea los contenidos más adictivos, como las redes sociales, los juegos, plataformas de streaming o pornografía. “Vimos cómo con esta alternativa pasábamos de usar el móvil entre cuatro y cinco horas, a solo una”, comenta Fontclara quien, al comprobar su éxito, la lanzó a la Play Store el pasado mes de marzo y ya cuenta con más de 4.000 descargas.
Fontclara: "Vimos cómo con esta alternativa pasábamos de usar el móvil de entre cuatro a cinco horas, a solo una"
Balance Phone lanzará su propio dispositivo
Según comenta el cofundador, se trata de una aplicación especialmente dirigida a los jóvenes que acceden a su primer dispositivo móvil. Pero, las nuevas generaciones crecen entrenadas en la esfera digital, y solo eliminando la aplicación anularían todo el potencial de esta. Por este motivo, el ambicioso proyecto de Fontclara y Beltran se complementará este septiembre con el lanzamiento de su propio dispositivo móvil, el Balance Phone -no podía tener otro nombre-, que saldrá al mercado con un precio de 299 euros.
“Diseñar nuestro sistema operativo es un gran reto, por eso primero quisimos comprobar que la idea era buena con la aplicación, que ya puede cambiar la interfaz y bloquear ciertos contenidos”, explica Fontclara, quien añade que, hasta ahora, “el feedback recibido está siendo muy positivo”. Tanto es así que, el pasado enero, los dos cofundadores cerraron su primera ronda de financiación que, según asegura Fontclara, les permitirá impulsar el proyecto durante el resto del año, marcado por el lanzamiento del dispositivo en septiembre.
Más retos para 2024: aterrizar a Apple, cerrar una segunda ronda y consolidar el equipo
A pesar de encontrarse ante un 2024 lleno de retos, los impulsores de Balance Phone planean nuevos avances, como el lanzamiento de la aplicación en dispositivos de Apple, que cuentan con más restricciones que los dispositivos con el sistema de Android, y cerrar una segunda ronda que permita escalar el proyecto y consolidar el equipo, compuesto actualmente por los dos cofundadores y un programador. “Aun así, nuestro foco está en el buen funcionamiento de la campaña de lanzamiento de nuestro dispositivo y en llegar al máximo de gente posible”, detalla Fontclara.
El joven emprendedor destaca “cómo de rápido evoluciona un proyecto”, a pesar de los retos surgidos cuando la emoción y la realidad chocan: “Cuando tienes una idea estás tan emocionado y tienes tanta ambición que quizá tiendes a infravalorar las dificultades de impulsar un proyecto de esta magnitud, darte a conocer, etcétera”. “Se trata de un reto muy chulo, pero es mucho más complicado de lo que puede parecer en un inicio. Pero no imposible, claro”.