En el año 2012 surge Bohodot, una empresa familiar catalana con una historia inspiradora. Todo comenzó cuando la diseñadora Peque de Fortuny y su hija Cristina Torras decidieron asociarse para explorar los bañadores sostenibles de alta gama y otras piezas de complemento femenino en este nicho. A medida que avanza el negocio, exploran diversas estrategias en línea y a través de las redes sociales. Su innovación y esfuerzo consolidaron una base sólida de consumidores y una comunidad robusta con una amplia proyección internacional. Este caso se ha redactado en la Cátedra Retail de la BSM-UPF y en el CCAM de la Generalitat de Catalunya.
La Peque es una diseñadora de moda con un talento para transformar telas y colores en piezas únicas de ropa de baño que transmiten pasión por el mar y la playa. Junto con Cristina, una estudiante de Administración y Dirección de Empresas (ADE), observaron cómo el oficio familiar artesanal desaparecía gradualmente de Catalunya debido a la globalización, trasladándose al sudeste asiático y a otras regiones periféricas
Sin embargo, madre e hija no se rindieron ante este desafío, enfrentándolo con inteligencia y pasión. Decidieron fusionar sus habilidades y experiencias para crear una nueva empresa. La madre aportaba toda la experiencia y conocimiento en el diseño y la confección de ropa; mientras que la hija, la visión de joven emprendedora recién adquirida con su formación. Con una inversión modesta de casi 1.000 euros, encendieron la llama de su sueño empresarial creando su primera colección de bañadores, destinada inicialmente a amigos y conocidos de confianza.
La Peque es una diseñadora de moda con un talento para transformar telas y colores en piezas únicas de ropa de baño que transmiten pasión por el mar y la playa
El camino hacia el éxito no fue sencillo, sino un viaje de trabajo intenso, perseverancia y aprendizaje constante. La primera colección fue modesta, una prueba para amigos, un pequeño test para evaluar las aguas. Para sorpresa de ambas, la respuesta fue muy positiva, superando todas las expectativas y abriendo las puertas hacia el éxito. La siguiente etapa fue intentar crecer y llegar aún más lejos.
Los dos primeros años aún no contaban con una tienda en línea, que no fue creada hasta un año después, en 2014. A pesar de eso, en 2013, sin tener ni tienda física ni sitio web, lograron vender 1.200 bañadores. Lucharon por vender cada pieza, vendiendo solo a través de los pedidos que llegaban por correo electrónico o las gestiones de Cristina en la búsqueda de mercados o puntos de venta, incluso en su casa, abriendo pop-up stores por toda Cataluña, Madrid y Valencia.
Cristina intuyó que el potencial de crecimiento se produciría a medida que ampliaran la presencia en redes sociales. De esta forma, estableció contacto con influencers emergentes, cuando esta profesión aún no era reconocida como tal, colaborando con ellas. Este impulso sembró las semillas de la comunidad Bohodot en las redes sociales, que pronto se convertirían en una comunidad extraordinaria de seguidores y clientes apasionadas.
Con una inversión modesta de casi 1.000 euros, encendieron la llama de su sueño empresarial creando su primera colección de bañadores
Al mismo tiempo que las demandas superaban las expectativas, Bohodot se enfrentó a la necesidad de expandir la producción sin comprometer sus valores centrales de calidad y sostenibilidad. Forjaron una colaboración con un pequeño taller local que finalmente se convirtió en su fiel proveedor, trabajando para la marca casi de forma exclusiva. El punto culminante llegó cuando Xavier Antúnez, tecnólogo, se unió al equipo. Esta presencia permitió establecer las bases para que la empresa tomara el vuelo digital definitivo. En 2017 rediseñaron completamente su sitio web, que no se había modificado en tres años. Después de varios meses de retoques y optimizaciones, el nuevo sitio web se convirtió en un comercio electrónico intuitivo y atractivo, con muchas más funcionalidades. Con este soporte interno, Cristina se podrá centrar en uno de los impulsores futuros de la empresa: expandir exponencialmente la presencia de Bohodot en las redes sociales y crear una sólida imagen de marca.
Un año después, Bohodot abre la primera tienda física, un punto de venta que complementa su actividad en línea y la presencia de la marca en tiendas multimarca. Aquí, los clientes pueden experimentar físicamente la magia de los bañadores y el entorno inspirador. De hecho, la tienda no hace más que expandir lo que las redes sociales y el comercio electrónico abren, representando el 50% de los ingresos actuales. Con la ayuda de una agencia de publicidad, Cristina transformó toda la presencia en línea de la empresa en plataformas aún más interactivas y cautivadoras.
Sorteos, juegos y contenidos interactivos atrajeron a más seguidores, convirtiendo la comunidad Bohodot en un movimiento. Durante la crisis, triplicaron sus ventas en línea
El 2020 puso a prueba la fuerza y la flexibilidad de la empresa; la pandemia abrió un nuevo capítulo de desafíos. A pesar de tener todas las herramientas digitales y una tienda en línea bien establecida, la situación cambió drásticamente. Ante lo que parecía una situación catastrófica sin remedio, la visión de Cristina convirtió la pandemia mundial en una oportunidad para crecer. Las redes sociales se convirtieron en la clave maestra de esta nueva fase. Sorteos, juegos y contenidos interactivos atrajeron a más seguidores, convirtiendo la comunidad Bohodot en un movimiento. Durante la crisis, triplicaron sus ventas en línea, demostrando que la resiliencia y la visión pueden convertir la adversidad en oportunidad. Al final de la pandemia, Bohodot cuenta con 124.000 seguidores en Instagram, 4.000 en TikTok y genera una alta interacción con una base de clientes que supera todas las expectativas: convierten el 70% de sus seguidores en línea en clientes.
