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Caelum, el blockchain que "sirve para todo"

La empresa, fundada por el emprendedor y experto en identidad digital Àlex Puig ofrece una solución de identificación por credenciales que enfatiza la privacidad y la protección de datos

Caelum Labs propone una herramienta descentralizada de gestión de los datos, más "segura y eficiente" que los sistemas tradicionales | Cedida
Caelum Labs propone una herramienta descentralizada de gestión de los datos, más "segura y eficiente" que los sistemas tradicionales | Cedida
Barcelona
20 de Agosto de 2021
Act. 03 de Septiembre de 2021

"En Karate Kid decían que la mejor forma de no recibir un golpe es no estar; nosotros decimos que la mejor forma de evitar que te robenlosdatos es que nadie más los tenga". El fundador de CaelumLabs, Alex Puig, se muestra tajante con la que es una de sus especialidades, la protección de la identidaddigital, en un entorno económico y empresarial cada vez más automatizado en que la privacitat toma importancia día a día.

 

Caelum nace con el objetivo de mejorar los procesos por los cuales las empresas se relacionan en el mundo digital. El trabajo en red, especialmente cuando se habla del futuro 5G, que permitirá la interoperabilidad entre muchos actores a la vez, requiere un paradigma diferente de seguridad. "Cuando un proceso está centralizado solo hay una capa de seguridad – argumenta Puig – pero cuando hay varios players, esta capa de seguridad tiene que ser compartida". La tecnología blockchain, que se encuentra al núcleo de las soluciones que ofrece la empresa, es a la vegada la base de esta multiplicidad de actores y la garantía de la seguridad en las operaciones.

"En un entorno con muchas empresas, el modelo tradicional me obliga a dar mis datos a cada una de ellas – y muchos datos repartidos significa más riesgo", afirma Puig. "Si los datos los tengo solo yo en el móvil, la capa de seguridad es mucho más amplia". Caelum concreta esto mediante un sistema de acreditaciones: la solución de la empresa no fuerza a las instituciones, entidades o personas a ceder sus datos para acceder a un producto o servicio, sino que, a partir de estos datos – que se encuentran, de nuevo, solo en posesión del usuario – genera una firma acreditativa que confirma el acceso a él.

 

"Muchos datos repartidos significa más riesgo, pero si los datos los tengo solo yo en el móvil, la seguridad es mucho más amplia"

Uno de los ejemplos más recientes del trabajo de Caelum es su colaboración con el proyecto Smart Networks – una iniciativa colaborativa entre varias empresas y entidades basada en la conectividad 5G que tenía que haberse presentado en el último MWC pero que se movió debido a la pandemia. El modelo que plantea Puig se concretaba, dentro de Smart Networks, en una aplicación de acceso a una red de impresoras y centros de impresión 3D. Mediante este sistema de acreditaciones, los usuarios de las impresoras no tenían que dar sus datos para hacer uso; en vez de esto, mediante "una herramienta de comunicación de igual a igual basada en la credencial de identidad", la aplicación que propone Caelum genera una acreditación que confirma a la impresora o el centro de impresión en cuestión que la persona que quiere hacer uso está autorizado para hacerlo. Esto no hace el proceso solo más seguro – solo el usuario tiene sus datos, la herramienta las consulta y las confirma – sino también más eficiente, en cuanto que elimina trámites burocráticos sin sacrificar la fiscalización y la transparencia. "Una de las ventajas de trabajar con una identidad digital descentralizada es que ya no hay más papeleo" - concluye. 

Todo es blockchain

Este tipo de tecnología es, de hecho, aplicable a muchos más campos tanto de las relaciones entre empresas e instituciones cómo del día a día de los usuarios. El ejemplo que posa Puig no puede ser, de hecho, más mundano. "Cuando intento entrar a una discoteca, tengo que enseñar al portero mi dirección, mi nombre, el día de nacimiento, el nombre de los padres... Cuando solo necesita saber que puedo entrar". Más allá del ocio nocturno de cada cual, el modelo concreto de Caelum – mucho más encarado al B2B que al de usuario – puede funcionar, afirman desde la empresa, en ramas industriales y de gestión de lo más variadas.

