En un período de tiempo realmente corto han ocurrido cosas muy interesantes en empresas catalanas que cotizan o cotizarán en bolsa. Estamos hablando de los casos de la OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell, de la resolución de la lucha por el control de Applus y, por supuesto, de la salida a bolsa del grupo de cosmética Puig. Desde el punto de vista cronológico, lo que toca primero es cerrar la serie sobre la apasionante guerra que se ha vivido durante el último año por tener el control de la firma Applus, ubicada en Bellaterra, junto al campus de la UAB. Todo comenzó en junio del año pasado cuando se supo que el vehículo inversor I Squared Capital (ISC), creado por el economista egipcio-americano Sadek Wahba, estaba dispuesto a ofrecer 1.300 millones de euros a los accionistas para quedarse con la totalidad de la empresa. Como ya explicamos, la familia Wahba es de origen copto y son relevantes en Egipto desde hace más de un siglo gracias a los diversos negocios que han llevado a cabo. A este interés de ISC por la firma catalana le dedicamos un artículo el 23 de junio del 2023, pero pocos meses después hubo que hacer una segunda entrega, el 13 de octubre del mismo año, para explicar lo que era una lucha entre diversos grupos financieros que pugnaban por acumular acciones de Applus.
Unos días después de que se hicieran públicas las intenciones primigenias de ISC, quien se lanzó a la piscina y presentó formalmente una oferta pública de adquisición de acciones (OPA) fue otro de los grandes fondos americanos, Apollo Global Management, adelantándose así a ISC, cuyo interés no se había llegado a formalizar. El precio ofrecido en la OPA fue de 9,5 euros por acción, lo que implicaba valorar el negocio en un poco más de 1.200 millones de euros. La respuesta de ISC no se hizo esperar, porque se alió con otro fondo relevante, TDR Capital, para presentar una oferta superior a la de Apollo: 9,75 euros por acción. El nuevo personaje en la contienda, TDR Capital, es un fondo con sede en Londres que en la actualidad gestiona 15.000 millones de dólares y que tiene como principales responsables a Manjit Dale y a Stephen Robertson, ambos fundadores de la firma en el año 2002. El consorcio formado por ISC y TDR Capital ha pasado a llamarse Amber.
Hace no mucho, las acciones de Applus cotizaban por debajo de los 9 euros y ahora podrán venderlas con una plusvalía de casi el 45%
La respuesta de Apollo a la oferta de Amber fue mejorar su propuesta hasta los 10,65 euros por acción, una mejora ante la cual Amber no se quedó con los brazos cruzados, porque reaccionaron subiendo su oferta hasta los 11 euros. La lucha a muerte por el control de Applus ha acabado ya, con la victoria de Amber con un precio final de 12,78 euros por los 12,50 de Apollo, que no ha podido mejorar más su oferta porque el diferencial de precios entre una y la otra ha sido superior al 2 % (ha sido del 2,24 %). Esta última fase de ofertas se ha llevado a cabo a través de sobra cerrados.
Los otros protagonistas de la operación son los bancos que pondrán el dinero para que la compraventa llegue a buen término; serán Barclays, Morgan Stanley, Crédit Agricole, HSBC, Goldman Sachs, Deutsche Bank y Standard Chartered, la mayoría de ellos sospechosos habituales en estas tramas. Y no podemos olvidar a los accionistas, que veían cómo hace no mucho las acciones de Applus cotizaban por debajo de los 9 euros y ahora podrán venderlas con una plusvalía de casi el 45%.
La otra noticia impactante de la semana ha sido la OPA que el BBVA ha lanzado sobre el Banco Sabadell, una entidad que curiosamente tiene la sede operativa muy cerca de la de Applus (una en el polígono Can Sant Joan de Sant Cugat y la otra en Bellaterra). Las alertas de todos los medios de comunicación comenzaron a llegar a los dispositivos móviles cuando pasaban cuatro minutos de las dos de la tarde, y agarraron a la consejera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas Guix (1979), degustando el carpaccio que le habían servido durante una comida organizada por la firma de comunicación Intermèdia para hablar de las finanzas públicas catalanas. Fue precisamente uno de los comensales quien avisó a la consejera de la noticia.
El caso es que ahora sí parece que el BBVA está decidido a quedarse con la entidad catalana, después de que hace cuatro años, en plena pandemia, ya hubo un intento de abordaje amistoso del banco vasco sobre los vallesanos, pero la cosa se frustró por múltiples razones, sobre todo las relativas al precio y a los equilibrios de poder. Es cierto que hace cuatro años el precio en bolsa del Sabadell era cinco veces inferior al actual, pero también es verdad que el estado de resultados de ambos bancos luce mucho mejor en estos momentos de tipos de interés supuestamente altos que en aquellos tiempos de pandemia (el adverbio "supuestamente" viene porque, en realidad, los tipos actuales rozan la media histórica, pero la percepción que tenemos es que son elevados producto de vivir una década instalados entre el cero y el 1%).
