La máquina financiera continúa estando preparada para hacer frente a la crisis derivada del coronavirus, pero no podría afrontar igual un segundo confinamiento total y parada en seco de la economía. Así lo ha dicho el consejero delegado del Banco Sabadell, Jaume Guardiola, durante la rueda de prensa -otra vez telemática- de presentación de los resultados de la entidad del primer semestre de 2020. A pesar de que los bancos han parado el golpe de la situación, también han notado las consecuencias de la pandemia. En este sentido, la entidad presidida por Josep Oliu ha obtenido un beneficio de 145 millones de euros durante los primeros seis meses del año, cifra que representa una caída del 72,2% y que se justifica en las provisiones requeridas para hacer frente a la situación, que tienen un valor de 1.089 millones de euros.
Esta crisis, "creada artificialmente" en palabras de Guardiola, ha afectado más al TSB que al Sabadell, que ha vivido una caída más fuerte. Los 145 millones de euros de beneficio, se quedan en cerca de 111 millones sin contar a su filial británica. Esto tiene que ver con algún extraordinario que tuvo la compañía como la venta del negocio de Visa, operaciones de tesorería y, como subraya su consejero delegado, "lo que más ha afectado es una bajada en los tipos de los descubiertos que ha practicado en general todo el sistema británico".
Esta bajada de los tipos de interés en el Reino Unido tiene un "efecto perjudicial sobre los depósitos", pero, como es una crisis "creada artificialmente", todo esto será temporal, según asegura Guardiola. De hecho, el TSB ya está "retomando el pulso comercial" y hay diferencias significativas en cuanto a digitalización de sus clientes, con lo que pueden reducir algunos costes. Mientras que en España el confinamiento ha elevado hasta el 70% el porcentaje de los clientes que ya usan sus servicios digitales, en el Reino Unido esta cifra sube hasta el 93%.
De digitalización también va el incremento del número de las oficinas que la entidad tenía previsto cerrar este 2020. Si hace unos meses anunciaron que tenían en mente bajar las persianas para siempre de unas 140, ahora se han elevado hasta las 230. "Estamos haciendo frente a una situación económica compleja", recuerda Guardiola.
El acelerón de la digitalización
Esta ampliación en el cierre de oficinas viene justificado por el "acelerón" que ha dado el estado de alarma a la digitalización. "El confinamiento ha permitido un salto cuántico en este sentido", explica. Y es que, entre otras cosas, los usuarios de Bizum de la entidad se han duplicado en un año hasta las 650.000 personas, sus trabajadores se han podido adaptar sin problemas al teletrabajo mientras seguían prestando sus servicios sin interrupción y el 86% de los clientes que han pedido un ICO lo ha hecho a través de los medios digitales.
Además, respecto al primer trimestre del año, el número de documentos firmados digitalmente ha crecido del 26% al 41%, los registros en la app se han elevado un 13% con 90.000 usuarios nuevos y el Sabadell Wallet ha visto un crecimiento del 110% interanual superando el millón de clientes. Y aún queda camino por recorrer.
En esta misma línea va el TSB, que también ha acelerado su estrategia de digitalización. Las transacciones a través de canales digitales han crecido hasta el 93% en junio de 2020 y alrededor del 70% de las ventas se realiza digitalmente. El ratio de registros a través de la app se ha triplicado hasta los 3.500 usuarios diarios. Gracias a eso, la filial británica del Sabadell, ha alcanzado el índice de NPS (Net Promoted Score) más alto de los dos últimos años.
Fortaleza sin fusión
La entidad, además, se ve fuerte y decidida a afrontar solos esta crisis y descarta de todas todas una posible fusión. "¿Podemos seguir solos? La respuesta es que sí", ha afirmado un Guardiola convencido, que, eso sí, ha querido dar un toque de alerta para evitar un segundo confinamiento total ya que "sería una fuente de perjuicio económico, que se traduce automáticamente en peores escenarios económicos que podrían llevar a mayores provisiones y a pérdidas". Y ha lanzado un mensaje esperanzador: "Mi sensación es que puede haber confinamientos más específicos pero que en general se está aprendiendo a manejar la situación económica con la sanitaria".
Guardiola, sobre un segundo confinamiento: "Sería una fuente de perjuicio económico que se traduce automáticamente en peores escenarios económicos"
Sea como sea, Banco Sabadell prevé cerrar 2020 con beneficios, que serán aún más amplios teniendo en cuenta el cierre de 90 oficinas más de las que pensaban a principios de año. Esto, como ha resaltado Guardiola, implicará buscar alternativas para los empleados, así como "simplificar" la estructura de la entidad, que quiere caminar hacia la migración "de forma masiva" a canales remotos y de autoservicio.
Con este reto por delante, y con la incertidumbre de un futuro marcado por la pandemia, la entidad se centra en esto, que es lo que les ocupa "el 100% del tiempo" y ni tan siquiera piensan en las fusiones. En este sentido, ha dejado claro que "de cara al año que viene el consejo tratará sus funciones", pero ha atribuido a "las ganas" del Banco Central Europeo los rumores de posibles funciones que "no se están traduciendo en nada".
Luz a la vista
"A pesar de la crisis hay mucha liquidez", ha insistido Guardiola, que se ha mostrado optimista con el cierre del año argumentando que en el segundo semestre las provisiones serán inferiores a las del primero. De hecho, ha recordado que en mayo se empezó a ver la luz y que junio ya fue un mes "con bastante regreso a la normalidad".
Guardiola: "Cuando se recupere la normalidad, el nivel de competitividad volverá, pero nos despertaremos de esta crisis con más deuda y menos Ebitda y eso es lo que tenemos que gestionar entre todos"
La entidad, que ha concedido 9.300 millones de euros en créditos ICO y tiene pendientes de préstamo 1.700 millones más, está fuerte para afrontar esta crisis y, como ha recordado su consejero delegado, ésta "es muy distinta de la de 2008" porque "no tiene que ver con la economía, que provoca una reacción política de los estados que deciden parar la economía como mecanismo, pero la economía estaba en ese momento con niveles de deuda mucho más bajos y de competitividad mucho superior".
Justamente por todo esto, "cuando se recupere la normalidad, el nivel de competitividad volverá, pero nos despertaremos de esta crisis con más deuda y menos Ebitda y eso es lo que tenemos que gestionar entre todos" porque, ha insistido, "la situación ha sido creada artificialmente".