04
de Abril
de
2016
Act.
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Cuando en 1896 la familia Pont Crees puso en marcha un pequeño negocio de compraventa de olivas y almendras en Tàrrega, a buen seguro que no soñaba que 110 años más tarde se habría convertido en multinacional y una de las compañías de referencia en el sector agroalimentario catalán. Aquel pequeño negocio es hoy un grupo con más de 1.000 trabajadores, que factura 675 millones de euros y comercializa productos además de un centenar de países. "Somos una empresa muy auténtica, que comercializa productos relacionados con la salud pero que también aportan satisfacción", asegura a VÍA EmprendidaDavid Prats, CEO de la compañía. El consumo de frutos secos crece a escala mundial "porque es bueno y saludable", apunta; y Borgesquiere seguir contribuyendo potenciando esta área de la empresa.
Borges International Group cuenta con tres ramas principales: Borges Agricultural & Industrial Edible Oils, dedicada al sector del aceite; Borges Branded Food, que es la que comercializa productos alimentarios; y Borges Agricultural & Industrial Nuts (BAIN), la división encargada de la producción de frutos secos.
Precisamente BAIN pretendía lanzar a partir del pasado 1 de abril más de un millón de acciones al mercado continuo. El objetivo de captar 30 millones de euros por uno de los proyectos más ambiciosos que ha afrontado la compañía, el de disfrutar de un grueso importante de producción propia de almendras, de momento tendrá que esperar. Hasta finales de año tendrá tiempo para retomar la operación, ya sea en los mismos términos o modificando el precio de salida de las acciones.
BAIN quiere plantar al sur de España y Portugal unas 2.500 hectáreas que le permitan producir el 20% de las almendras que requiere. Actualmente, la producción propia de estos frutos secos no representa ni el 1%, y básicamente lo adquieren en los Estados Unidos (un 70% en California) o Australia. El CEO de Borges y BAIN, David Prats, explica en un encuentro con periodistas a la planta de la compañía a Reos que esperan de este modo lograr una producción de 5.000 toneladas de almendras, en un proyecto a largo plazo que tendría que estar a pleno rendimiento en 11 años. "Es un proyecto que necesita recorrido, no es ningún proyecto financiero por especuladores que busquen rendimiento a corto plazo", precisa.
Un movimiento que quiere permitir a la compañía "controlar mejor la cadena de valor" de un mercado fundamental por Borges. Nova, durante el 2015 vendió más de 16.000 toneladas de almendras, el 6,9% de su consumo a la UE. Esta filial de Borges, pero, vende básicamente los frutos secos a otros productores. Un 70% de sus ventas son B2B a productores de helado o pastelería, por ejemplo, con capacidad de hacer "un vestido a medida según las demandas de cada cliente", explica David Prats paseando por una de las plantas de producción de Reus.
Una historia internacional
Si hay un disparo característico del grupo Borges es su capacidad de ser presente en todo el mundo desde hace más de 50 años. "Esto fue una gran virtud de la familia Pont, que trajo sus hijos a educarse al extranjero", indica a VÍA Emprendida David Prats. "Estar en los Estados Unidos los dio hablar inglés, pero también una apertura de mente para visualizar que hay mucho más que el mercado local", añade. De este modo, "por ellos fue una cosa natural salir fuera del mercado nacional. En aquella época no era común, y fue una ventaja competitiva".
Ya en 1957, y con la tercera generación de la familia Pont incorporándose a la actividad de la empresa, empezaron la exportación a granel de almendras, avellanas y aceite de oliva. No sería hasta el 1964, pero, que nacería la marca Borges en sí misma, coincidiendo con la construcción en Tàrrega de la fábrica de aceites envasados. Sólo tres años más tarde la marca Borges empieza a vender todo tipo de frutos secos elaborados y envasada por la misma compañía; así como a importar frutos secos producidos en el extranjero.
Tal como recuerda el actual CEO de la compañía, en un momento donde las tareas ejecutivas ya no son en manso de la familia propietaria, la internacionalización del grupo "empezó de forma incipiente y ha ido creciente. Pasó a formar parte del ADN de la empresa, y no sólo para vender, sino también para comprar". Borges fue de las primeras empresas importadoras de nuevos de California, así como otros productos como las ciruelas y las almendras. El 1985 crean Borges of California Inc., con la obtención de 360 hectáreas al Valle de Sacramento.
La consolidación en los Estados Unidos marcaría el camino para ampliar la presencia mundial, ya sea a través de filiales o de adquisiciones. El 1994 crean Melbourne Borges Australia Pty., para comercializar sus productos a las antípodas; y un año más tarde amplían la presencia norteamericana con la compra de Giurlani USA Inc.
