• Empresa
  • Caixabank(ia) II, qué pasa con Catalunya?

Caixabank(ia) II, qué pasa con Catalunya?

Preguntas y respuestas sobre el impacto de la fusión para Catalunya

Reunión entre los directivos Goirigolzarri y Gortázar para la fusión entre CaixaBank y Bankia
Reunión entre los directivos Goirigolzarri y Gortázar para la fusión entre CaixaBank y Bankia
Barcelona
18 de Septiembre de 2020
Act. 18 de Septiembre de 2020

Es tan importante para Catalunya y su economía el nuevo movimiento de Caixabank?

La mayoría de medios y de agentes políticos españoles, o españolistas en Catalunya, han aplaudido con las orejas la fusión. Sería un paso más en la integración definitiva de Catalunya en España. Muchos políticos y referentes independentistas también han sentenciado que se trata del fin del sistema bancario catalán. Cuando la Obra fue adueñándose de la Caixa, hace cerca de treinta años, todos sabíamos que no tenía ninguno otro proyecto nacional -y financiero- que el español.

Alguien ha reclamado que vuelva la sede a Barcelona porque seguramente no sabía qué más decir.

La sede en Valencia, hoy por hoy, es sobre todo anecdótica. Es el precio pagado hace tres años por la brillante hoja de servicios de la Caixa y de las compañías que estaban vinculadas. A estas alturas ya hemos visto que no ha pasado nada. Incluso, el anuncio formal de la fusión se ha dudado si se hacía de forma telemática o en Valencia. Y, en todo caso, manteniendo la sede en Valencia, el cambio de sede ya no podrá volver a utilizarse de amenaza para generar pánico entre la ciudadanía.

Muchos políticos y referentes independentistas también han sentenciado que se trata del fin del sistema bancario catalán

La obsesión de la Caixa primero y de Caixabank después ha sido la debilidad de su capitalización. Los sucesivos acuerdos de Basilea han ido aumentando los requisitos en este sentido. Una caja de ahorros no podía acceder al capital privado porque no podía cotizar en Bolsa. La presión se hizo más intensa con la crisis financiera del 2008. Además de transformarse en banco, el grupo Caixa se tuvo que ir deshaciendo de la mayoría de importantes participaciones industriales -Repsol, Gas Natural, Abertis, Cellnex y antes AGBAR e Inmobiliaria Colonial- para hacer dinero y disimular, de paso, los cada vez más justos márgenes con que operaba.

Y aquí aparece el otro gran tema: la crisis de modelo de la Caixa. El modelo de numerosas oficinas presenciales, con empleados muy bien pagados que hacían de consejeros económicos -y también espirituales, muchas veces- a un público cada vez más envejecido que confiaba ciegamente en el amable director de su sucursal acabó de quebrar cuando estos directores aprovecharon la confianza ganada para colocarles un producto tan opaco como las preferentes. Y aunque fue una de las entidades que más y más rápidamente devolvieron los importes a los ahorrativos, el mal ya estaba hecho. La confianza ya estaba rota y la fidelización cuestionada. Sólo faltó el octubre del 17.

Por lo tanto, el negocio de Caixabank sufre los males generales del sistema bancario, con un Euríbor demasiado bajo para poder colocar productos financieros con un margen muy elevado. Igualmente, sufre el exceso de capital a nivel mundial que busca desesperadamente inversiones y operaciones especulativas que les generen suficiente rentabilidad. Y además, necesita cambiar el modelo de banco y por eso en poco tiempo ha cerrado un tercio de las oficinas y ha despachado una proporción similar de trabajadores. Nuevas generaciones y un público cada vez más infiel -como casi todos los sectores-, más informado y más desconfiado, que ha sido impulsado para operar en linea, son los clientes con quienes tiene que trabajar.

La competencia es feroz y no sólo entre bancos, sino sobre todo con los nuevos operadores que ya controlan casi todo el crédito al consumo -habéis probado de hacer una compra de un cierto importe a Amazon-, incluyendo el gran consumo de los automóviles, donde te rebajan sustancialmente el precio si finanzas una buena parte directamente con ellos.

Bankia, que también proviene de una fusión de cajas de ahorros, todavía hace principalmente hipotecas y va mucho más atrasada en esta transformación. Por lo tanto, como ya han dicho las agencias de calificación, el nuevo Caixabank no será de entrada más eficiente que el original. Más bien al contrario. Pero, eso sí, habrá llegado a una medida que será demasiado grande porque si las cosas acabaran afanadas, ni España ni la Unión Europea se podrían permitir la quiebra. Es el too big tono fall. Es también, el seguro de vida para inversores y directivos.

Ganan o pierden, la economía catalana y Catalunya?

