A menudo surge, entre la empresa del país, la pregunta de si hablar en catalán es una buena decisión de negocio . La sensación que el castellano es una mejor apuesta de marca y corporativa todavía es presente en muchos entornos, especialmente por culpa de la enorme base de hablantes – la enorme base, entonces, de cliente potencial. Desde ElSegell, entidad vinculada a Plataformaperla Llengua encargada de reconocer el uso del catalán en el etiquetado y publicidad de varios tipos de productos, ven que el uso del catalán no solo no va en detrimento de las posibilidades de negocio de las empresas del territorio sino que supone una oportunidad para competir en unas mejores condiciones con otras compañías del sector. "Hay que diferenciarse en el mercado", afirman desde la entidad.
"Todavía hay una parte del tejido productivo del país que no ve cómo aporta valor el uso del catalán", lamentan desde el Segell, que constatan que queda trabajo a hacer para normalizar la lengua en el ecosistema corporativo. El uso del catalán, pero, "tiene una potencialidad mucho obvia": con más de 10 millones de hablantes, el marco cultural del país y de la comunidad catalanohablante es no solo bastante relevante para hacer viable cualquier proyecto empresarial, afirman fuentes del ente, sino también "más conocido al exterior del que nos pensamos". "Las empresas tendrían que ver con normalidad la presencia del catalán de cara a los ojos que nos miran desde fuera", afirman.
Una de las empresas con una mayor disposición a hacer este camino es Parlem. La compañía de telecomunicaciones catalana, salida "del tejido asociativo" del país – la "principal diferencia" competitiva de la compañía respecto de la competencia, cómo destaca su CEO Ernest Pérez Mas – no se plantea un modelo de negocio que no pase por la promoción del catalán. "Parlem, como empresa catalana, tiene que normalizar el uso del catalán de forma desacomplejada en los entornos empresariales", espeta Pérez Mas.
"Se viene de una mentalidad que dice que puede ser contraproducente utilizar el catalán, y es una mentalidad que tenemos que vencer"
El alcance de los mensajes en catalán no es, o no tendría que ser, un problema por el éxito de un proyecto empresarial. Con más de 10 millones de hablantes, cómo recuerda Pérez Mas, "pocas comunidades europeas tienen un volumen de consumidores similares" a la del espacio lingüístico de los Países Catalanes. Y, cómo apuntan desde el Segell, las dinámicas corporativas respecto a las diversas lenguas y culturas de estos estados europeos son a menudo mucho más operativas y están más normalizadas que en el caso catalán. "A una comunidad lingüística media se puede ver cómo esto está plenamente integrado" apunta la entidad. Más allá de las dificultades reguladoras, desde la plataforma ven un problema cultural entre el empresariat del país. "Se viene de una mentalidad que dice que puede ser contraproducente utilizar el catalán, y es una mentalidad que tenemos que vencer".
Responsabilidad compartida
"Aquí tenemos iniciativa, tenemos creatividad, pero faltan proyectes tractores", asevera Pérez Mas, que reivindica una participación más activa del sector público en algunas de las iniciativas de impulso de la lengua menos al alcance del entorno empresarial. La condición de administración territorial de la Generalitat dificulta, en ocasiones, la acción del legislador para crear espacios exclusivos para el catalán. Como lamentan desde el Segell, "En el Estado hay una serie de leyes que imponen el etiquetado en castellano, la promoción en castellano – toda una serie de estructura normativa que dificulta la implementación del catalán en el negocio".
Desde el ente consideran clave "tener contacto con los departamentos de la Generalitat", y establecer, mediante estas conexiones, estrategias comunes que hagan a la empresa del país "ver que producir en catalán no es solamente viable sino uno de los elementos de diferenciación a conseguir ante un mercado uniforme". Desde el grupo lamentan que, en materia lingüística, "todavía queda mucho camino por recòrrer", y, en el que consideran un momento de crisis, "las acciones más básicas de la administración no llegan a toda la población".
Pérez Mas: "Lo que hace falta es producto, no consumidores"
Además de la legislación y la ayuda a las empresas, según Pérez Mas, el sector público catalán está negligiendo un aspecto que el directivo considera crucial para la expansión de la lengua: la creación audiovisual. "El que hace falta es producto, no consumidores", apunta Pérez Mas, que identifica un sector de potenciales usuarios catalanoparlantes que no tienen satisfechas sus demandas. Para impulsar la creación de audiovisual en catalán, afirma el CEO de Parlem, "hace falta que lo haga o bien los líderes del sector, que no lo harán, o el sector público, que tampoco lo está haciendo".
Ventanas culturales
El ente vinculado a Plataforma per la Llengua insiste en las posibilidades que abre el catalán como elemento diferenciador alrededor del cual construir un nicho de mercado, afirmando que "el marco cultural es una gran herramienta para hacerlo". A pesar de que consideran que el trabajo se tiene que hacer en todos los ámbitos de socialización, desde el Segell piensan la cultura en catalán cómo un "punto de llegada". "Previamente se trabaja con entidades, escuelas, espacios comerciales, pero los espacios ludicoculturals en catalán son el lugar donde se llega, construido por toda la actividad que se hace durante años".
"En las fases iniciales no hay empresas que se arriesguen a invertir en proyectos en catalán"
Desde Parlem comparten esta apuesta por la cultura como herramienta de expansión del catalán, y el rol de la empresa en este entorno puede llegar a ser clave. Su último proyecto, la participación en la Setmana del Llibre en Català, de la que son socios tecnológicos, demuestra que la apuesta por la cultura catalana y en catalán es también un motor de negocio para las empresas que lo emprendan. "Nuestro stand a la Setmana nos ha dado muchas altas de nuevos usuarios", celebra Pérez Mas, que reivindica su papel en un acontecimiento en que la empresa vendió y presentar libros y presentó tablas redondas y charlas alrededor de la literatura catalana.
La inversión en cultura en catalán, según el CEO de Parlem, tiene el potencial de acontecer un "círculo virtuoso". "En las fases iniciales no hay empresas que se arriesguen a invertir en proyectos en catalán", pero cuando uno de ellos tiene éxito, se entra en un proceso por el cual "se generan más iniciativas, que atraen más clientes, que generan más beneficios para las empresas que a su vez pueden fundar más iniciativas". El sector privado, en este sentido, tiene el potencial de ser el tractor de la inversión pública: cuando las iniciativas culturales de las empresas funcionan, avisa Pérez cortijo, "siempre hacen que la iniciativa privada participe". El empresario posa el ejemplo de la iniciativa Itinera, que lleva conciertos en catalán a pueblos pequeños del país, y "ha sido todo un éxito". "Parlem apoyó en el inicio y, con sus resultados, ahora se añaden ayuntamientos, diputaciones y grandes empresas". "Cuándo haga falta apoyo a iniciativas culturales en catalán, Parlem estará", concluye el CEO.