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Blanca Sorigué y la refundación del Consorci de la Zona Franca

La directora general afronta los ambiciosos nuevos proyectos de la entidad con la reactivación económica al horizonte

La directora general del Consorcio de la Zona franca, Blanco Sorigué | ACN
La directora general del Consorcio de la Zona franca, Blanco Sorigué | ACN
Toni Rodríguez | VIA Empresa
Presidente de Intermedia
Barcelona
28 de Mayo de 2021
Act. 28 de Mayo de 2021

Blanca Sorigué nació en la Pobla de Segur en 1973, ha obtenido licenciaturas, másteres y posgrados en administración de empresas, marketing y digital business en las universidades de Girona, en la Pompeu Fabra, en el IESE y en ISDI. Ha trabajado en el sector ferial e inició su carrera en el Consorci de la Zona Franca en 2004, cuando tenía 30 años. Fue elegida como directora general del Salón Internacional de la Logística (SIL), uno de los tres salones estrella de la institución, junto con el eDelivery Barcelona y el Barcelona Meeting Point, y otros grandes acontecimientos innovadores de referencia como son la BarcelonaNew Economy Week (BNEW) o la BarcelonaWoman Acceleration Week (BWAW).

 

Ahora, desde enero de 2018, la actual directora general del Consorci de la Zona Franca es una de las cuatro mujeres que están al frente de cuatro motores económicos bastante relevantes en nuestra casa. Sorigué, en el CZFB; Mercè Conesa, en la presidencia del Port de Barcelona; Mònica Roca, en la presidencia de la Cambra de Comerç, Indústria i Navegació de Barcelona; y Sònia Corrochano, en la dirección general del aeropuerto de Barcelona. Todas ellas en su condición de primeras mujeres que ejercen su cargo en la larga historia de tres instituciones que, según reclama, "tendrían que coordinar más sus esfuerzos en la promoción internacional de Barcelona".

Quienes la conocen bien dicen que Sorigué es una mujer persistente, imaginativa, autoexigente y muy próxima al equipo paritario y pluridisciplinar que lidera con firmeza y empatía. Y también coinciden en valorar muy positivamente la visibilización del liderazgo femenino y la potenciación del papel de la Zona Franca como dinamizador y transformador de la economía metropolitana, que se ha fijado como principales objetivos por los que trabaja cada día del año, con determinación profesional, convicción feminista y algunos pequeños problemas de conciliación familiar que en un mundo ideal no tendrían que existir.

 

Feminismo, liderazgo y poder de seducción

Cuando habla de feminismo, Sorigué explica que las organizaciones donde las mujeres ocupan posiciones de liderazgo suelen ser un 20% más rentables que las otras, y agradece al delegado del Gobierno en la Zona Franca, Pere Navarro, que la haya ayudado a empoderarse en el cargo. Sobre la institución que dirige, celebra con orgullo el hecho de estar al frente "de una institución centenaria que ha reaccionado ante la pandemia como si fuera una startup", gracias a la aplicación de dinámicas de grupo y a la búsqueda constante de objetivos en común, cosa que "nos ha permitido reposicionarnos más rápidamente que muchas grandes empresas privadas".

Actualmente, y entre otras responsabilidades, Blanca Sorigué representa a la Zona Franca en la Asociación Mundial de Zonas Francas y a la Asociación de Zonas Francas de las Américas. También comparte con el delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca, Pere Navarro, los tres grandes proyectos que impulsa su organización: la consolidación del Barcelona New Economy Week (BNEW) que este año celebrará la segunda edición; el lanzamiento del Dfactory Barcelona, una iniciativa única en Europa que quiere ser el motor del cambio empresarial que Barcelona y su gran área de influencia necesitan para afrontar un futuro con garantías; y el hub de innovación y talento que apenas están conceptualizando en el edificio de Correos.

En cuanto a la cuestión del liderazgo, Sorigué admite que "de entrada no es fácil conseguir que una mujer directiva sea respetada del mismo modo en Europa que en Argelia, en Dubai o en América Latina, para poner algunos ejemplos". Pero añade que "todo el mundo tiene un lado masculino y otro femenino, y que, en ciertas ocasiones, hay que acentuar uno por encima del otro". Cosa que, traducida por ella misma, quiere decir que ha podido salir de algunas situaciones comprometidas en determinados países usando un liderazgo masculino -más agresivo- cuando ha convenido, y reservando la versión femenina, "más inclusiva, más colaborativa, menos autoritaria y más orientada al propósito y el alma de las organizaciones", al resto. "Las mujeres están más acostumbradas a compartir", expone, y su liderazgo suele ser "práctico, social y empático, más acostumbrado en la utilización de las dinámicas de grupo y a una gestión más flexible y efectiva del cambio". "Un liderazgo con capacidad de comunicar, de convencer, de entusiasmar, y, en definitiva, de seducir, que es la base de cualquier acción comercial".

