Casi siempre que hablamos de la bolsa y de las grandes firmas del país, acabamos haciendo mención a las financieras (CaixaBank, Sabadell, Catalana Occidente), las de servicios públicos (Naturgy, Abertis) o las químico-farmacéuticas (Grifols, Almirante, Reig Jofré). Sobre algunas de estas podríamos discutir la catalanidad porque en los últimos años han modificado su sede social o bien han tenido cambios accionariales relevantes. Pero hoy no nos planteamos abrir este debate sino que pretendemos ampliar el foco y examinar otras empresas del país también cotizadas, pero que por diferentes razones no acostumbran a tener espacios tan grandes en los medios de comunicación.
La primera de las cuatro firmas que hemos elegido es Fluidra, el fabricante de piscinas originario de Sabadell que hoy compite con las principales compañías del mundo de su sector. Justo cuando acaba de pasar el medio siglo de existencia, sus ingresos anuales ya alcanzan los 1.500 millones de euros anuales y opera en casi una cincuentena de países. Después de la fusión de 2018 con su competidor Zodiac, de los Estados Unidos, ha superado la barrera de los 5.000 trabajadores. Las cuatro familias fundadoras, Planes, Garrigós, Sierra Duffo, y Corbera Serra se mantienen hoy en día en el accionariado, a pesar de que las sucesivas ampliaciones de capital para hacer adquisiciones -sobre todo la de Zodiac- les ha hecho recular sensiblemente en los porcentajes que poseen de la firma, en beneficio de los fondos de inversión, como es el caso de Rhône Capital, que ahora es el máximo accionista con el 38% del capital. Cada una de las cuatro familias fundadoras atesora una participación de entre el 5 y el 8% de Fluidra. Otro de los accionistas de referencia es Manuel Puig Rocha, de la familia de los perfumistes Puig, que invirtió parte de sus ahorros al adquirir una participación del 5% a la firma vallesana, en una decisión que de momento le ha dado grandes alegrías en forma de cuantiosas revalorizaciones. Hoy en día, la empresa está valorada en unos 2.800 millones de euros.
Cien kilómetros al sur de Sabadell, en la capital del Baix Camp, hay la sede de BorgesBain, la firma de frutos secos de grupo Borges, que hace tres años empezó a cotizar en el mercado continuo de la bolsa. No es la joya de la corona del grupo -lo es el negocio del aceite- pero resulta suficiente para facturar anualmente cerca de 200 millones de euros, más de la mitad de los cuales en mercados extranjeros, y dejar un pequeño margen de beneficio a sus accionistas. El hecho de que el 90% del capital esté en manos de la matriz del grupo (Borges International Group) y, por lo tanto, sea propiedad de la familia fundadora provoca que el número de acciones que cotizan libremente -aquello que denominamos free float- sea realmente bajo, con todos los inconvenientes que esto comporta, como por ejemplo la imposibilidad que grandes fondos o inversores profesionales sean accionistas. Por su parte, el hermano mayor de Borges Bain, la matriz Borges International Grupo, tiene una facturación de 690 millones de euros y unos beneficios netos de 20 millones. Por cierto, la denominación Bain que lleva la firma de fruta de seca de los Borges no quiere decir otra cosa que Borges Agricultural & Industrial Nuts.
Una empresa que tiene implícito el espíritu de un pasado glorioso de la burguesía catalana es la química Ercros, heredera directa de la histórica SA Cros, después de pasar por una fusión con la española Unión Explosivos Río Tinto el 1989. Los orígenes ancestrales de la compañía hay que buscarlos en 1817, cuando la familia Cros, de origen francés, crea el embrión de lo qué el 1904 será la Sociedad Anónima Cros. Con el paso de los años, la nómina de presidentes que irán desfilando por la firma da una idea de sus estrechos vínculos con la alta burguesía catalana: Eduard Maristany Gibert, Josep Valls Taberner, Josep Maria Bultó Marqués, Francesc Godia Sales, etc. Durante muchos años, la sede emblemática del grupo estuvo situada en el número 56 del Paseo de Gràcia, con Aragón. Hoy en día el espacio lo ocupa una tienda de la marca de ropa Burberry. Cuando la situación del mercado se complicó, la firma catalana se vio con la necesidad de fusionarse con su máximo competidor, Unión Explosivos Río Tinto, para conformar un grupo mucho más fuerte.
En la actualidad, Ercros es una empresa que se dedica a la química básica con tres ámbitos de actuación, como son los derivados del cloro, la química intermedia y la farmacia. Con sus casi 700 millones de euros de facturación es el líder español de su sector y tiene algunos de sus productos en lo alto del ranking mundial. Es un caso singular de propiedad atomizada, porque el 50% de su capital es free-float (cotiza libremente a bolsa) y del otro 50% nadie tiene mucho más el 5%. En este sentido, sus máximos accionistas son el directivo Joan Galofré Casas, con un 5,45% del capital, y el fondo de inversión Dimensional, con un 5,40%. En cuanto a las cifras, Ercros está valorada en más de 200 millones de euros y da un beneficio anual de unos 30 millones (cifra de 2019). El máximo ejecutivo de la compañía es el ex-secretario del Estado socialista Antoni Zabalza Martí.
