Minutos y minutos de espera para comprar unos canelons gurmet, especiales y diferentes. En plena campaña de Nadal y en días en qué mucha gente busca en la comida precocinada la solución para sus comidas familiares, la tienda de Cannelonia de Barcelona no da el alcance estos días. Tan es que tengan que esperar media hora o más, la gente quiere canelons y quiere los de Cannelonia. Nacida en Girona, la marca vio la luz por primera vez el 2010, cuando se abrió la primera tienda. Ahora ya facturan alrededor de 1,2 millones de euros el año con las franquicias. Y no sólo esto. Sus ventas se incrementan por fiestas entre un 35% y un 40%.
El responsable del grupo, Gerard Formentí, sedio cuenta quehabía negocio después de una conversación telefónica entre él y su madre, cuando él estudiaba en los Estados Unidos. La madre, "artífice" de todo, trabajo canelons de varias variedades mientras hablaba con su hijo. Al volver de los EE.UU., no tardaron nada al inaugurar la primera tienda. Era el 2010.
Cannelonia distribuye por todo el Estado, pero también en el extranjero
"Bien es verdad que el éxito y la aceptación fue muy interesante desde el principio", relata en Gerard, que explica que sólo dos años después ya decidieron abrir el obrador, la fábrica artesanal de los canelons, la base logística de donde salen todos sus productos. Su familia, pero, traía inmersa en el sector de la alimentación desde el 1992. Empezaron con productos ecológicos "mucho a primeros de este movimiento" y más tarde se lanzaron en el mundo de la hostelería abriendo bares y restaurantes en Girona.
Sabores gurmet (e inauditos)
Cuando abrieron la primera tienda, sólo hacían canelons, pero con la inauguración del obrador ya vieron que tenían que ir más allá y se abrieron camino (y mercado) también con la elaboración de pasta fresca y croquetas de infinitas variedades de sabores. Ahora, ocho años después, ya cuentan con dos establecimientos propios en Girona y tres franquicias repartidas entre Barcelona, Vilanova i la Geltrú y Mataró.
Pero las tiendas sólo son una parte del pastel del éxito que tiene esta empresa familiar. A través del obrador, subraya en Gerard, "vendemos a distribuidoras gurmet o especializadas, a restaurantes y también en tiendas". A punto de cerrar nuevos contratos con otros supermercados, Cannelonia ya vende a los Condis de Cataluña y Madrid y al Corté Inglés. Y no sólo esto. Distribuye por todo el Estado español y, incluso, ha llegado a hacerlo a países como Dinamarca o Francia gracias a la ayuda de Acción y a programas de Pimec, entre otros.
Además, además de los productos ya preestablecidos, tambiénhace a medida para los distribuidores que tienen marca propia y los envasan con su logotipo. En Zamora, por ejemplo, los encargaron unos canelons de braó de cerdo (lacón en gallego) y los elaboran así sólo para ellos.
Invertir en calidad
El objetivo de Cannelonia no es invertir en más publicidad que la que trae la furgoneta o los flyers que puedan repartir, ni en una red comercial, sino que optan para darse a conocer en ferias especializadas como la Alimentaria o el Foro Gastronómico porque, de este modo, "nos permite tener unos contactos que entonces van cristalizando".
El obrador es la cantera de los productos de Cannelonia, que una vez elaborados con la artesanía de las manos de los 12 trabajadores, van hacia el centro logístico que tienen de congelados. Desde allá, hacen todas las expediciones y traen los alimentos a los diferentes puntos a que distribuyen.
Formentí: "Cannelonia aporta un valor añadido a un producto que no deja de ser una versión actualizada de productos muy tradicionales"
"Para poder proveer todas estas variedades, nos tenemos que planificar mucho y muy bien", explica en Gerard, que subraya que actualmente cuentan con una cincuentena de grandes clientes a nivel de distribuidor. Clientes que han ido captando desde el 2012. Ahora, yatienen tres de nuevos ligados para el 2019.
Pero, como lo hace esta empresa familiar para desmarcarse del resto de distribuidores que también venden canelons, croquetas y pasta fresca precocinada? Según el responsable del grupo, "se trata de dar un valor añadido" a estos productos, que "no dejan de ser una versión actualizada de productos muy tradicionales".
Producto (des)estacionalitzat
"Tenemos un producto que no trae colorantes ni conservantes ni ningún tipo de aditivo", pone encima la mesa el responsable de Cannelonia, al mismo tiempo que añade que sus alimentos son de proximidad. Y no sólo esto. Entre sus objetivosdestaca el uso que hacen de los productos de temporada y, de hecho, con sus croquetas de calçots ganaron un premio de innovación durante la Feria de la Alimentaria de este 2018.
Ahora bien, a pesar de querer "desestacionalitzar" el producto, por Nadal se encuentran que cuesta que la gente "se mueva de la carne" y del caneló tradicional. El resto de los días, el que más triunfa, pero, es su "producto estrella", el caneló de asado, foie y setas, con una textura que sólo se puede sentir si se prueba el producto.
Precisamente por la calidad de sus alimentos, su cliente principal –además del consumidor a pie de calle- son restaurantes de un nivel mediano-alto. "Alto no pueden ser porque son ellos mismos quién se elaboran el producto y por los de nivel medio es caro", aclara.
Y, de hecho, su intención es mantener la calidad del producto y por eso tienen clientes muchos específicos. "Tenemos un obrador pequeño y no queremos crecer en el sentido de producción porque, sino, industrializaremos el producto y el obrador", quiere dejar claro en Gerard, mientras destaca que cuando invierten lo hacen "en elementos de cocción y en equipos que nos ayuden a poder trabajar y a aportar valor". Esta es la esencia de Cannelonia, que basa su negocio bajo el eslogan "Canelons como los que ya no hace tu abuela".