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Buena recuperación y resiliencia de las empresas catalanas

En tiempos en que se necesitan noticias positivas, el tejido empresarial catalán está mostrando una gran resiliencia y capacidad de adaptación frente a los desafíos económicos

El tejido empresarial catalán está mostrando gran resiliencia | iStock
El tejido empresarial catalán está mostrando gran resiliencia | iStock
Barcelona
27 de Junio de 2024

Hoy se presenta el Informe Anual de l’Empresa Catalana que publica cada año el Consell Superior de Cambres de Catalunya con la colaboración del Departament d’Economia i Hisenda de la Generalitat de Catalunya. En este artículo, resumimos los puntos más destacados del informe correspondiente a los años 2022 y 2023. Este estudio, basado en los datos de la Central de Balances del Banco de España, ofrece un diagnóstico de la situación actual del tejido empresarial.

Recuperación de la actividad y valor añadido: Las empresas han experimentado una notable recuperación tras el impacto de la pandemia de la covid-19. El PIB de Catalunya aumentó un 2,6% en 2023, superando por primera vez el nivel de 2019. Este crecimiento se ha reflejado en un importante aumento de la actividad (4,8%) y del valor añadido (7,2%). El motor principal del aumento de la actividad han sido las exportaciones, aunque el mercado interior también ha crecido con fuerza.

Mejora de la ocupación: El empleo ha mostrado una evolución favorable. El número de trabajadores fijos ha continuado creciendo, superando los niveles prepandemia. Este aumento se ha visto reforzado por la reforma laboral de 2022, que ha fomentado la contratación fija en detrimento de la temporal. La calidad del empleo ha mejorado, con un porcentaje creciente de trabajadores fijos sobre el total del empleo, que ya ha alcanzado el 81,5% del total del empleo.

El motor principal del aumento de la actividad económica en Catalunya han sido las exportaciones, aunque el mercado interior también ha crecido con fuerza

Inversión en competitividad: La inversión en I+D y tecnología continúa con una tendencia a la baja, lo que subraya, como ya se ha diagnosticado desde hace años, que es necesario realizar un cambio importante para mejorar la competitividad del tejido empresarial catalán.

Les exportacions, un dels pilars de l'economia catalana | iStock
Las exportaciones, uno de los pilares de la economía catalana | iStock

Estructura financiera: La estructura financiera de las empresas catalanas se ha fortalecido, con un aumento del patrimonio neto, que representa el 52% del total del balance, lo cual es muy positivo. El coste del endeudamiento aumentó significativamente en 2023, pero las empresas han conseguido mantener una gestión financiera prudente.

Rentabilidad: La rentabilidad de las empresas ha mejorado, alcanzando niveles superiores a los de los años anteriores a la pandemia. En concreto, la rentabilidad de los fondos propios, en 2023, se situó por encima del 8%, lo que indica que las empresas están generando valor económico para los accionistas que está por encima del coste del dinero.

Es necesario realizar un cambio importante para mejorar la competitividad del tejido empresarial catalán

Análisis por sectores y dimensiones: La evolución de sectores como la hostelería, la información y las comunicaciones, y la industria, muestran una recuperación destacada. Las empresas medianas y grandes han experimentado las mejoras más significativas en términos de producción, empleo y resultados.

Comparación con el resto de España: Las empresas catalanas han mostrado una mejor evolución en términos de empleo y productividad en comparación con el resto de España. A pesar de las similitudes en la recuperación económica, la internacionalización continúa siendo un rasgo distintivo de las empresas catalanas, con una mayor proporción de exportaciones sobre las ventas totales.

Sigue pendiente apostar más por la inversión en I+D y tecnología para asegurar una competitividad sostenida a largo plazo

En resumen, en tiempos en que necesitamos noticias positivas, el tejido empresarial catalán está cumpliendo. Está mostrando una gran resiliencia y capacidad de adaptación frente a los desafíos económicos de los últimos años. La recuperación de la actividad económica, el aumento de las ventas y exportaciones, y la mejora del empleo y la rentabilidad son indicativos de una buena capacidad de generación de riqueza. No obstante, sigue pendiente apostar más por la inversión en I+D y tecnología para asegurar una competitividad sostenida a largo plazo.