Hace cuatro años, el precio en bolsa del Sabadell era cinco veces inferior al actual, pero también es verdad que el estado de resultados de ambos bancos luce mucho mejor en estos momentos
Al día siguiente de la noticia se supo uno de los datos clave de toda fusión, como es la llamada ecuación de canje, es decir, el valor relativo de las acciones de la entidad comprada respecto a las de la compradora. La oferta del BBVA consiste en equiparar una acción suya con 4,83 de las del Sabadell, o lo que es lo mismo, implica valorar el banco catalán con una prima del 30% respecto a la cotización de los momentos previos a la oferta (ahora ya solo del 17%). No consta que estén previstos pagos en metálico.
Es importante tener en cuenta que esta operación corporativa puede acabar suponiendo la desaparición de la marca Banc Sabadell, que hoy arrastra una historia de casi siglo y medio, después de que en 1881 la burguesía textil de la capital del Vallès fundara la entidad para dar cobertura financiera a sus negocios. Algunos de los apellidos destacados a lo largo de su historia son Llonch, Monràs, Corominas o Oliu, linaje que lleva el actual presidente de la entidad, Josep Oliu Creus (1949), hijo de un antiguo directivo. El primer ejecutivo es César González-Bueno Mayer von Wittgenstein (1960), un hombre formado en la consultora McKinsey y con estudios en la Universidad Yale. Actualmente, el banco tiene la sede formal en Alicante y la operativa en Sant Cugat, la espiritual en la Plaça de Sant Roc de la cocapital del Vallès. Es de esperar que la gerencia del Sabadell no ponga muchas trabas a la propuesta de los vascos. Lo sabremos pronto.
Finalmente, en esta semana tan agitada, hoy se produce un hecho histórico, como es la salida a bolsa de la empresa familiar de cosmética Puig. El 16 de febrero pasado ya explicamos que se había confirmado el proyecto de salida al mercado bursátil que culmina hoy. En las últimas semanas se han conocido los detalles, y conviene aclarar que lo que se ha producido son dos operaciones en una: por un lado, una ampliación de capital con acciones nuevas que nacerán directamente para cotizar en bolsa (lo que se conoce como OPS, u operación pública de suscripción), y por otro, la venta de acciones que estaban en manos de la familia (operativa conocida como OPV, o sea, operación pública de venta). Es importante detallarlo porque a menudo en algunos medios se dan explicaciones bastante confusas al respecto.
El caso de Puig: ampliación de capital con acciones nuevas y venta de acciones que eran en manos de la familia
En consecuencia, lo que se verá durante la jornada bursátil de hoy viernes es el debut en el mercado de un paquete de acciones nuevas (más de cincuenta millones) por un valor total de 1.250 millones de euros, unos fondos que no irán a las manos de los accionistas tradicionales, los Puig, sino a reforzar los fondos propios de la compañía. También se verá la entrada en el mercado de unos sesenta millones de acciones que ya existían y que estaban en manos de la familia Puig. En este segundo caso, sí que los 1.360 millones de euros que pagarán los nuevos accionistas irán a parar a la familia. Todo ello implicará que el 32% del capital de la sociedad cotizará en bolsa, lo que proporcionará una valoración global del negocio de unos 14.000 millones de euros. También es necesario precisar que las acciones de nueva creación, las de la OPS, tendrán menos derechos políticos que las antiguas (menos votos en las juntas generales), motivo por el cual se las denomina "clase B" y se espera que coticen con cierto descuento. Por cierto, la gran demanda de los inversores producida durante la fase de solicitudes de acciones ha permitido que el precio con el que se iniciará la cotización sea el más alto de la banda orientativa, 24,5 euros por título.
Uno de los nuevos accionistas de referencia del grupo será Criteria, el brazo inversor de la Fundación Bancaria La Caixa, siempre interesados en buscar activos sólidos y con dividendos recurrentes para financiar la obra social. La entidad, donde el responsable último es Isidre Fainé, ha anunciado la compra del 3% del capital de Puig, con una inversión de unos 425 millones de euros. Con un free-float bastante correcto (títulos que cotizarán libremente en bolsa) y una capitalización bursátil muy elevada, es realmente factible que pronto veamos a Puig formar parte del principal índice selectivo del mercado de valores español, el célebre Ibex35.
Entre Applus, el Sabadell y Puig, qué semana más intensa en los mercados...