Pocos se han salvado de los números rojos que la pandemia dejó en los balances a finales de 2020, y la Cambrade Comerç de Barcelona no fue una excepción. La publicación de unas pérdidas de 500.000 euros a cierre de 2020 se juntaban con la noticia que tres de las 14sillas de plata del pleno cameral -ocupadas por las empresas de mayor aportación económica- habían decidido dejar de formar parte del pleno, y, por lo tanto, dejar de pagar. Un cúmulo de malas noticias que algunos aprovecharon para criticar (de nuevo) la gestión.
Las tres empresas que han abandonado la silla son Catalonia Hotels, Naturgy y Abertis, y cada una aportaba unos 75.000 euros a la Cambra. Tres sillas que aún no tienen sustituto, a pesar de que está abierta la convocatoria a todos los candidatos que quieran formar parte del pleno de la Cambra a cambio de una cuota. La versión oficial es que estas empresas, debido a la crisis del coronavirus, estaban mirando de reducir gastos. Así es como lo explican desde el organismo y también lo que dicen las notas oficiales de las tres compañías, pero la coincidencia temporal con el salto a la política del hasta ahora presidente de la Cambra, Joan Canadell, en las listas de Junts para el 14-F, fue suficiente para volver a encender el fuego de la crítica política.
'Déjà vu' político
Y es que dónde hubo fuego, cenizas quedan, que dicen. Los más críticos con el gobierno de Eines de País en la Cambra no pierden la oportunidad de criticar que "el pleno actual utiliza la Cambra para hacer política independentista" y acusan que "descuidan los que no piensan como ellos". La queja es la misma desde que el independentismo ganó la mayoría en la Cambra ahora hace dos años, y la marcha de las tres sillas de plata fue visto, por los más críticos, como una "reivindicación".
"El ambiente que hay en el pleno es lamentable, está al servicio de Junts. Han convertido la Cambra en un instrumento de partido político, y por lo tanto es normal que cualquiera que no sea de su grupo no esté contento. Lo deciden todo en el comité ejecutivo y por lo tanto el resto no pintamos nada. No me extrañaría que estas tres marchen por eso, y además este pleno lleva tiempo diciendo que no quieren sillas de plata", asegura uno de los integrantes de la oposición. "Como no dejan participar a la gente, no tiene sentido. No creo que sea un tema sólo de los de pago, es de todos".
Las tres sillas habían anunciado hacía meses su decisión de irse, atribuyéndolo a la crisis por el coronavirus
Con todo, fuentes de la Cambra explican que "esta acusación no tiene sentido porque estas tres sillas ya hace meses que anunciaron su decisión de dejar el pleno, mucho antes que Canadell hiciera el salto a la política. Unos lo anunciaron en julio y otro en septiembre pero al ser un contrato que se renueva cada año, se quedaron hasta diciembre perque ya lo tenían pagado, y fue entonces cuando se anunció públicamente". De todos modos, desde la Cámara aseguran que no se han desvinculado del todo aunque hayan dejado la silla, "por ejemplo, Abertis sigue en la comisión de infraestructuras".
Nuevos liderazgos
A pesar de que no cogió a nadie por sorpresa, el salto a la política de Joan Canadell no gustó a todo el mundo. Por un lado, a pesar de que desde el principio de la legislatura de Eines de País se había anunciado una co-presidencia en que la segunda parte del mandato pasaría a manos de la vicepresidenta primera, Mònica Roca, a algunos les hacía sufrir como quedaría el pleno.
Repensando la financiación
Es difícil hablar de las Cámaras de Comercio sin reabrir el debate sobre su financiación, puesto que es una de las mayores trabas con que se encuentran estos organismos. Hace unos años, todo empresario estaba obligado a pagar una cuota cameral, pero en 2010 el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero eliminó esta obligación. Desde entonces, la financiación en las Cámaras ha sido herramienta electoral en las elecciones camerales, y Eines de País hace tiempo que apuesta por eliminar las sillas de pago y abrir cuotas voluntarias por parte del empresariado, además de pedir un aumento del presupuesto público.
Las 14 sillas de plata las ocupan las empresas que se postulan por la plaza y que ofrecen la cantidad más alta de dinero, con un mínimo de 75.000 euros al año. De momento, todas las empresas que ocupan estos sitios aportan el mínimo, pero el debate es hasta qué punto es democrático que 14 votos de un pleno de 60 no sean elegidos en las elecciones, sino que sea porque pagan. Por otro lado, es una manera de obtener más financiación para hacer políticas activas para el mundo empresarial.
El debate es si es democrático que 14 votos del pleno no sean elegidos en las elecciones, sino porque pagan
En un contexto de números rojos de 500.000 euros, la marcha de las tres sillas de plata mencionadas vuelve a poner el debate sobre la mesa. ¿Es el momento para cambiar el modelo de financiación de las Cámaras? ¿Se agota el modelo de las sillas de plata? Según algunos opositores de Eines, critican que "a ellos ya les va bien que se vayan porque ya no querían sillas de plata desde un principio, pero no piensan en la economía del órgano". Con todo, los representantes del comité ejecutivo argumentan que "por mucho que nosotros no estemos de acuerdo con el modelo de sillas de plata, no nos pertenece a nosotros cambiarlo porque es una ley que depende del gobierno central".
En cuanto a las pérdidas de este año, el organismo lo atribuye a las ayudas a las empresas bajo la campaña 'Aixeca el teu negoci' que puso en marcha la Cambra ante la crisis del coronavirus. Eso sí, todo apunta a que estas tres sillas quedarán vacías.