A la parada de taxis de la estación de Sants hay un grupo de unos cinco o seis hombres alrededor de un coche. Es también un taxi, se distingue por los colores amarillo y negro, por el que no parece nada del otro jueves. Ahora bien, si está rodeado otros conductores que se miran y remiren los bajos, los neumàtics, a través de la ventana... es porque algún disparo distintivo tiene. Y así es, se trata del único tase Tesla de Barcelona y el tercero del Estado español con los que ya hay en Bilbao y Sabadell. Lo conduce en Syed Juanid, quien hace casi cinco años que empezó a circular por la ciudad con un Nissan Prius híbrido, un trabajador y a la vez ciudadano que ha hecho su contribución a una sociedad más verde.
El coche le ha supuesto una inversión de 95.000 euros. Unos 86.000 para pagarlo y el resto para poder ponerlo en la calle para explotarlo profesionalmente. "Han sido casi todos mis ahorros", explica a VÍA Emprendida, "pero quería dar el paso y nohabía ninguna otra marca que me garantizara una buena autonomía para cumplir la jornada". Este Tesla modelo S cumplía el requisito y, además, le aseguraba ser cero emisiones. "Esto, junto con el diseño y su línea premium, me enamoraron", añade orgulloso de su herramienta de trabajo, la cual dice a guisa de anécdota que tiene que limpiar cada día por las improntas que dejan la cantidad de curiosos que se acercan a verla. "Incluso hay veces que me escondo para evitar responder tantas preguntas comohacen", reconoce.
Juanid espera tener el vehículo amortizado en aproximadamente ocho años, el doble del que supondría en un coche convencional. Lo ayudará el hecho de tener dos horas gratuitas de parking en zonas azules y verdes, los peajes de balde, ahorrarse la gasolina y las bonificaciones en el impuesto de circulación.
Este vehículo puede recorrer, según Tesla, unos 490 km, a pesar de que Juanid asegura que se convierten en "375 km reales al día". Carga cada noche el coche en casa suya y, si lo necesita, se acerca por la tarde en su punto de carga rápida de Sant Cugat o el del polígono Mas Azul del Prado de Llobregat. "Lo conecto allá media hora ytengo suficiente para pasar el día. Los enchufes de Barcelona son más lentos y no cargo ni la mitad del que cargo en Sant Cugat con el punto oficial de Tesla", afirma.
Un despliegue pobre para tantas aspiraciones
Hace aproximadamente 20 días que este modelo S de Tesla transporta pasajeros por Barcelona. Hizo el pedido el pasado mes de febrero, pero no ha tenido el coche a sus manos finos hace aproximadamente dos meses por burocracia. "Cómo que no tenía un enchufe en casa, no lo podía traer. Pedí ayuda en el ayuntamiento del Hospitalet para instalarlo en casa, que me ayudaran con los permisos y la parte más técnica. No pedía ninguna ayuda económica, estaba dispuesto a pagarlo yo, sólo los permisos, pero no lo hicieron", apunta Juanid, que critica que sólo recibió como respuesta que del consistorio no era potestad suya y que se tenía que poner de acuerdo con la comunidad de vecinos para hacer la infraestructura pertinente. "Al final todo lo hizo el técnico que tiene la agencia gestora de la finca. Me costó unos 1.500 euros, cuando el técnico que yo había encontrado me pedía sólo 700 euros", lamenta.
Juanid: "Hace falta más ayuda y no dejar que todo lo haga el particular"
Este taxista ha visto de cerca las dificultades que hay actualmente a la sociedad para traer un vehículo eléctrico a casa. Una situación que, dice, es "vergonzosa para unos municipios que quieren ser verdes". "No puede ser que el Ayuntamiento sólo me diera como respuesta que si quería, tenía el punto de carga de Gran Vía 2 para enchufar el vehículo. Hace falta más ayuda y no dejar que todo lo haga el particular", añade.
Por eso asegura que ahora mismo no sería viable una flota con unos 500 vehículos como el Tesla. Seria, insiste, "un caos". Calcula que ahora mismo entre un 30% y un 40% de los cerca de 10.500 taxis de la capital catalana son híbridos.
Juanid señala sin dudarlo la instalación de nuevos puntos de carga para hacer viable el sistema, a pesar de que también apela en los gobiernos y a las subvenciones: "En Bruselas pagan el 45% del valor del coche al taxista porque se considera un servicio público. Ellos sí que apuestan por una ciudad verde y lo ponen en práctica". Un ejemplo que cree que se tendría que seguir.
Una carrera de lujo
Circular con en Juanid por Barcelona significa tener la atención del entorno. Los primeros a fijarse son los otros compañeros taxistas, muchos de los cuales levantan el pulgar en señal de enhorabuena para llevar un Tesla. También lo hacen los peatones, tanto desde los pasos de peatones haciendo vídeos con el móvil como felicitándolo. "Muy bien, puertas un coche fantástico. Ojalá todos pudiéramos llevar de eléctricos", le decía al taxista un hombre que ha aprovechado un semáforo en rojo para bajar la ventanilla.
Juanid: "Siempre busco un buen 'feedback' del cliente. Tener un cliente contento es el mejor que puedes encontrarte"
Y es que no es sólo una carrera convencional hacia un destino, es un viaje donde Juanid ofrece USB para cargar el móvil –con cables para todo tipos de marcas- o la posibilidad de poner la música que el cliente quiere gracias a su cuenta de Spotify premium. "Siempre busco un buen feedback del cliente. Tener un cliente contento es el mejor que puedes encontrarte", afirma con total sencillez.
Pero no se trata sólo de poner un granito de arena en la ciudad sostenible, también de defenderse como profesional. Él sabe que tiene competencia, los otros taxistas, a pesar de que sabe que no pueden luchar contra él directamente en calidad de servicio. Por eso cree que ofrecer un transporte responsable de gama superior como el suyo puede ser la clave para luchar contra la amenaza de Uber. "Si el taxi da un servicio totalmente adaptado al cliente y demuestra que piensa en el entorno, se podrá ganar la partida", sentencia.
Los primeros días fueron muchos los compañeros que se interesaron para seguir las suyas pasas, pero reconoce que al saber el precio y todas las trabas con la administración, se han hecho atrás. "Yo mismo llegó el día que dije que no quería ningún vehículo eléctrico. Tenía que pasar tantos trámites que se me sacaron las ganas", recuerda. La espera, pero, ha pagado la pena. Ahora sólo pide que la administración ponga más esfuerzos a crear una infraestructura bastante potente y ayudas para hacer que el despliegue del coche privado y de 0 emisiones sea una realidad a las grandes ciudades.