El mundo de las finanzas y las inversiones está haciendo un giro de 180 grados. Invertir en bienes ya no solo es cosa de inversores especializados, de hecho, las nuevas plataformas de crowdfunding demuestran que muchas veces los inversores pueden ser personas reales, con poca experiencia y ganas de invertir su dinero en aquello que creen. Brickken es una startup que con la colaboración de Barcelona Activa se lanza al mercado con un claro objetivo: digitalizar los activos y dividirlos para hacerlos más atractivos y alcanzables para estos nuevos inversores que entran en el mercado. "Nosotros nos dedicamos a la tokenización, es decir, digitalizar cualquier activo para dividirlo en los llamados tokens y así llegar además inversores", explica Edwin Mata, CEO y cofundador de Brickken.
Esta startup permite que los inversores puedan comprar activos, acciones o inversiones no líquidas en un mercado digital, por lo tanto, abierto las 24 horas del día y los siete días de la semana: "Invertir en bienes inmuebles se puede convertir en una oportunidad de crowdfunding para aquellas personas que quieren vender ciertas partes de sus activos", explica el fundador. Así pues, la compañía permite que las personas interesadas en dividir su proyecto o activo, para conseguir el máximo beneficio, tengan un abanico muy amplio para conseguir inversores. Además, sus operaciones son "muy seguras" según explica Mata, puesto que los usuarios inversores tienen que demostrar la veracidad de sus acciones dando sus datos de identificación: "Nosotros nos tenemos que asegurar de poder verificar la identidad de nuestros usuarios", explica el cofundador.
En el universo donde se ha establecido la startup, hay dos tipos de inversores: los activos y los pasivos. En el primer caso, los inversores tienen la necesidad de formar parte del proyecto donde han invertido y como tal tienen un papel -quien más quien menos- esencial dentro de la compañía o el proyecto: "Esto es el que llamamos las comunidades detrás de los proyectos", explica el cofundador de la empresa, refiriéndose en qué muchas veces los inversores, una vez invertido su dinero, sienten que entran a formar parte de un grupo o del proyecto en sí. Aún así, los inversores más normales que utilizan Brickken son pasivos, es decir, no tienen ningún tipo de necesidad de formar parte activamente del proyecto. Son aquellas personas que usan un proyecto en el cual en cierto modo creen para aumentar su capital, pero "sin formar parte de la comunidad", tal como los describe Mata.
Mata: "En Barcelona hay mucho movimiento, a pesar de que nosotros no somos de aquí, pensamos que las oportunidades están muy bien atadas"
Gracias a la innovadora tarea de Brickken, ya han conseguido una base de datos de unos 30.000 usuarios repartidos para todo el mundo en solo un año. Esta rapidez se basa en la gran extensión que puede englobar la startup al ser internacional y conectar posibles compradores y vendedores de manera digital: "Cuando nos planteamos el proyecto, ya sabíamos que queríamos ser completamente internacionales desde el primer momento", explica el CEO de la compañía. En cuanto a su propia comunidad, el modelo de financiación de Brickken funciona con diferentes tarifas. La primera es la tarifa de emisión, donde el vendedor paga una cantidad por poner sus activos en el mercado; la segunda es un porcentaje que cambia dependiendo de lo que levantan los activos una vez dentro de la plataforma: "Son modelos de suscripción que también incluyen -en cierto modo- guiaje y acompañamiento", recuerda Mata.
Un ecosistema emprendedor
Barcelona se llena la boca de ser una grande acogedora de innovación y talento, pero también de nuevas empresas emergentes dispuestas a continuar creciendo desde la base y comodidad de la capital catalana: "En Barcelona hay mucho movimiento, a pesar de que nosotros no somos de aquí, pensamos que las oportunidades están muy bien atadas", explica el cofundador de Brickken. Siguiendo esta misma línea, Mata expone que la capital catalana tiene subvenciones y ayudas muy completas para las empresas que están empezando y como tal, se convierte en un hub muy útil: "Desde Barcelona Activa hemos conseguido establecer ciertas bases logísticas de nuestro proyecto", añade el cofundador.
La competencia en el sector del blockchain está muy diversificada, y tal como describe el CEO de Brickken "hay muchas verticales en el sector". Siguiendo esta misma línea y añadiendo que es un ecosistema regulado, no hay grandes competidores. Aún así, también hay que recordar que es un sector en constante crecimiento, lo que pide un gran poder de adaptación. En el año y poco de vida que tiene la empresa emergente con sede en Barcelona ya ha conseguido hacerse un lugar en el mundo de los inversores y el blockchain. Su última iniciativa más original fue tokenizar un fósil de Tiranosaurio Rex, una demostración que en la nueva era que vivimos, todo se puede digitalizar, incluyendo la prehistoria.