De panadero, de chocolate, de crema, de almendras, de fruta... Algunas son más conocidas que otras, pero todas ellas están a la altura del Horno Franqueza y sus conegudíssimes Cocas de Perafita, un producto más que clásico en las ferias y mercados de artesanos. O el que es el mismo, una merienda y almorzar intergeneracional que no pasa de moda.
La historia de este pequeño horno de la zona del Lluçanès empieza, tal como explica Elisabet Franqueza, con su abuelo: "Desde siempre habían hecho cocas buenas, pero cuando vieron que ya eran conocidas en el pueblo y en la comarca, decidieron dedicarse". Todo va ser fruto de la intuición y funcionó. Tanto, que hacia los años 80, cuando la segunda generación cogió las riendas del negocio, quiso coger el rebuf del turismo. "En aquel momento empezaron a venir turistas hacia Perafita y lo aprovechó para hacer degustaciones", asegura Franqueza, "también vio la oportunidad de darse a conocer participando a las ferias de artesanos de todo Cataluña y así se ha llegado a la presencia que tenemos hoy". Porque precisamente estos pequeños mercados locales, tanto puntuales como semanales, son uno de los puntos donde la clientela los busca.
Del mercado a la tienda propia
La estructura del negocio que habían ido montando de feria en feria había hecho que fuera este canal el que más ingreso generaba. Sin embargo, a partir del 2000 la compañía va virar hacia un modelo con tiendas propias.
El primer establecimiento que se abrió fue una agrobotiga en Perafita para dar cabida a la demanda turística con la llegada de autocares con visitantes a la zona. "Fue todo un éxito. Venían a ver el pueblo y los alrededores y de paso nos compraban producto", recuerda con grato.
Este éxito los empujó a iniciar una expansión "moderada" con una apertura cada año y medio o dos años. La primera fue Playa de Aro, la siguió Barcelona, Vic -donde acaban de abrir una segunda- y Berga, y así hasta lograr los 6 locales en los últimos nuevo años.
Todos son de gestión propia, a pesar de que los dos de Girona son asociados. En cualquier caso, Franqueza insiste a decir que rechazan totalmente el modelo de franquicia: "A menudo nos lo piden, pero no nos gusta. Cuando la tienda la traemos nosotros, nos funciona mejor. La dominamos bien, ponemos el producto que queremos y formamos el personal a nuestra manera. Preferimos esto a tener alguien a quién delegarlo porque no siempre se siguen los parámetros que querrías".
Franqueza: "Somos una empresa familiar pequeña que prefiere tener un crecimiento moderado y moverse según la demanda del cliente"
En este sentido, Franqueza, que gestiona parte de las tareas de comunicación y marketing, recuerda que el horno es "una empresa familiar pequeña que prefiere tener un crecimiento moderado y moverse según la demanda del cliente".
Retener el cliente
A pesar de que la compañía rechaza dar datos de facturación, afirma actualmente que los ingresos de las ferias y otros puntos de distribución están muy repartidos. "Ahora cada vez la gente busca más las cosas en los supermercados, no va tanto al mercado. Un día vimos que las ferias iban bajando por la competencia que salía y por eso decidimos montar la línea de tiendas e ir a las grandes superficies", explica Franqueza. Así dejaron de tener los mercados como pilar fundamental para equilibrar la balanza.
Franqueza: "Ahora cada vez la gente busca más las cosas en los supermercados, no va tanto al mercado"
Semanalmente visitan una veintena de mercados, tienen fijas varios puntos en Barcelona, Santo Adrià del Besòs y Santa Coloma de Gramenet y son firaires habituales en otros acontecimientos que se celebran de manera puntual a lo largo del territorio catalán. Además, están presentes a grandes cadenas como Carrefour.
También han probado suerte en Andorra, Aragón y el sur de Francia, donde han tenido el mismo éxito que en el territorio catalán. Estas pequeñas pruebas, junto con el hecho de formar parte del clúster Catalonia Gourmet y recibir apoyo para la internacionalización, la familia ya ha empezado a pensar a abordar el mercado francés.
Más allá de las cocas, el 2006 la familia abrió Can El Estamenya. Es una casa rural con apartamentos turísticos mediante la cual quieren sacar zumo al turismo rural que visita Perafita y los municipios del cercando.
La coca de siempre
La compañía cuenta con 47 trabajadores que elaboran diariamente las cocas siguiendo la receta familiar de siempre. Se han tenido que ir adaptando a la demanda del mercado y, como menciona Franqueza, con el tiempo han ampliado la fama con cocas de naranja, de recaudo, empanadas y otros productos salados, o con más bollería. "Rompemos con todo el precocinado que hay ahora, todo es artesano y nos conocen por eso. Queremos que la gente esté contenta y repita", asegura.
Otro cambio que han notado es en relación a la medida. Si antes se buscaban piezas grandes para comérselas en familia, ahora se piden cocas más pequeñas para menos personas o para reducir la ración y, como afirma Franqueza, "seguir una línea dietética más sana".