El sistema financiero, teóricamente, no tendría que ser más que un instrumento para proveer de crédito emprendidas y familias a partir de los fondos recaudados, entre clientes o entre otros bancos. En este sentido, es bueno para todos que dispongamos de un sistema de financiación que sea eficiente y que responda con inmediatez a las necesidades rápidamente cambiantes de sus clientes. Aún así, está claro, está reñido con un sistema financiero concentrado en unas pocas manos y que actúa de forma oligopolística.

Para poner sólo un ejemplo. Alguien se ha preguntado cómo es posible que se mantengan tipo de interés anuales del 22% o del 24% en las tarjetas de crédito? Tan elevados son los riesgos para justificar estos intereses abusivos y más propios de la usura?

Qué grado de concentración quedará en el sistema financiero español después de la absorción de Bankia por Caixabank? Economistas solventes dicen que la cuota de mercado de los cinco grandes bancos españoles ha pasado del 31% el 1997 al 41% el 2007 y a un 69% actual. Si esto no es un oligopolio... Y además, en determinados territorios todavía puede ser más grave, como por ejemplo las Islas Baleares, donde durante años y cerraduras reinaban la Caixa de Pensiones y Sa Nostra. Esta última fue absorbida por Bankia y ahora por Caixabank. Quizás como en el caso de los grandes operadores de la distribución comercial, habría que velar para evitar concentraciones desmedidas y obligar los fusionados a desprenderse de activos -oficinas- en determinados ámbitos territoriales.

Qué grado de concentración quedará en el sistema financiero español después de la absorción de Bankia por Caixabank? Si esto no es un oligopolio...

Aún así, el auge de la operativa en linea hace difícil evitar estas concentraciones y las oficinas quizás ya no son una unidad de medida adecuada para evaluar la penetración en cada mercado.

De hecho, a diferencia de hace una década o dos, la progresiva aparición otros intermediarios no bancarios y otros mecanismos de financiación ha llevado a hablar de la desbancarización de la economía. Esta es plenamente operativa en el crédito al consumo y en muchos países las pequeñas empresas están más avanzadas que en el nuestro en la utilización de mecanismos de financiación alternativos a los bancos. Sin duda, tenemos que avanzar hacia aquí a pesar de tener cura de no caer en manos de operadores más poderosos y despersonalizados. Desde las grandes tecnológicas mundiales -como por ejemplo Facebook o el mismo Amazon- ya se ha apuntado muchas veces la vocación de hacer de operadores financieros, probablemente con una moneda virtual propia y todo. Por lo tanto, que no vayamos del fuego a las brasas.

Como conclusión, las clases dirigentes catalanas que desde Barcelona básicamente han dirigido el país en los últimos 40 años pueden estar satisfechas de pilotar el primer banco español. Unas clases que a diferencia de otras muchas empresas pequeñas y medias no han hecho sus negocios sobre sectores regulados por el Estado ni sobre la ciudad de Barcelona y su escaso y codiciado espacio urbano.

Pequeños y medianos empresarios, sobre todo industriales, se han abocado a la innovación y la exportación por no depender de un mercado estrecho e inestable como el español. Un mercado con continuos y periódicos boicots más o menos encubiertos. De esta forma han construido un tejido productivo cada vez más viables y competitivo internacionalmente. En contrapartida, la Caixa ha intentado varias operaciones de internacionalización -en Francia y Mónaco, en Austria, a Extremo Oriente- y todas le han ido mal, excepto de momento su filial en Portugal. Porque el nuevo Caixabank será el primer operador financiero en España, pero sus grandes competidores, Santander y BBVA han hecho con suficiente éxito de momento, una notable expansión internacional en Gran Bretaña y en Sudamérica, que los reporta riesgos y dolores de cabeza, pero también importantes ganancias para compensar la atonía del mercado español.

Las clases dirigentes catalanas que desde Barcelona básicamente han dirigido el país en los últimos 40 años pueden estar satisfechas de pilotar el primer banco español

En este contexto, pues, el importante es que la mayoría de servicios centrales -al menos en la proporción de tres a uno- se mantengan en Barcelona, porque son los más decisivos y los que generan más valor añadido y demandan más servicios especializados. Y, a pesar de todo, esperamos que al núcleo dirigente barcelonés no le acaben de ir mal las cosas en su nueva aventura española. De momento, y en contra de lo que se había dicho al principio, el nuevo presidente, procedente de Bankia, Goirigolzarri, también tendrá carácter ejecutivo. Un carácter ejecutivo que ya no quedará sólo en manos del consejero delegado procedente de la antigua Caixabank, Gonzalo Cortázar. Ya lo veremos.