Los colaboradores de Caelum, de hecho, son varios en cuanto a las actividades que llevan a cabo. La empresa fundada por Puig desarrolla servicios por la administración pública – aplicaciones que moderan la colaboración entre instituciones, la certificación automatizada de documentos o la digitalización; pero también por empresas e instituciones de gestión de la movilidad – con, por ejemplo, la regulación del acceso del coche a los entornos urbanos, o el desarrollo de aplicaciones descentralizadas de gestión de vehículos compartidos – o la logística, con soluciones centradas en la verificación de datos de comprador y producto tanto en origen cómo en destino, la automatización de la cadena de abastecimiento o la creación de canales seguros para la información.

"Los proyectos tecnológicos están vivos, cuando ideas una versión 1 de tu sistema siempre lo haces pensando en que lo actualizarás a una versión 2"

Uno de los entornos, pero, donde la tecnología blockchain y, en concreto, la seguridad de los datos y los procesos de verificación toma más relevancia es el de la banca – uno con el que Puig es crítico, por su a menudo deficiente seguridad y por la poco efectiva relación con el cliente en espacios digitales. "Calculamos – afirma el CTO de Caelum – que el 50% de la tecnología que los bancos usan actualmente es de hace, de media, unos 30 años". El empresario reconoce que hoy por hoy los costes de actualización de grandes entidades financieras, "no solo en dinero, también en tiempo, en seguridad, en recursos", sería muy grande. Aún así, afirman, esta actualización de procesos los permitiría, a largo plazo, efectuar transacciones más eficientes y seguras y menos costosas por las entidades.

La gran diferencia entre los procesos tradicionales y las soluciones que ofrece Caelum es, según el empresario, el dinamismo. Los sistemas de la banca tradicional ejemplifican, de hecho, esta distancia. Mientras que las aplicaciones legacy – tradicionales – de un banco son "aburridas y poco innovadoras", los proyectos tecnológicos como el de Puig siempre piensan en el que pueden mejorar. "Los proyectos tecnológicos están vivos – afirma – y cuando ideas una versión 1 de tu sistema siempre lo haces pensando en que lo actualizarás a una versión 2". La filosofía que representa Caelum, defienden, garantiza la actualización de los procesos más allá incluso de sus propuestas actuales.

Demasiados late adopters

"El principal problema de las tecnologías cómo el blockchain no es tanto la tecnología en sí, esto es fácil. Es la comunicación". Puig reconoce, así, que el usuario general todavía no está bastante familiarizado con estas soluciones tecnológicas, y, de hecho, desconfía mucho. El público general, afirma el empresario, relaciona todavía algunas de las posibilidades de la tecnología blockchain – cómo, por ejemplo, las criptomonedes – con actividades ilegales, a pesar de que son a menudo mucho más seguras, transparentes y fiscalizables que las alternativas tradicionales. Las actividades y transacciones que se llevan a cabo mediante tecnología blockchain quedan, de hecho, reflejadas en una suerte de base de datos compartida a  laque tiene acceso todo el mundo que participa. "Si quieres comprar drogas con bitcoin – bromeaa Puig – te puedo garantizar que te pillarán".

Las relaciones públicas de las empresas, entidades y colectivos que se dedican a trabajar con tecnología descentralizada son muy relevantes, en este sentido, para hacer llegar al público las posibilidades que ofrece el blockchain. También lo es, pero, la formación, un proceso que Puig considera todavía más relevante y que es, afirma, más responsabilidad del usuario que de empresas o administraciones. "El modelo formativo los plantea como algo externo: alguien me enseña algo, cuando tendría que ser: yo aprendo". Adaptarse a tecnologías como el blockchain, a medida que los procesos de digitalización vayan avanzando y su implantación sea más generalizada, será, para Puig, una suerte de necesidad social. "La nueva brecha para acceder a muchos servicios no será económica – concluye – será formativa".