"Todo el mundo entiende hoy la necesidad de internacionalizar, y Borges ya hace décadas que lo hace", insiste David Prats. Sólo la rama de BAIN ya es en 56 países, una cifra que no tiene ningún significado especial por el directivo de Borges. "No es un tema de cantidad, sino de calidad. Ser en un país tiene que tener un sentido estratégico y de negocio". Una ensambladura rentable que busca día en día "el equipo de investigación que tenemos viajando constantemente, y que es el que detecta las oportunidades que van naciente", concluye Prados.
Borges International Group cuenta con tres ramas principales: Borges Agricultural & Industrial Edible Oils, dedicada al sector del aceite; Borges Branded Food, que es la que comercializa productos alimentarios; y Borges Agricultural & Industrial Nuts (BAIN), la división encargada de la producción de frutos secos.
Precisamente BAIN pretendía lanzar a partir del pasado 1 de abril más de un millón de acciones al mercado continuo. El objetivo de captar 30 millones de euros por uno de los proyectos más ambiciosos que ha afrontado la compañía, el de disfrutar de un grueso importante de producción propia de almendras, de momento tendrá que esperar. Hasta finales de año tendrá tiempo para retomar la operación, ya sea en los mismos términos o modificando el precio de salida de las acciones.
BAIN quiere plantar al sur de España y Portugal unas 2.500 hectáreas que le permitan producir el 20% de las almendras que requiere. Actualmente, la producción propia de estos frutos secos no representa ni el 1%, y básicamente lo adquieren en los Estados Unidos (un 70% en California) o Australia. El CEO de Borges y BAIN, David Prats, explica en un encuentro con periodistas a la planta de la compañía a Reos que esperan de este modo lograr una producción de 5.000 toneladas de almendras, en un proyecto a largo plazo que tendría que estar a pleno rendimiento en 11 años. "Es un proyecto que necesita recorrido, no es ningún proyecto financiero por especuladores que busquen rendimiento a corto plazo", precisa.
Un movimiento que quiere permitir a la compañía "controlar mejor la cadena de valor" de un mercado fundamental por Borges. Nova, durante el 2015 vendió más de 16.000 toneladas de almendras, el 6,9% de su consumo a la UE. Esta filial de Borges, pero, vende básicamente los frutos secos a otros productores. Un 70% de sus ventas son B2B a productores de helado o pastelería, por ejemplo, con capacidad de hacer "un vestido a medida según las demandas de cada cliente", explica David Prats paseando por una de las plantas de producción de Reus.
Una historia internacional
Si hay un disparo característico del grupo Borges es su capacidad de ser presente en todo el mundo desde hace más de 50 años. "Esto fue una gran virtud de la familia Pont, que trajo sus hijos a educarse al extranjero", indica a VÍA Emprendida David Prats. "Estar en los Estados Unidos los dio hablar inglés, pero también una apertura de mente para visualizar que hay mucho más que el mercado local", añade. De este modo, "por ellos fue una cosa natural salir fuera del mercado nacional. En aquella época no era común, y fue una ventaja competitiva".
Ya en 1957, y con la tercera generación de la familia Pont incorporándose a la actividad de la empresa, empezaron la exportación a granel de almendras, avellanas y aceite de oliva. No sería hasta el 1964, pero, que nacería la marca Borges en sí misma, coincidiendo con la construcción en Tàrrega de la fábrica de aceites envasados. Sólo tres años más tarde la marca Borges empieza a vender todo tipo de frutos secos elaborados y envasada por la misma compañía; así como a importar frutos secos producidos en el extranjero.
Tal como recuerda el actual CEO de la compañía, en un momento donde las tareas ejecutivas ya no son en manso de la familia propietaria, la internacionalización del grupo "empezó de forma incipiente y ha ido creciente. Pasó a formar parte del ADN de la empresa, y no sólo para vender, sino también para comprar". Borges fue de las primeras empresas importadoras de nuevos de California, así como otros productos como las ciruelas y las almendras. El 1985 crean Borges of California Inc., con la obtención de 360 hectáreas al Valle de Sacramento.
La consolidación en los Estados Unidos marcaría el camino para ampliar la presencia mundial, ya sea a través de filiales o de adquisiciones. El 1994 crean Melbourne Borges Australia Pty., para comercializar sus productos a las antípodas; y un año más tarde amplían la presencia norteamericana con la compra de Giurlani USA Inc.
"Todo el mundo entiende hoy la necesidad de internacionalizar, y Borges ya hace décadas que lo hace", insiste David Prats. Sólo la rama de BAIN ya es en 56 países, una cifra que no tiene ningún significado especial por el directivo de Borges. "No es un tema de cantidad, sino de calidad. Ser en un país tiene que tener un sentido estratégico y de negocio". Una ensambladura rentable que busca día en día "el equipo de investigación que tenemos viajando constantemente, y que es el que detecta las oportunidades que van naciente", concluye Prados.