De empresa local, a internacional
Bohodot no solo conquista el mercado catalán y español, sino que da un salto audaz hacia la internacionalización. La visión global se materializa durante la pandemia, cuando decidieron traducir su sitio web al inglés. En tan solo una semana abren las puertas virtuales a Europa. Su éxito trasciende las fronteras españolas por primera vez. Durante la pandemia, no solo expanden la empresa por Catalunya, sino que de manera orgánica (especialmente a través de sus redes sociales), también captan la atención de los mercados europeos vecinos. Su página web aún no estaba preparada para el público extranjero, así que, para no perder la oportunidad, la actualizan completamente al inglés en tan solo una semana. Después de este avance, las ventas en línea en el extranjero se disparan y, en la actualidad, el 30% de sus ventas en línea provienen de la Unión Europea. Con este éxito europeo a sus espaldas, el objetivo ahora es penetrar en los Estados Unidos, el mercado más duro y competitivo del mundo.
Optimización de su presencia en el ámbito digital
Las ventas en línea se han convertido en una pieza fundamental del funcionamiento de la empresa. Su estrategia actual distribuye las ventas de manera equitativa, con un 50% proveniente de las ventas en línea y el otro 50% de las tiendas físicas. Bohodot ha apostado firmemente por el marketing digital, centrándose exclusivamente en canales como Google y las redes sociales. Estos canales no solo dirigen tráfico a su sitio web, sino que también aumentan las visitas a las tiendas físicas.
Sin embargo, el objetivo es claro y ambicioso: seguir creciendo en ambos canales, pero especialmente en línea. La empresa aspira a que el 80% de su facturación provenga de las ventas en línea en los próximos años.
Bohodot ha apostado firmemente por el marketing digital, centrándose exclusivamente en canales como Google y las redes sociales
La mejora continua es un pilar esencial del negocio. Bohodot invierte de manera constante en sus sistemas digitales. La empresa analiza constantemente el rendimiento de su sitio web, identificando puntos de desinterés donde los clientes abandonan los carros de la compra. La tasa de conversión es baja, del 0,5%, pero hay que tener presente que en invierno no se realizan compras de bañadores, aunque las visitas al sitio web no se reducen ni mucho menos.
Ahora centran sus esfuerzos en dos áreas. El primero, la eficiencia y la experiencia de los usuarios. En este sentido, el equipo ha aprendido qué es lo que funciona y qué no a lo largo de las diversas temporadas. Algo ha quedado claro: la experiencia de compra es crucial. Han invertido muchos esfuerzos para lograr una experiencia fluida y agradable para los usuarios, trabajando con profesionales para crear imágenes de productos de calidad, asegurándose de que la información sea completa y útil, transmitiendo seguridad a los posibles clientes y asegurándose de que la navegación por el sitio web sea intuitiva. Esta transformación ha sido posible gracias a la colaboración con varios proveedores externos. El segundo ámbito es la experiencia personalizada en su base de consumidores. Por ello, el desarrollo de un sistema CRM fue un desafío en sí mismo. La perfección en su gestión ha permitido aplicar estrategias de marketing por correo electrónico y ofertas personalizadas basadas en los hábitos de compra y el comportamiento de sus miles de clientes, mejorando su fidelidad. A pesar de los desafíos, esta iniciativa se ve como un objetivo esencial para la empresa, ya que con una base de consumidores en línea cada vez más grande, el potencial de utilizar los datos de que disponen de ellos y adaptar y personalizar la experiencia de sus clientes es muy grande.
Finalmente, la empresa se ha enfrentado a otro gran desafío, la logística para gestionar la entrega de pedidos a los clientes y manejar las devoluciones. Esto es especialmente desafiante en territorios como Alemania, que llegó a representar el 40% de las ventas internacionales. Las tendencias de compra son diferentes. Este país, por ejemplo, tiene internalizadas las devoluciones de productos en línea en una proporción mucho mayor que el promedio europeo, alcanzando el 30%, triplicando la media europea; este factor ha puesto a prueba la agilidad de la empresa y la ha obligado a desinvertir, dirigiéndose hacia países como Francia e Italia, más cercanos a estilos de compra más conocidos y con tasas de devolución similares.
Mirada hacia el futuro
Bohodot ha llegado lejos, con más de 45.000 piezas de ropa vendidas en 2022, experimentando un crecimiento en las ventas en línea. El gran objetivo ahora se centra en desestacionalizar sus productos. Los bañadores son prendas de verano y, por primera vez este año, mantendrán su tienda en Barcelona abierta durante todo el año.
El siguiente paso es buscar mercados que no estén tan influenciados por la estacionalidad, y es aquí donde entran los Estados Unidos
La estrategia de Bohodot es la siguiente: en primer lugar, ampliar su gama de productos para que no estén ligados a restricciones estacionales, como el lanzamiento de su propia línea de pijamas. El siguiente paso es buscar mercados que no estén tan influenciados por la estacionalidad, y es aquí donde entran los Estados Unidos. A diferencia del mercado europeo, los estadounidenses no están tan limitados por las estaciones, manteniendo una demanda relativamente estable durante todo el año
El objetivo de Bohodot es continuar creciendo. Aunque su mirada esté puesta al otro lado del Atlántico, tanto la producción como la apertura de nuevas tiendas físicas prefieren realizarlas cerca de casa. Actualmente, con una facturación de 1,5 millones de euros, están considerando la posibilidad de abrir un nuevo punto de venta en Madrid e incluso establecer un taller propio.