Sorigué: "Todo el mundo tiene un lado masculino y otro femenino y, en ciertas ocasiones, hay que acentuar uno por encima del otro"

"Suertudamente", dice, "hombres inteligentes hay en todas partes, y los hombres inteligentes no se sienten incómodos ante una líder femenina". La agradable sorpresa, pero, salta en América Latina, donde las mujeres directivas son cada vez más numerosas y capacitadas, a pesar de que en gran parte se trate de propietarias de sus firmas. El problema está en la conciliación familiar. Por eso "es en países donde tienen este problema resuelto, como son los escandinavos, donde hay más mujeres directivas liderando proyectos". "Es un problema educativo, cultural, que pasa por implantar la igualdad en casa, la escuela, la universidad y, finalmente, la empresa".

Aquí, en cambio, la igualdad de género todavía tiene mucho camino por hacer, pero empezamos a ver resultados gracias a la incorporación al mundo profesional de nuevas generaciones que ya han crecido en escuelas sin diferencias de género, han estudiado en universidades paritarias y han vivido en familias donde padre y madre trabajan igualmente fuera de casa. "Pero todavía no es suficiente", afirma Sorigué. "Hay que actuar en la franja de edad de entre los seis y los 12 años, que es cuando niños y niñas empiezan a posicionar sus fortalezas y debilidades académicas". Justo la franja de edad de sus dos hijas, a las que habría querido ver crecer más de cerca cuando todavía eran más pequeñas y a las que espera dejar un mundo más amable y conciliado. "Porque, realmente, la conciliación todavía no existe en nuestro país". "El trabajo te obliga a elegir", lamenta.

Predicando con el ejemplo, Sorigué reclama que las instituciones que planifican actividades, como por ejemplo el Consorci, tengan en cuenta la necesidad de superar la brecha que todavía separa a hombres y mujeres a la hora de acceder a carreras tecnológicas y cargos directivos. En este sentido, subraya que el Consorci consideró la paridad como requisito indispensable (must) del BNEW y organizó una previa Barcelona Women Acceleration Week entre los días 3 y 5 de marzo, la semana del día internacional de la mujer. Un acontecimiento lleno de encuestas, conclusiones y manifiestos que, entre otras cosas, sirvieron para fortalecer el argumentario de las carreras tecnológicas para captar talento joven y femenino.

BNEW y la factoría, los dos grandes proyectos

Más allá de los liderazgos, Blanca Sorigué está orgullosa del nuevo rol que entre hombres y mujeres de su organización, empezando por ella misma y por el delegado Pere Navarro, están confiriendo al Consorci en esta época de cambios acelerados. "La entidad fue fundada en 1916 con el propósito de dinamizar la economía de la ciudad de Barcelona y su área metropolitana", recuerda. Pero hoy en día también es un centro de innovación en un entorno de gran peso logístico e industrial, ubicado en medio de Barcelona, "una gran ciudad mediterránea, hospitalaria, innovadora y dinámica, que compite en primera división con otras grandes ciudades, casi todas capitales de estado, que también quieren crear, atraer y retener talento".

Básicamente, la Zona Franca es una empresa pública que se financia íntegramente de fondos propios, como son los arrendamientos industriales del Polígono de la Zona Franca de Barcelona, y con su gestión patrimonial. Pero a pesar de que su campo principal de actividad es el polígono industrial y su zona franca aduanera, también promueve edificios, suelo urbano e industrial, actúa de dinamizador por la transformación empresarial hacia la economía 4.0 y la sostenibilidad y organiza acontecimientos de interés económico para Barcelona, como son el BNEW y el BWAW, así como las ferias de referencia del sector de la logística, el inmobiliario y la última milla de ecommerce (SIL, BMP y eDelivery Barcelona).

La ventaja respecto a otras iniciativas e, incluso, ante el New York Innovation Hub que les sirvió de modelo para la creación del Dfactory Barcelona, es que "estará incardinada en un territorio industrial donde podemos aplicar nuevas tecnologías para la digitalización de naves de fabricación instaladas al lado del laboratorio". El proyecto servirá tambè para desarrollar nuevos perfiles profesionales "que todavía no existen en las universidades", y que tendrán que ser formados en el seno de una institución plenamente abocada al aprendizaje y puesta en práctica de nuevas herramientas de trabajo.

En estos sentido, la Zona Franca afronta el futuro con tres grandes proyectos a desarrollar: el Dfactory Barcelona, la Barcelona New Economy Week y el hub de innovación y talento que desarrollarán en el edificio de Correos ubicado en la Via Laietana de Barcelona. El primero será una realidad antes de acabar el año. El segundo ya celebró su primera edición en octubre del año pasado y ahora se dispone a consolidarse como el acontecimiento que marque la recuperación económica. Y el tercero se encuentra en una fase conceptual, y empezará a ver la luz como muy pronto a finales de 2022.