"Fluidra, Borges, Miquel i Costas y Ercros son sólo la punta del iceberg de un tejido empresarial muy potente formado por una combinación de empresas grandes y de pymes que cualquier día pueden hacer el salto cualitativo"
Finalmente, la última empresa que hemos seleccionado es quizás la más querida por los gestores de fondos de inversión estilo value, es decir, aquellos que buscan dividendos recurrentes y sólidos en empresas que tienen un precio de mercado por debajo de lo que marcaría su valoración teórica. Se trata de Miquel i Costas, SA, una firma que tiene su origen en el lejano 1725 y que se ha dedicado siempre al negocio del papel. Una de sus marcas más conocidas es el papel de fumar Smoking, que con su clásico envoltorio rojo con letras blancas está presente en el mercado desde los años veinte. Lo que era una firma puramente familiar, de Miquel, salió a cotizar en bolsa a finales de los setenta cosa que cambió su destino porque el parqué se convirtió en una fuente de financiación que les permitió acometer una fuerte expansión, incluida la compra de competidores extranjeros para aumentar su producción. La dinámica de los últimos años de la empresa ha sido marcada por la diversificación, intentando que el mercado del tabaco no monopolice su cartera. Fruto de esta estrategia, hoy en día el papel de tabaco representa menos de dos tercios de su producción, mientras que el resto está enfocado a nichos de papeles especiales donde la rentabilidad es elevada (bolsas de té, packaging de lujo, cintas adhesivas, envoltorios de productos técnicos, etc).
Según su cotización en bolsa, la compañía vale hoy en día unos 500 millones de euros, factura 260 millones anuales y genera un beneficio neto de cerca de 40 millones, lo que implica una rentabilidad sobre las ventas bastante elevada, del 15% aproximadamente. Su máximo accionista es a la vez el primer ejecutivo, Jordi Mercader Miró, que tiene un 15% del capital de la empresa. Su nombre probablemente les suene, porque a lo largo de su carrera profesional Mercader ha ocupado una gran cantidad de cargos relevantes: presidente de Agbar, de Adeslas, del INI, vicepresidente de Repsol, consejero de "la Caixa" y de CaixaBank, miembro de la junta del Círculo Economía, presidente de la Fundación Dalí, y un largo etcétera. Por detrás de él en la lista de accionistas de la empresa papelera hay Bernadette Miquel Vacarisses, descendente de los fundadores, que acumula más del 11%. Curiosamente, el tercer accionista es la propia compañía Miquel i Costas, que tiene casi un 5% de autocartera. Y partir de aquí, lo qué decíamos, fondo de inversión que tienen a esta firma como una de sus preferidas: EDM (la entidad gestora de Eusebio Díaz-Morera Puig-Sureda y de Mutua Madrileña), Alantra (un fondo de inversión originario de Madrid que mueve 2.500 millones de euros), Norges Bank (el banco central de Noruega, uno de los big players del mercado porque administra el fondo soberano de aquel país), Santander, Bestinver (la rama financiera de Acciona) y Magallanes (una gestora de fondo de inversión de Madrid que acumula cerca de 1.400 millones de euros), para indicar los más relevantes.
El equipo de gestión lo encabezan el ya mencionado Jordi Mercader Miró y su hijo Jordi Mercader Barata. En el consejo de administración están acompañados por una corrua de nombres conocidos: Joaquim Coello Brufau (navegante, ex-presidente del Puerto de Barcelona, presidente de la Fundación Carulla, negociador durante los hechos del 1-O, entre otras muchas cosas), Eusebio Díaz-Morera Puig-Sureda (ya mencionado, fundador de la firma EDM), Joaquim Faura Batlle (alto directivo de Telefónica), José Claudio Aranzadi Martínez (ex-ministro de Industria), Marta Lacambra Puig (directora general de la Fundación Cataluña La Pedrera), Francisco Javier Basáñez Villaluenga (ex-consejero en los gobiernos de Jordi Pujol y con una larguíssima lista de cargos al mundo empresarial) y, finalmente, el accionista de referencia Bernadette Miquel.
Estas cuatro empresas catalanas son sólo la punta del iceberg de un tejido empresarial muy potente formado por una combinación de empresas grandes y de pymes que cualquier día pueden hacer el salto cualitativo, y entre las cuales encontramos grandes sorpresas, como por ejemplo fabricantes de piezas para satélites, líderes españoles en bolsas de basura, creadores del sistema de antenas por teléfonos móviles o, incluso, un clúster de firmas biotecnológicas líder en el mundo.