El Ayuntamiento de Barcelona prohíbe que se abren nuevos supermercados fantasma en la ciudad y solo permitirá que se instalen macrocuines en suelo industrial. Así lo establece el nuevo plan de usos para regular este tipo de actividad, que ahora se ha aprobado inicialmente. La nueva regulación, pero, no supone el cierre de las cocinas ni supermercados fantasma que ya existen. El plan también regula el reparto a domicilio de los bares y restaurantes, una actividad que se ha expandido durante la pandemia.
Todos los locales tendrán que pedir un permiso para el reparto y tendrán dos años para conseguirlo a partir de la aprobación definitiva del plan, prevista de aquí a un año. Los restaurantes más grandes o en esos verdes tendrán que habilitar espacios para los repartidores.
Las macrocuines, conocidas como 'dark kitchen' o cocinas fantasma, agrupan varias cocinas industriales en espacios normalmente grandes y opacos, solo dedicados a hacer pedidos para repartir, mientras que los 'black stores' o supermercados fantasma son almacenes de alimentos donde se preparan las compras online para entregarlas a domicilio.