Sorigué: "El BNEW pone en valor todas las fortalezas de Barcelona desde el punto de vista económico, social y cultural"

El BNEW fue la respuesta de la entidad a las limitaciones de la pandemia, que impedían la celebración de salones convencionales, un sector donde la Zona Franca está operativa desde hace 25 años. "El BNEW no es ni una feria ni un congreso, es un acontecimiento híbrido espectacular y una gran experiencia empresarial que pondrá en valor todas las fortalezas de Barcelona desde el punto de vista económico, social y cultural", explica Sorigué. Para hacerlo, profundizará en los mismos cinco ejes del año pasado (logística, real estate, ecommerce, industria digital y zonas económicas) más otros cinco, referidos a la construcción del talento, la movilidad global, la ciencia, la sostenibilidad y la ciudad, este último con actividades culturales y gastronómicas.

Una convocatoria que este año será más presencial que la del año pasado, que registró 11.000 asistentes digitales, procedentes de 111 países. "Este año, dice Sorigué, esperamos una audiencia digital del 70%, en vez del 90% de 2020, y un contingente de asistentes presenciales del 30%, frente al 10% del año pasado". Un acontecimiento "más experiencial que ferial, pese a que las ferias son insustituibles como punto de encuentro presencial y sectorial". Para Sorigué, las ferias son una actividad que hay que considerar más como una puesta en escena de diferentes herramientas de relación profesional, que una simple exposición estática de productos o servicios. Un escenario, en definitiva, que todavía no nos podemos permitir volver a construir.

El BNEW, en cambio, es otra cosa, que permite superar las dificultades derivadas de la pandemia y poner en valor el enorme potencial cultural de Barcelona. Es también un atractivo logístico e industrial que la Zona Franca también está contribuyendo a actualizar mediante DFactory, la factoría de digitalización que se inaugurará el próximo mes de septiembre en el Polígono de la Zona Franca. Una auténtica fábrica de talento, con una superficie de trabajo de 17.000 metros cuadrados, equipos multidisciplinarios y 1.500 puestos de trabajo, la mitad mujeres, con perfiles digitales, que serán formados en la misma Zona Franca. Esta iniciativa surge dos años después de la puesta en marcha del 3D Incubator, conjuntamente con la Fundación Leitat, y el apoyo de los Fondos FEDER de la Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio de España, que ya lo ha convertido en la primera incubadora tecnológica de Europa, crecida a partir del laboratorio de impresión 3D que se encuentra instalado en la tercera planta de su edificio principal.

Nuevos productos, nuevos perfiles y nuevos liderazgos

"En estos dos años hemos visto que la tecnología 3D es transversal y aplicable al sector del motor, el aeronáutico, la movilidad, el sanitario, y a la creación de una nueva economía que crea nuevos puestos de trabajo de alto valor añadido, y a nuevas oportunidades para todo el mundo". Como ejemplo, Blanca Sorigué pone el caso de los operarios de impresión 3D, que "solo podemos tomarlo a ser al laboratorio 3D de la Zona Franca". "Y muchos más perfiles nuevos que pedirá el Dfactory Barcelona, que también tendremos que formar en nuestra sede". Y como ejemplos de nuevas actividades, además de las ya conocidas, menciona la robótica, la sensórica, la interfacing y el big data. Hewlett Packard y otras grandes empresas tecnológicas que todavía no lo han hecho público, trasladarán sus data centers y departamentos de I+D+I.

Esta Factoría Digital no será solo un laboratorio de nuevos productos y de nuevas profesiones sino también de nuevas formas de liderar y de compartir experiencias. Una práctica bastante extendida entre jóvenes estudiantes y jóvenes profesionales más acostumbrados a compartido que no a competir. Es en este marco físico y mental, "donde se trabaja por objetivos puestos en común, las etiquetas caen y todo el mundo da lo mejor de sí mismo". Un ejemplo es el 3D Incubator, que ya ha ayudado a crear más de 60 startups, "muchas de las cuales, impulsadas por mujeres emprendedoras".

Sorigué: "La Zona Franca es el Passeig de Gràcia de la logística"

Es en este marco mental donde la Zona Franca busca el recambio que tiene que sustituir a Nissan como rectivador económico. "Tenemos diferentes opciones. De hecho, si solo quisiéramos alquilar el espacio ya tendríamos el tema solucionado hace tiempo. Pero lo que queremos son operadores que nos ayuden a dinamizar la nueva economía desde el punto de vista logístico, industrial y tecnológico. "La Zona Franca es el Passeig de Gràcia de la logística, estará al lado del centro de innovación más grande de Europa y esto nos tiene que permitir la creación de nuevos puestos de trabajo de calidad, no precarios, que nos consoliden como referente económico global".

Fieles a esta filosofía y al propósito histórico de la Zona Franca, el destino de los antiguos terrenos de Nissan estará repartido entre una actividad logística de última milla (hay lista de espera) y una industria digitalizada de última generación, el nombre de la cual todavía es una incógnita y que se sabrá antes de finales de año, coincidiendo, con un poco de suerte, con el final de la pandemia.