La disminución de las ventas en Catalunya y el incremento de los costes energéticos ha forzado a las fábricas de cemento catalanas a reducir drásticamente la producción. Con datos de septiembre, la producción ha caído un 26% respecto al año anterior. La situación está generando inquietud en el sector porque al estancamiento del consumo doméstico se suma una disminución de exportaciones que ha rozado el 14% en septiembre.
El presidente de Ciment Català, Salvador Fernández Capo, explica esta coyuntura en base a dos factores: "por un lado, los costes eléctricos de nuestro sector se han multiplicado por cuatro a los últimos dos años". Indica que sin unos costes eléctricos competitivos es imposible que la industria catalana, que durante muchos años ha liderado el mercado exportador de cemento, pueda continuar compitiendo con otros productores del arco mediterráneo que pagan mucho menos por sus consumos energéticos, como Argelia, Turquía o Egipto. "Por otro lado", añade Fernández Capo, "la falta de materialización de la obra pública está reduciendo al mínimo la actividad constructora".
La industria del cemento en Catalunya se encuentra amenazada por el precio de la energía y la falta de obra pública
Entre las razones que explican este parón hay tanto la falta de licitaciones, la escasa ejecución de las obras licitadas y, últimamente, el hecho de que muchas adjudicaciones quedan desiertas o se paran después porque el precio de los proyectos están por debajo de los costes de construcción.
Ante este panorama, el presidente de Ciment Català considera que "solo la normalización de los costes de energía y el apoyo a iniciativas clave de la administración en inversión pública y por valorizar energéticamente más cantidad y más diversidad de residuos, mejorará la situación, hará recuperar la competitividad y permitirá al sector afrontar con más impulso y seguridad su descarbonitización, logrando en tiempo y forma los objetivos planteados a la hoja de ruta 2050 del sector".