Borges cerró las cuentas del año 2022 con un beneficio neto de 27,5 millones de euros (+8%) y una facturación de 701 millones. La empresa alimentaria sitúa los resultados en un contexto global marcado por la guerra de Ucrania y la consiguiente crisis de precios.
"Intentamos gestionar lo mejor posible la situación", apunta David Prats, presidente ejecutivo de Borges. A pesar de la voluntad de no repercutir los efectos negativos en el consumidor, la firma no ha podido esquivar la subida de los precios en el aceite de oliva.
De cara a los próximos cinco años, Prats quiere lograr una facturación de 1.000 millones y, a la vez, superar las 100.000 toneladas de productos. En este periodo, Borges invertirá 108 millones de euros para reforzar su presencia en el continente africano. Los recursos irán destinados a consolidar activos y campañas de marketing.
La empresa tampoco es ajena a la sequía. En los últimos meses, Borges ha reducido un 30% el consumo de agua en las fincas de los 11 países donde tiene presencia y también prevé llegar a un cultivo 100% sostenible. "Somos una víctima más de la sequía", lamenta David Prats.
A principios de abril, Borges inaugurará su nueva sede institucional en el Mas de Colom de Tàrrega. La rehabilitación de este espacio ha representado una inversión de 5 millones de euros y el desarrollo de una plantación agrícola, un museo audiovisual y un centro experimental. Actualmente, la deuda bancaria de Borges es de 74 millones y el 65% de las ventas se realizan en mercados internacionales como Francia, Brasil, Estados Unidos o la India.
Borges registra un beneficio de 27,5 millones de euros
La empresa ha estrenado una nueva sede institucional en Tàrrega
Barcelona
30
de Marzo
de
2023